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Rocas de 10 toneladas amenazan la aldea gallega de la Zona Cero de los incendios
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Rocas de 10 toneladas amenazan la aldea gallega de la Zona Cero de los incendios

Un informe alerta del riesgo de desplome sobre las viviendas de enormes piedras que quedaron inestables tras la catástrofe del 15 de octubre

Foto: Chandebrito, en el municipio de Nigrán. (P.López)
Chandebrito, en el municipio de Nigrán. (P.López)

Del pánico del fuego al miedo a una avalancha. Chandebrito (Nigrán), la zona más afectada por los incendios que azotaron Galicia en octubre, fue un infierno la noche del día 15, cuando en cuestión de horas la parroquia se vio cercada por las llamas y perdió a dos de sus vecinas, que fallecieron en un coche cuando trataban de huir a la desesperada. A los muchos problemas que están dificultando la vuelta a la normalidad hay que sumarle uno con el que nadie contaba: el riesgo de desprendimiento en la muy empinada ladera del Monte O Castro, justo encima de un núcleo de población de unas 15 viviendas, amenazado por rocas de hasta 10 toneladas de peso que han quedado inestables al arder la vegetación que mantenía el suelo. El peligro ha sido certificado por los técnicos de la Xunta, que han autorizado a la comunidad de montes a realizar una intervención urgente.

Los incendios que arrasaron con la vegetación del monte dejaron al descubierto las enormes peñas que lo coronan. El riesgo de desprendimiento es real, tal y como lo acredita el informe técnico firmado por un arqueólogo de la Administración autonómica y por la Policía Local de Nigrán. El presidente de la comunidad de montes, Víctor Vidal, presentó el estudio a la Dirección General de Patrimonio de la Xunta, junto con la petición de autorización para realizar una actuación de urgencia. Su reclamación está respaldada por el Ayuntamiento de Nigrán, que ha apremiado al Gobierno gallego a analizar la situación cuanto antes.

La respuesta no se ha hecho esperar. La jefatura provincial de Patrimonio ya ha autorizado la realización de las obras que permitan estabilizar el suelo y eviten el riesgo de avalancha, aunque establece la adopción de medidas de precaución para evitar que afecten a un yacimiento arqueológico de la zona, tales como evitar los movimientos de tierra o las modificaciones de la rasante natural del terreno.

placeholder Obras en Chandebrito. (P. López)
Obras en Chandebrito. (P. López)

El estudio encargado por los comuneros considera real el peligro de derrumbe de media docena de rocas de gran tamaño situadas en una franja de 50 metros en la cara suroeste de la colina, con un peso de entre 3 y 10 toneladas cada una. Para evitar riesgos, el informe propone una actuación urgente, consistente en la retirada de los peñascos que no sirvan de soporte a otros y la aplicación de materiales que consoliden las bases de las piedras. Será una actuación delicada, debido al difícil acceso a la cima del monte y a la necesidad de evitar que se incrementen los daños en el yacimiento prehistórico existente en la zona.

El riesgo de desprendimiento sería mayor en caso de riadas o fuertes lluvias, algo que de momento no ha ocurrido, ya que el tiempo continúa seco en Galicia desde que las precipitaciones permitieron poner fin a la grave ola de incendios de los días 14 y 15 de octubre. Es un peligro adicional que está reflejado en el informe encargado por el Ayuntamiento a la Policía Local, que ha sido trasladado a la Xunta y a los técnicos de Patrimonio. “No queremos alarmar a la población, pero en este caso preferimos ser precavidos”, admitió el acalde, Juan González.

El Monte O Castro, también conocido como de As Cruces, es un pico de unos 340 metros de altitud situado al sur de la ría de Vigo, muy cerca del mar. Es un lugar de una singular belleza con una gran cantidad de vestigios históricos y etnográficos. Conserva huellas de la vida humana desde la prehistoria (hace más de 100.000 años) hasta la actualidad, lo que ha dado lugar a un estrecho tejido de relaciones entre el hombre y la naturaleza. Se trata de un espacio natural de gran valor y un rico patrimonio cultural que fue arrasado por el voraz incendio del 15 de octubre.

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(P.López)

El riesgo de desprendimientos es un problema añadido para una parroquia que trata a la desesperada de volver a la normalidad, pero que no se ha repuesto de la pérdida de sus vecinas Maximina Iglesias y Angelina Otero, de 86 y 78 años, que fallecieron en el interior de un coche durante una evacuación dirigida por la policía. Chandebrito no solo logró una triste popularidad por las dos víctimas mortales del fuego, sino también por la dantesca situación que describen quienes pasaron aquella noche luchando contra las llamas. En esa zona actuaban los policías nacionales que llamaron a sus familias para despedirse, convencidos de que no podrían escapar del fuego, y es también donde fue tomada la foto viral de lo que parecía una perra trasladando el cuerpo su cría calcinada, y que resultó ser un macho que enterraba animales quemados.

Ayuda con toneladas de forraje

Además de arrasar la vegetación, el fuego dejó sin agua a multitud de hogares durante varios días y sin pasto al ganado doméstico de los habitantes de Chandebrito, uno de los grandes sustentos económicos en una zona eminentemente rural. Muchos vecinos perdieron el forraje almacenado para cabras, ovejas, vacas y caballos, por lo que la asociación vecinal y la comunidad de montes tuvieron que recurrir al Ayuntamiento de Nigrán en busca de ayuda, que llegó en forma de 17,5 toneladas de forraje.

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(P.López)

“De las 130 casas de la parroquia, unas 110 disponen de ganado doméstico. Existía una importante demanda por parte de los vecinos porque se quedaron sin manera de alimentarlos”, explica Vidal. La asociación vecinal y los comuneros han organizado también actividades benéficas para recaudar fondos para los vecinos de esta pequeña parroquia de apenas 500 habitantes que se han quedado sin hogar a causa del fuego.

En total son 19 las viviendas que sufrieron daños durante aquellas dramáticas horas en las que el fuego parecía no tener fin. Fue una experiencia demasiado trágica como para olvidarla fácilmente. “El susto fue enorme, y la pérdida de dos de nuestras vecinas pesa en el ánimo de la gente, pero también estamos agradecidos de toda la solidaridad de la gente durante esa noche”, explica el presidente de los comuneros, que todavía no se puede creer que la catástrofe no fuera mayor: “Estuvimos literalmente cercados por las llamas, ha sido un milagro”.

Del pánico del fuego al miedo a una avalancha. Chandebrito (Nigrán), la zona más afectada por los incendios que azotaron Galicia en octubre, fue un infierno la noche del día 15, cuando en cuestión de horas la parroquia se vio cercada por las llamas y perdió a dos de sus vecinas, que fallecieron en un coche cuando trataban de huir a la desesperada. A los muchos problemas que están dificultando la vuelta a la normalidad hay que sumarle uno con el que nadie contaba: el riesgo de desprendimiento en la muy empinada ladera del Monte O Castro, justo encima de un núcleo de población de unas 15 viviendas, amenazado por rocas de hasta 10 toneladas de peso que han quedado inestables al arder la vegetación que mantenía el suelo. El peligro ha sido certificado por los técnicos de la Xunta, que han autorizado a la comunidad de montes a realizar una intervención urgente.

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