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Sin agua ni luz y a la intemperie: cinco meses de drama en Manila a bordo del 'Celanova'
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Sin agua ni luz y a la intemperie: cinco meses de drama en Manila a bordo del 'Celanova'

La situación de los 15 tripulantes que malviven desde diciembre en el gasero, abandonado por el armador, se agrava tras quedarse sin combustible

Foto: La tripulación del barco
La tripulación del barco

El calor es tan sofocante en los camarotes del 'Celanova' que sus 15 tripulantes prefieren dormir a la intemperie, bajo las estrellas de la bahía de Manila. Desde que se les agotó el combustible, la situación ha derivado en insostenible para la marinería de un gasero abandonado a su suerte por el armador hace cinco meses.

Los generadores ya no funcionan y, sin ventilación, agua dulce ni posibilidad de cocinar alimentos, viven pendientes de una repatriación que se demora no tanto por la crisis del covid-19 como por la desastrosa situación de la naviera española Globalgas, al borde de la quiebra. "Estamos en una situación insostenible", lamentan los embarcados, dos de ellos españoles y el resto extracomunitarios.

placeholder El interior del navío
El interior del navío

La odisea a bordo comenzó el 7 de diciembre, cuando, en plena ruta entre China y Singapur, el 'Celanova' sufrió una avería y perdió el timón. Fue remolcado a duras penas a la costa y allí sigue, fondeado desde el 17 de diciembre en las inmediaciones del puerto de la capital filipina, sin posibilidad de pisar tierra firme.

Comenzó entonces un tira y afloja con el propietario del buque y de este con el banco acreedor hipotecario, mientras las autoridades locales les niegan el atraque en el puerto por el riesgo de accidente. Los meses pasan, la pandemia se ha colado en el conflicto y la desesperación va en aumento entre los trabajadores, muchos de ellos en el barco desde agosto.

placeholder Imagen de la basura acumulada en la cubierta del 'Celanova'
Imagen de la basura acumulada en la cubierta del 'Celanova'

"No es solo lo que están pasando allí, que es mucho, también están desesperados por la situación de sus familias", relata Luz Baz, de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF), una organización que media entre las partes para encontrar una solución.

Porque la deuda de la armadora con los empleados asciende en muchos casos a siete nóminas. "Están nerviosos porque sus familias están confinadas en sus casas atravesando la cuarentena sin recursos".

Baz, que mantiene una comunicación periódica con los tripulantes, relata una situación dramática. "La basura se acumula en cubierta, no pueden cocinar los alimentos, el agua dulce escasea no hay duchas ni aire acondicionado, el calor en Manila es insoportable… No pueden ni cargar sus teléfonos móviles. Y la tensión como es lógico va en aumento", narra la abogada de la ITF.

Fondeado y sin pala de timón, viven bajo el riesgo permanente de que el buque se vaya contra las rocas, embarranque o se incendie.

Desde que hace cinco meses alcanzaron la costa de Filipinas, solo tuvieron oportunidad de atracar el tiempo indispensable para deshacerse de la mercancía del gasero, considerada peligrosa. Los intentos de la Administración española para que se les permita amarrar han sido infructuosos, al exigir Filipinas un remolcador pegado al costado de forma constante, una reclamación que la ITF considera inejecutable.

La basura se acumula en cubierta, no pueden cocinar los alimentos, el agua dulce escasea. No pueden ni cargar sus móviles

Las dificultades para la repatriación no son solo culpa del covid-19, pero la pandemia ha agravado la situación, que es utilizada como argumento para impedir el atraque o la inspección del barco, a pesar de que ningún tripulante haya tocado tierra desde diciembre, por lo que las posibilidades de contagio son remotas. Y su drama particular queda empañado por una crisis global que reduce a anécdota informativa cualquier otra catástrofe.

placeholder Uno de los tripulantes en la cubierta del barco
Uno de los tripulantes en la cubierta del barco

El 'Celanova' es el único barco de Globalgas, una naviera a la que la federación de los trabajadores acusa de desatender a sus tripulaciones de forma sistemática, "con demoras en los pagos o deudas de meses a los marinos desembarcados". En contra de la costumbre de utilizar banderas de conveniencia, está certificado con la española, una condición que en teoría le obligaría a contratar un máximo de un 50% de tripulantes extracomunitarios. "Se trata de una contratación irregular, con marinos extranjeros que trabajan si ser dados de alta en la Seguridad Social", denuncia Baz.

En virtud del Convenio sobre el Trabajo Marítimo de la OIT, la ITF considera el buque abandonado por su armador, al haber dejado de pagar las nóminas y de hacer frente a las necesidades básicas de la tripulación. La intervención de la aseguradora (American P&I Club), que debería cubrir nóminas y repatriaciones, está bloqueada por la imposibilidad de atracar. El sindicato del mar trata ahora de enviar suministros a bordo, "pero el hecho de que permanezca en fondeo lejano dificulta enormemente la operación".

El sindicato del mar trata ahora de enviar suministros a bordo, "pero el hecho de que permanezca en fondeo lejano dificulta la operación"

El armador culpa de la situación a Abanca, la entidad a la que hipotecó del 'Celanova' y que administró judicialmente la sociedad hasta diciembre de 2018, a la que acusan de demorar su venta con una quita relevante. "Hemos intentado varias alternativas de venta o alquiler, con ofertas por escrito para dar una salida a esta situación de parada forzosa, pero todas se han encontrado con su oposición frontal", sostiene un portavoz de Globalgas. Fuentes conocedoras del caso aseguran en cambio que en los últimos años se frustraron al menos dos operaciones de venta debido a obstáculos relacionados con el armador, como la obstrucción de la inspección del barco.

placeholder Duchas improvisadas en el interior del buque
Duchas improvisadas en el interior del buque

Globalgas presentó en noviembre pasado preconcurso de acreedores, lo que abría un plazo para negociar la deuda. Ante la falta de acuerdo, el 6 de marzo se presentó concurso voluntario de acreedores, pero la crisis del coronavirus ha impedido avanzar en los trámites judiciales. "Si nos estaba costando mantener la compañía con el gasero operativo, ahora con la avería y sin ingresos desde noviembre la situación es insostenible", señala la misma fuente de la compañía.

La armadora asegura que durante meses contrató con una empresa local el suministro de combustible, agua y comida a los embarcados, pero que carece ya de fondos para mantener ese abastecimiento. Los esfuerzos de Globalgas, asegura, se centran ahora en acercar el barco a puerto y repatriar a una tripulación en situación cada vez más desesperada.

El calor es tan sofocante en los camarotes del 'Celanova' que sus 15 tripulantes prefieren dormir a la intemperie, bajo las estrellas de la bahía de Manila. Desde que se les agotó el combustible, la situación ha derivado en insostenible para la marinería de un gasero abandonado a su suerte por el armador hace cinco meses.

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