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Un boleto perdido, 220 'dueños', la excúpula de Loterías imputada... y una prueba de ADN
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SOLO CUATRO POSIBLES DUEÑOS

Un boleto perdido, 220 'dueños', la excúpula de Loterías imputada... y una prueba de ADN

El caso de la primitiva millonaria da un vuelco con la implicación del expresidente del organismo, el delegado en A Coruña y su hermano: el lotero que dijo hallar el billete premiado

Foto: Manuel Eugenio Reija (c), el lotero investigado por adueñarse presuntamente de un boleto de la Primitiva premiado. (EFE)
Manuel Eugenio Reija (c), el lotero investigado por adueñarse presuntamente de un boleto de la Primitiva premiado. (EFE)

El caso del misterioso boleto millonario de la primitiva extraviado en A Coruña ha derivado definitivamente en el de la presunta estafa a su legítimo propietario, con la supuesta colaboración de la cúpula de Loterías del Estado. Hasta 220 personas reclamaban ser dueñas de aquel billete con un premio de 4,7 millones, que el lotero Manuel Reija afirmó haber encontrado sobre su mostrador en julio de 2012. Ahora cobra fuerza la tesis de que Reija lo pasó por la máquina y ocultó el premio al agraciado. Al menos eso es lo que sospecha una juez de A Coruña, que ha citado a declarar como investigados a Reija y a cinco cargos de Loterías y Apuestas del Estado, entre ellos a su entonces presidente, José Miguel Martínez Martínez.

El caso tardó en hacerse público. Se mantuvo en secreto durante año y medio, pero al poco de conocerse aparecieron cientos de supuestos ganadores. Nadie sospechaba entonces del dueño de la administración de lotería. Al menos, hasta que uno de los reclamantes denunció al lotero y a su hermano Eugenio —delegado de Loterías en A Coruña—, con supuestas pruebas de que había sido engañado por ellos. La policía entregó un informe en julio de este año que sacudió el caso. En él no solo se denuncia la "mala fe" de los demandados, sino que también se critica la escasa colaboración del organismo estatal con los investigadores. Esas sospechas se han sustanciado en un auto en el que la titular del Juzgado de Instrucción número 7 llama a declarar en calidad de investigados a los hermanos Reija, a Martínez y a otros tres cargos de Loterías, como supuestos autores de un delito de estafa.

Foto: Imagen de archivo de una Administración de Lotería.

El resto de los imputados son Juan Antonio Gallardo López, entonces director de negocio de la Sociedad Española de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE); Joaquín Argudo Carreño, exjefe del servicio de control de premios e invendidos, y José Manuel Martínez Ortiz del Pozo, que era director de producción de sistemas técnicos de Loterías del Estado. Este viernes comparecen los hermanos Reija, en tanto que los otros cuatro exdirectivos –algunos de ellos aún vinculados a la sociedad estatal o a la Dirección General de Ordenación del Juego– lo harán el 17 de enero por videoconferencia desde Madrid.

Las investigaciones policiales apuntan a que Loterías encubrió al lotero y a su hermano para que pudiesen hacerse con el premio, que pertenecía a un cliente que había hecho cuatro apuestas de la Lotería Primitiva automática, una de ellas premiada el 26 de junio de 2012, en una administración de un centro Carrefour. El sorteo fue el 30 de junio, y dos días más tarde fue a comprobar el resultado a la administración de Manuel Reija, quien le habría ocultado el premio.

El lotero imputado declaró que, cuando encontró el resguardo de la Primitiva al otro lado del cristal de seguridad, no había clientes en la administración y que el boleto le había llamado la atención al estar solo y en unas condiciones impecables, "como recién salido de la terminal". Su versión, sin embargo, no cuadra con los registros de su máquina de comprobación, ya que consta que previamente, a las 11.25 horas, en tan solo 16 segundos pasó las cuatro apuestas que le entregó el cliente, las mismas que se habían sellado en Carrefour. En los registros realizados por la policía consta que a Reija le apareció en la pantalla el mensaje "Premio Superior. Llevar resguardo a la Delegación", que salta automáticamente en las apuestas premiadas con más de 5.000 euros.

Las investigaciones apuntan a que Loterías encubrió al lotero y a su hermano para que se hicieran con el premio que pertenecía a un cliente

En los registros de la máquina de San Agustín consta también que se hicieron dos comprobaciones posteriores del boleto premiado: una a las 11.39 horas y, la última, tan solo siete segundos después, todas con el mismo resultado de confirmación del premio. Al día siguiente, Reija depositó el boleto en la delegación de Loterías que dirigía su hermano y explicó que se lo había encontrado. El 5 de septiembre —cuando las grabaciones de las cámaras de seguridad de Carrefour ya habían sido borradas— solicitó el cobro de los 4,72 millones de euros, alegando que había procedido "de buena fe" al entregar el resguardo premiado para que se buscase al legítimo dueño de la apuesta.

Presunta colaboración

La citación de otros cuatro miembros de la cúpula de la Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado apunta a una presunta colaboración de estos en la supuesta estafa. El informe elaborado por la policía así lo sostiene, al señalar que fueron rechazadas las solicitudes de los datos relativos a los premios entregados en los últimos cinco años por el lotero de San Agustín. Es una petición que desliza claramente la posibilidad de que no sea la primera vez que en esa administración se oculta un premio a un apostante para quedarse con la dotación.

El informe lleva la firma del jefe de la comisaría del distrito norte de A Coruña, que advierte que lo descubierto por los investigadores puede "ser relevante" para la causa. El documento señala que las comprobaciones policiales "contradicen flagrantemente" lo manifestado por Manuel Reija sobre las circunstancias del hallazgo. Al lotero le apareció en la pantalla el mensaje "Premio Superior. Llevar resguardo a la Delegación", pero supuestamente nunca lo hizo. Sí abonó al apostante tres euros de otro premio, correspondiente a un segundo resguardo agraciado, y comprobó los dos últimos no premiados.

Foto: Un niño de San Ildefonso sostiene una bola durante la lotería de Navidad. (EFE)

Las eventuales responsabilidades de los seis imputados no servirán para aclarar la otra gran incógnita que rodea el caso desde su inicio: la identidad del legítimo ganador. De las 220 personas que llegaron a reclamar el boleto como suyo, ocho llegaron a la vía judicial. Cuatro ya han sido descartadas, por lo que solo quedan otros cuatro reclamantes; dos de ellos ya fallecidos, cuyos derechos ejercen sus familiares.

En uno de estos casos, la defensa solicitó hace años una prueba de ADN que demostrase que el familiar de sus clientes tuvo el boleto en sus manos. Tras un primer rechazo, la juez aceptó la petición, pero aún no se ha realizado. Todas estas demandas se agruparon en el Juzgado de Primera Instancia número 13 de A Coruña. Si ninguna de ellas logra que se le atribuya la titularidad del premio, existe todavía la posibilidad de que los 4,7 millones acaben en manos del lotero, siempre que logre salir airoso de la causa penal. En caso contrario, el dinero se lo quedará el Estado. Así que el futuro para Manuel Reija solo tiene dos probables caminos: o millonario o a la cárcel.

El caso del misterioso boleto millonario de la primitiva extraviado en A Coruña ha derivado definitivamente en el de la presunta estafa a su legítimo propietario, con la supuesta colaboración de la cúpula de Loterías del Estado. Hasta 220 personas reclamaban ser dueñas de aquel billete con un premio de 4,7 millones, que el lotero Manuel Reija afirmó haber encontrado sobre su mostrador en julio de 2012. Ahora cobra fuerza la tesis de que Reija lo pasó por la máquina y ocultó el premio al agraciado. Al menos eso es lo que sospecha una juez de A Coruña, que ha citado a declarar como investigados a Reija y a cinco cargos de Loterías y Apuestas del Estado, entre ellos a su entonces presidente, José Miguel Martínez Martínez.

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