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Juicio por el crimen de Ana Enjamio: el sospechoso niega el crimen y que la acosara
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Juicio por el crimen de Ana Enjamio: el sospechoso niega el crimen y que la acosara

Ana Enjamio recibió 30 puñaladas en su portal de Vigo el 17 de diciembre de 2016. Un compañero de trabajo con quien mantuvo una relación es el único acusado del crimen

Foto: César Adrio Otero, el presunto asesino de Ana Enjamio, llegó el lunes a los juzgados de la Audiencia de Pontevedra en Vigo. (EFE)
César Adrio Otero, el presunto asesino de Ana Enjamio, llegó el lunes a los juzgados de la Audiencia de Pontevedra en Vigo. (EFE)

"Ana, perdóname, te quería tanto, no lo pude soportar". Esa ha sido una de las frases en las que César A.O. se ha apoyado para defender su inocencia en el juicio en el que se le acusa de ser un asesino. Desde el lunes, la Sección Quinta de la Audiencia de Vigo juzga a este hombre por un presunto delito de asesinato contra con Ana Enjamio, una joven que fue acuchillada 30 veces en su propio portal y con quien el procesado mantenía una relación "clandestina". El acusado se enfrenta a una petición fiscal de 27 años de prisión por crimen y acoso.

El presunto asesino de Ana Enjamio declara que él no la mató

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 17 de diciembre de 2016, frente a un bloque de apartamentos de la avenida de Madrid, en Vigo. La víctima y el acusado habían acudido esa misma noche a la celebración de la cena de Navidad de la empresa en la que ambos trabajaban, el Grupo Cablerías de O Porriño (Pontevedra). Según las partes que conforman la acusación, el hombre siguió a la joven, nacida en Boqueixón (A Coruña), hasta su domicilio para matarla.

Los informes forenses revelaron que Enjamio sufrió una treintena de cuchilladas, de las que 12 le alcanzaron el corazón, y presentaba también heridas defensivas en las manos y marcas en la boca, como si se la hubieran tapado con mucha fuerza.

placeholder Momento del registro de la casa de los padres del acusado en Candeán (Vigo) en busca de pruebas. (EFE)
Momento del registro de la casa de los padres del acusado en Candeán (Vigo) en busca de pruebas. (EFE)

Sin embargo, en la primera jornada de la vista oral en la Audiencia de Vigo (ante un jurado compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres) ha mantenido su inocencia y ha asegurado que cuando se enteró de la muerte de la joven "se quedó en 'shock'", tal y como recoge Europa Press. Según ha mantenido el procesado, cuando supo — por boca de sus compañeros de trabajo — del crimen al día siguiente, trató de suicidarse.

Así lo ha defendido, sacando a colación la supuesta nota con la que el acusado se despedía de la víctima antes de quitarse la vida cortándose las venas, como él mismo ha declarado. El procesado dejó una carta de despedida en la que, entre otras consideraciones, apuntaba: "Ana, perdóname, te quería tanto, no lo pude soportar". Tal y como ha explicado ante el tribunal, con esa frase se refería a que no había podido soportar la muerte de la chica y le pedía perdón por quitarse la vida.

En este sentido, el único acusado del crimen ha asegurado que él no mató a la joven y, respondiendo a las preguntas de todas las partes, ha afirmado que la víctima nunca le comentó nada acerca de que se sintiera atemorizada o amenazada por alguien.

El acusado admite que tuvieron una relación secreta porque la joven tenía novio y trató de "enemistarlos"

Lo que sí ha admitido es que ambos mantuvieron una breve relación sentimental y "clandestina" porque Enjamio tenía pareja. Según ha relatado el acusado, comenzaron el idilio en diciembre de 2015 y finalizó, "momentáneamente", en julio de 2016 porque la chica "tenía dudas". Sin embargo, ha asegurado, retomaron el contacto y mantuvieron esa relación "oculta".

En palabras del acusado, la joven era una "cabecita loca", que "no tenía reparos en mentir" y era capaz de "disimular" hasta el punto de ocultar su relación con él porque estaba preocupada "por su reputación".

Asegura que nunca estuvo en su portal

Además de su relación, el procesado ha revelado que sustrajo el móvil de la víctima en una ocasión para enviar fotografías y mensajes a su novio con la intención, aseguró el lunes, de "enemistarlos". No obstante, ha recalcado que ella le "perdonó", volvieron a ser pareja y, de hecho, la noche en que fue asesinada habían pensado "hacer una escapada" para estar juntos después de la cena de empresa, tras haber estado bailando durante esa celebración y haber tenido "un escarceo" en el baño.

Esa noche, tras la cena, ambos estuvieron andando entre 45 y 50 minutos con otros compañeros de trabajo — según sus declaraciones — y ella, en contra de lo que habían acordado inicialmente, desistió de ir juntos a un pub porque temía que su ex la encontrara junto a él, y que le dijo "vete, que aquí no pintas nada".

Después, ha alegado que se fue a buscar su coche y en el camino le robaron la chaqueta que llevaba puesta cuando se sentó en un banco a vomitar porque había bebido mucho, admitiendo de paso que mintió a la Policía y le entregó otra prenda diferente, informa Efe. De ahí se fue directamente a casa de sus padres, sin pasar por delante del domicilio de la víctima; comió algo, y al no poder conciliar el sueño se duchó y fue a Vilagarcía a buscar a sus hijos para dar un paseo, según su reconstrucción de los hechos.

placeholder Agentes de la Guardia Civil poniendo al sospechoso a disposición judicial. (EFE)
Agentes de la Guardia Civil poniendo al sospechoso a disposición judicial. (EFE)

Antes de que el acusado hiciera estas declaraciones, tanto la Fiscalía como la acusación popular (ejercida por la Xunta) han insistido mucho en que, lo que se juzga en este caso, "no es el comportamiento de la víctima, ni si tenía relaciones con uno, con otro o con varios", señalando que la misma fue atacada "en un momento de vulnerabilidad" y cuando estaba "totalmente indefensa".

Sobre esa noche del crimen, el procesado ha explicado que él no fue hasta el domicilio de la joven — ni entonces ni nunca, según sostiene —, sino que tras la cena de empresa decidió regresar a su casa una vez comprobó que ni la joven ni él podrían subir a su piso porque ella temía que su novio se enterara y debido a que sus compañeras "no le dejaban llevar chicos". Sin embargo, hubo un guardia civil que vio a ambos en el exterior del portal de la casa y que declarará como testigo en el juicio.

Con respecto a las circunstancias de la detención, César A.O. ha explicado que no entregó a la Policía la ropa que él llevaba puesta la noche de la cena porque le habían "robado" el abrigo y temía que no le creyeran y le inculparan. De hecho, esa ropa, así como el arma del crimen y el teléfono de Ana Enjamio nunca aparecieron, aunque sí se recogieron muestras de sangre de la chica en el coche del acusado.

Obsesivo y vengativo

Ante estas evidencias, el abogado de la familia de la víctima — que ejerce de acusación particular — ha hecho hincapié en que el sospechoso convirtió la vida de Ana "en un auténtico infierno", lleno de "pequeños actos de venganza" porque no asumía la ruptura de la relación, y mantenía un "comportamiento obsesivo". "A Ana no la asesinó un maleante al azar para robarle. Quien la asesinó tenía intención de matar, de causar una muerte brutal", ha recalcado. Asimismo, ha destacado que el acusado llegó a advertir a Ana Enjamio de que si no acababa con él, tampoco lo haría con su exnovio, siguiendo el tópico de "la maté porque era mía".

Por el contrario, su letrado defensor ha proclamado que "César es inocente y no ha cometido este horrible crimen contra la persona que más ha querido en su vida", una joven que, según ha aseverado, "daba muestras de que lo había elegido a él", en lugar de a su novio. "No hay ningún elemento objetivo que lo incrimine", ha subrayado este abogado, quien ha lamentado que "los medios de comunicación ya lo han condenado".

Según ha explicado al jurado, la Policía "dirigió toda la investigación en su contra", "sesgando todos los datos" e incluso "abandonando líneas de investigación" que podían aportar explicaciones "alternativas" a los hechos.

Así, mientras que las acusaciones solicitan penas de prisión que van desde los 27 a los 39 años (por los delitos de asesinato, acoso y vulneración de la intimidad), el abogado defensor ha reclamado la libre absolución de su patrocinado.

"Ana, perdóname, te quería tanto, no lo pude soportar". Esa ha sido una de las frases en las que César A.O. se ha apoyado para defender su inocencia en el juicio en el que se le acusa de ser un asesino. Desde el lunes, la Sección Quinta de la Audiencia de Vigo juzga a este hombre por un presunto delito de asesinato contra con Ana Enjamio, una joven que fue acuchillada 30 veces en su propio portal y con quien el procesado mantenía una relación "clandestina". El acusado se enfrenta a una petición fiscal de 27 años de prisión por crimen y acoso.

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