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Suciedad, abandono... Hablan los empleados de la residencia más golpeada de Galicia
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DomusVi, intervenida por la xunta

Suciedad, abandono... Hablan los empleados de la residencia más golpeada de Galicia

“Las habitaciones están tan sucias que nuestros zuecos se quedan pegados al suelo”, aseguran los técnicos de DomusVi de Cangas, donde han fallecido 16 de los 150 residentes

Foto: Foto: EC.
Foto: EC.

Galicia no es ni mucho menos ajena a la crisis del coronavirus en las residencias de mayores, pero la situación es especialmente grave en dos, las que regenta DomusVi en Vigo y Aldán (Cangas), ambas intervenidas por la Xunta ante el descontrol de los contagios. La situación que describe el personal contratado para reforzar el servicio de esta última es de absoluto descontrol. Falta de higiene y de medios, abandono de los pacientes, desorganización… “Las habitaciones están tan sucias que nuestros zuecos se quedan pegados al suelo”, relata una de las cuidadoras incorporadas al servicio la pasada semana.

La Consellería de Política Social intervino el 30 de marzo las dos residencias geriátricas debido al elevado número de positivos por coronavirus registrado entre trabajadores y usuarios. La de Cangas, en concreto, de 151 plazas residenciales, sumaba este martes 132 positivos y 17 fallecidos. Los familiares de los residentes venían avisando desde antes de la pandemia sobre las carencias de los dos centros, unas acusaciones a las que se sumaron sus trabajadores, que en junio del año pasado se concentraron ante la Xunta para denunciar “un régimen de esclavismo intolerable”. Según el portavoz de los familiares, Paulino Campos, una semana después del estado de alarma, cuando ya habían aparecido los primeros positivos en las residencias, el personal seguía trabajando sin mascarillas.

Foto: Carlos, cansado de las evasivas de la residencia, se llevó a su madre a casa el 30 de marzo

Del relato que hacen los técnicos en cuidados auxiliares de enfermería —especialmente expuestos a contagios biológicos—, se deduce que la situación apenas ha cambiado en esta semana de intervención. Una de las denuncias más graves consiste en fallos en la distribución de los pacientes. “No se cumplen los procedimientos de aislamiento, la disposición de positivos y negativos es disparatada, en algunos casos incluso comparten habitación”, aseguran, aunque este extremo es negado por la asociación de Trabajadores de las Residencias Gallegas (Trega), que mantiene que esa separación siempre se ha respetado. Al menos 17 trabajadores del centro han resultado infectados.

En las puertas de las habitaciones permanecen adheridos controles de temperatura con nombres que no se corresponden con los residentes reales

En los últimos días, la Xunta comenzó a trasladar a los negativos a unas instalaciones habilitadas en Nigrán para evitar nuevos contagios, pero según el personal de DomusVi en Aldán, la decisión es arriesgada. “Dada la falta de organización, en estos momentos ya no se puede distinguir entre un posible positivo y un negativo”, alertan. En las puertas de las habitaciones de la residencia, afirman, permanecen adheridos controles de temperatura con nombres que no se corresponden con los residentes reales. “Las consecuencias pueden ser catastróficas, porque el personal enviado para rescatar el centro no conoce a los pacientes, y es imposible asegurarse de que las medicaciones, dietas y otras medidas terapéuticas se apliquen al paciente correcto”.

placeholder Foto: EC.
Foto: EC.

“Hemos visto también que muchos residentes visten prendas pertenecientes a otros usuarios, y los objetos personales de los armarios no se corresponden tampoco con los suyos, una prueba más de la falta absoluta de organización del centro”, añaden los técnicos, que solicitan permanecer en el anonimato. “En particular, uno de ellos nos dice que lleva tiempo pidiendo que se le devuelva el teléfono personal, pero es ignorado”.

Respecto a la higiene, los empleados que se incorporaron los últimos días —tres en el turno de mañana y otros tantos en el de tarde— denuncian unas condiciones “precarias”, debido entre otras causas a la carencia de personal de limpieza que, aseguran, se reduce a dos únicas personas. “Las habitaciones se encuentran realmente sucias. Cuando el personal correspondiente ha sido avisado para limpiar residuos orgánicos como heces, vómitos o desechos en el suelo, no acudió a nuestros avisos”, una circunstancia que no atribuyen a falta de profesionalidad, sino a la insuficiencia de efectivos.

Foto: Un anciano de la residencia de mayores San Carlos de Celanova (Ourense), que contabiliza 27 casos de coronavirus, es trasladado a otro centro. (EFE)

Hay más causas, según su denuncia. La higiene integral de los pacientes “no se puede llevar a cabo como correspondería por carencia de material”. “Solo hay dos palanganas para los 30 pacientes de un área, hemos tenido que improvisar botellas de agua para hacer la función de recipiente para el enjuagado”, aseguran. Siempre según su relato, tampoco hay lencería para cambiar la ropa de las camas a diario, ni toallas para el aseo de los pacientes, ni productos esenciales para la integridad de la piel de los residentes. “Tampoco hay prendas de vestir, y llegamos a dejar a los residentes desnudos o semidesnudos (en pañales o con una simple camiseta) por no existir ni tan siquiera pijamas o pantalones para salvaguardar su derecho a la intimidad”. “Los residentes vagan por sus habitaciones y pasillos descalzos, algunos sin calcetines, por los suelos sucios”, continúa otra trabajadora.

Otra de las denuncias de los técnicos en cuidados auxiliares es la inexistencia de un plan de manejo de residuos, sin contenedores específicos para la lencería y prendas de pacientes y otros para los residuos con secreciones potencialmente contagiosas. “Todo se deposita en una bolsa grande en un largo pasillo, donde se van acumulando los restos”, señalan. Aseguran además haber detectado numerosas maceraciones y úlceras por presión en los pacientes, sin que se diera respuesta a sus avisos, por lo que “se van intensificando y agravando”.

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Las quejas también hacen referencia a una carga de trabajo excesiva, camas no adaptadas (no regulables en altura) o imposibilidad de realizar cambios posturales o de pañales. Sostienen, así mismo, que se incumple el proceso de atención de enfermería por paciente, “lo que pone en riesgo la integridad física y psíquica de los residentes”, y que los equipos de protección individual presentan “graves carencias”.

La Consellería de Política Social ha salido al paso de estas acusaciones asegurando que, tras la intervención pública de la residencia, se duplicó el personal y se incorporó “un volumen importante de profesionales sanitarios”, lo que implica “un choque de culturas” entre la vertiente asistencial y la sanitaria, “normal en estas circunstancias y a la que todo el mundo se va adaptando poco a poco”. La Xunta destaca la “voluntad de colaboración” del personal del centro “en circunstancias muy difíciles”, señala que se han reforzado las medidas de higiene y asegura que no se traslada a ningún residente a la nueva residencia sin dos pruebas negativas previas.

Foto: Sanitarios trasladan a una persona mayor afectada por coronavirus. (EFE)

La asociación Trega, mientras, reconoce como “caótica” la situación que se venía padeciendo en la residencia de Aldán “las últimas semanas de marzo”, con “falta de formación, falta de EPI, falta de personal y una gestión poco feliz”, pero insiste en que después del 4 de abril, en ningún momento se mezcló a positivos con negativos. “El inicio del fin de ese caos coincide con la intervención de la residencia por parte de la Xunta de Galicia el día 31 de marzo”, subraya.

El origen de las dos residencias que causan más preocupación en Galicia se remonta a una empresa mixta creada por la Xunta con la extinta Caixanova. Fue durante el bipartito gallego, antes de la llegada de Feijóo, quien traspasaría el 45% que estaba en manos públicas a Geriatros, de la extinta caja, que pasaría después a manos de distintos fondos hasta ser adquirida por Grupo HomeVi, de origen francés.

Foto: Feijóo, en una de las conferencias telemáticas de presidentes autonómicos con Sánchez. (EFE)

DomusVi gestiona en España más de 25.000 plazas en 198 residencias y centros de atención diurna. La sede social en España está en Vigo, donde se mantiene como consejera delegada Josefina Fernández. El 'conselleiro' de Economía le entregó el pasado diciembre el premio Galicia Global, que le concedió la Asociación Española de Directivos de Galicia por la internacionalización de la compañía.

Galicia no es ni mucho menos ajena a la crisis del coronavirus en las residencias de mayores, pero la situación es especialmente grave en dos, las que regenta DomusVi en Vigo y Aldán (Cangas), ambas intervenidas por la Xunta ante el descontrol de los contagios. La situación que describe el personal contratado para reforzar el servicio de esta última es de absoluto descontrol. Falta de higiene y de medios, abandono de los pacientes, desorganización… “Las habitaciones están tan sucias que nuestros zuecos se quedan pegados al suelo”, relata una de las cuidadoras incorporadas al servicio la pasada semana.

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