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Las heladas arruinan el vino gallego
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desde 1975 no había una sequía comparable

Las heladas arruinan el vino gallego

El descenso repentino de temperaturas en abril destruye hasta el 90% de los viñedos en comarcas como Valdeorras y Monterrei, que piden la declaración de zona catastrófica

Foto: Temperaturas de hasta -8ºc afectan al viñedo. (EFE)
Temperaturas de hasta -8ºc afectan al viñedo. (EFE)

Por si fuera poco el abril menos lluvioso en 40 años, el mes se despidió con una helada que arrasó los viñedos de Valdeorras, una de las denominaciones de origen más prestigiosas y productivas del vino gallego. No fue un caso aislado. Monterrei, Ribeiro y Ribeira Sacra también vieron cómo las condiciones meteorológicas arruinaban repentinamente buena parte de las vides, y estudian sumarse a la petición de Valdeorras en la demanda de que se les declare zona catastrófica. Después de una de las mejores cosechas de los últimos tiempos, la de 2016, los viticultores y las bodegas del interior de Galicia afrontan con angustia su peor año.

No se recuerda un abril tan seco en lo que va de siglo. En muchas zonas del interior de Galiciase registró apenas un 15% de lluvia de la media del mes, y hay que remontarse a 1975 para encontrar una sequía comparable. Hasta ahí, la situación era relativamente reconducible, con un adelanto de la cosecha como principal consecuencia. Pero la última semana del mes resultó aciaga. Con la uva en pleno proceso de maduración, la llegada de una masa de aire frío hizo que, repentinamente, los termómetros bajaran de unas máximas que rondaban los 30 grados a los ocho bajo cero de mínima que se alcanzaron la madrugada del día 27 en muchas zonas de Ourense.

El frío de la madrugada del 27 de abril, acabó con el 95% de la cosecha de Monterrei, el 75% de Ribeiro, el 80% de Valdeorras, y el 60% de Ribeira Sacra

Es en esa provincia donde se producen cuatro de las cinco denominaciones de origen gallegas, todas menos Rías Baixas. Las cuatro están afectadas en distinta medida por las heladas, que aunque no son insólitas en el mes de abril, pocas veces sorprenden a la uva en tan adelantado proceso de maduración. Unións Agrarias ha cifrado las pérdidas en 72 millones de euros. Según un informe del sindicato, el frío, particularmente el de la madrugada del 27 de abril, acabó con el 95% de la cosecha de Monterrei, el 80% de la de Valdeorras, el 75% de Ribeiro y el 60% de Ribeira Sacra. “Se han perdido unos 16,3 millones de kilos de uva, lo que supone que no llegarán la mercado 21,7 millones de botellas”, alerta Xosé Ramón González, responsable de Agricultura del Unións Agrarias.

Los viticultores se refieren a este 27 de abril como el “jueves negro”, el peor día de su experiencia como agricultores, cuyas consecuencias se multiplicarán por la escasa implantación de los seguros. Apenas el 15% de ese sector de la agricultura cuenta en Galicia con pólizas de protección. Los afectados atribuyen la situación a supuestas dificultades para cobrar de las compañías aseguradoras cuando hay daños ocasionados por incidencias meteorológicas. En el sector se asegura también que este tipo de pólizas, pensadas para grandes superficies de terreno, no son rentables en un territorio como el gallego, caracterizado por el minifundismo.

Según los datos aportados por la denominación de origen, de los 6,5 millones de kilos de uva que se preveía recoger este año se salvarán apenas dos

La reclamación de declaración de zona catastróficaya ha sido aprobada por el consejo regulador de Valdeorras. Lo hizo con un informe técnico que reduce la cosecha devastada al 75% y modera las pérdidas previstas respecto a los cálculos sindicales, pero que en todo caso estima un perjuicio económico de 3,8 millones de euros. Según los datos aportados por la denominación de origen, de los 6,5 millones de kilos deuva que se preveía recoger este año se salvarán apenas dos millones. Monterrei ya ha iniciado los trámites para reclamar la zona catastrófica, y las otras dos denominaciones de origen, Ribeiro y Ribeira Sacra, estudian estos días sumarse a la propuesta.

Valdeorras pedirá ayudas directas a distintas instituciones, entre ellas la Xunta. “Queremos ayudas económicas que lleguen directamente a los viticultores afectados, al menos para sufragar los cuidados y las medidas correctivas extraordinarias para favorecer la recuperación de la cosecha”, reclamó el presidente del organismo, Francisco García. Los sindicatos avalan esa petición, pero la Xunta no está por la labor. “Las ayudas directas no son viables ni posibles porque el ministerio habilita, junto con la consellería, un sistema de seguros año a año donde tenemos que seguir trabajando mucho”, responde la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez.

Las ayudas de la Xunta se destinarán a incentivar la contratación de seguros. La conselleira reprochó su escasa implantación entre los productores. “El pasado año hicimos un gran esfuerzo para decirle a los viticultores que hay que protegerse económicamente”, recordó. “Ganamos la batalla en el ámbito ganadero, pero tenemos que ganar la batalla también en lo que a huerta y vino se refiere. Si es preciso, aumentaremos el presupuesto para hacerlo aún más fácil”. Vázquez aseguró que ministerio y consellería llegan a financiar hasta el 50% de las pólizas.

Pese a sus recriminaciones, Medio Rural reconoce su preocupación y ha adelantado a viticultores y bodegueros que les ofrecerá líneas de financiación y créditos blandos, aunque está a la espera de los datos de un estudio sobre los daños. Vázquez asume que hay zonas que han sido arrasadas al 100%, aunque también cuenta con que se pueda recuperar parte de los viñedos afectados. La poda y los tratamientos cicatrizantes pueden contribuir a ese restablecimiento, para el que se concederán ayudas. En todo caso, los datos provisionales de la Xunta no coinciden con los de los afectados. Según la consellería, aunque la merma de la producción en Monterrei fue del 90%, en Valdeorras fue de en torno al 65% y de solo el 30% en Ribeiro y 20% en Ribeira Sacra.

La Xunta examina la posibilidad de habilitar una línea de crédito para las replantaciones. “Estudiaremos las fórmulas de carácter fiscal, pero es algo que no atañe simplemente a Galicia”, advirtió la conselleira. En efecto, las heladas también causaron estragos en otras importantes zonas productoras del país como Ribera del Duero, parte de la Rioja o el Bierzo. Sus respectivos gobiernos autónomos plantearán sus reclamaciones al Ministerio de Agricultura en el consejo consultivo que celebrarán este lunes.

Por si fuera poco el abril menos lluvioso en 40 años, el mes se despidió con una helada que arrasó los viñedos de Valdeorras, una de las denominaciones de origen más prestigiosas y productivas del vino gallego. No fue un caso aislado. Monterrei, Ribeiro y Ribeira Sacra también vieron cómo las condiciones meteorológicas arruinaban repentinamente buena parte de las vides, y estudian sumarse a la petición de Valdeorras en la demanda de que se les declare zona catastrófica. Después de una de las mejores cosechas de los últimos tiempos, la de 2016, los viticultores y las bodegas del interior de Galicia afrontan con angustia su peor año.

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