Pemex tumba las promesas de Feijóo y descarta otro flotel y los 14 remolcadores
Malos tiempos otra vez para un sector estratégico en Galicia: los astilleros. La petrolera mexicana da marcha atrás y se caen muchos de los proyectos anunciados
La publicitada lluvia de inversiones de Pemex en Galicia corre serio riesgo de verse reducida a dos barcos y un astillero histórico a precio de saldo. Y eso que cuando se anunció, en un acto solemne retransmitido en directo por la televisión pública a tres días de las autonómicas de 2012, el presidente de la Xunta la consideró “el inicio del crecimiento del empleo” y la puerta de salida de la crisis en Galicia. También se refirió a la creación de 3.000 empleos y a múltiples inversiones millonarias, pero, cuatro años después, todo aquello se ha quedado reducido a dos buques y la compra de un astillero centenario por apenas cinco millones de euros. Los demás proyectos se han caído uno detrás de otro.
La visita a Vigo esta semana del director general de la petrolera mexicana, José Antonio González Anaya, sirvió para certificar que uno de esos barcos, el 'Reforma Pemex', está listo para zarpar rumbo a México. Transcurrido más de medio año desde que concluyera su construcción, y tras sucesivos incumplimientos de la fecha de entrega, su permanencia en las gradas del astillero había extendido el temor a que Pemex lo abandonara sin destino. Esa posibilidad se disipa, pero no así la de la eventual venta de la participación que la compañía adquirió de la factoría naval de Barreras cuando firmó el contrato del barco-hotel: el 51% del capital, por la que pagó apenas 5,1 millones de euros.
“No confirmamos ni desmentimos”, “un trato privado debe seguir siéndolo” y “cuando Pemex compró Barreras, se enteraron después de que lo hiciera”. Lejos de zanjar las especulaciones, al responder con estas frases a las preguntas de los periodistas sobre las posibilidades de venta, Anaya incrementó el temor de la plantilla del astillero a una desinversión de la compañía mexicana, inmersa en una profunda crisis. La compra y toma de control de la factoría naval viguesa había sido duramente criticada por la oposición en Galicia, que lamentó el bajo precio y el peligro de deslocalización de una empresa privatizada por el SEPI en 1997 entre fuertes protestas de los trabajadores.
Los dos floteles construidos en Galicia, uno en Barreras y otro en Navantia de Ferrol, se firmaron casi dos años después de aquel anuncio y tras un complicado proceso vinculado a una licitación pública internacional. Finalmente, se construyeron en Galicia por un precio conjunto en torno a los 360 millones de euros. Junto a los 5,1 que pagó Pemex por su participación en Barreras, esa es toda la inversión mexicana en Galicia. Nada se sabe de todos aquellos anuncios que el Gobierno gallego y la compañía mexicana realizaron tanto en aquella presentación en vísperas electorales como al iniciarse las obras del flotel de Vigo. “No se construirán más barcos de Pemex en Barreras”, zanjó el miércoles el director general de Pemex.
No habrá tampoco un tercer flotel
Tampoco habrá por lo tanto un tercer flotel, anunciado hace solo un año. En su visita a Galicia, Anaya lo descartó por completo, decisión que atribuyó a los problemas del sector, derivados de la bajada del precio del petróleo. No se construirá tampoco en Galicia ninguno de los 14 remolcadores para Pemex de los que se informó en 2012, de los que siete se iban a construir en astilleros gallegos y los otros siete en México, pero con participación de empresas de la comunidad autónoma. Y, por supuesto, la petrolera abandona su proyecto de instalar una base logística europea y una terminal de graneles líquidos en el puerto exterior de A Coruña, un proyecto en el que iba a invertir 58 millones de euros.
Ahora Feijóo matiza sus palabras de 2012 y “entiende perfectamente” el abandono de Pemex de estos proyectos. El presidente de la Xunta precisó que la petrolera está ingresando actualmente “menos de la mitad” que cuando inició el proceso de modernización de la flota, y que por eso decidió “congelar” ese programa. Pero le restó importancia a este nuevo escenario. “Si Barreras solo se dedicara a hacer barcos para Pemex, no tendría futuro”, advirtió, para añadir: “Ahora tiene que demostrar que va a hacer barcos para otros armadores”.
A esa necesidad de construir buques para clientes distintos al propio dueño del astillero se aferra también Anaya, que apeló a la búsqueda de “otros contratos”. Dejó entrever así la posibilidad de firmar un minicrucero de lujo, una operación vista con recelos en el sector por la inexperiencia de Barreras en ese campo. Del 'Reforma Pemex', en cambio, no hay dudas. “Estamos encantados con él”, afirmó Anaya, que eludió contestar si ese flotel y el que se construye en Ferrol, cuya entrega está prevista para principios de 2017, se los quedará Pemex. “Es una decisión que no se ha tomado. En este negocio y en una compañía integrada como Pemex, siempre se está buscando la mejor manera de asignar el capital. Son nuestros, pero hay muchas figuras financieras”, explicó.
Un sector muy castigado, pero estratégico
La confirmación de que se caen todos los contratos que se habían anunciado para los astilleros gallegos pone en peligro un sector considerado estratégico para la comunidad autónoma, la retirada del puerto exterior de A Coruña es un duro golpe para una infraestructura cuyo presupuesto se acerca a los 1.000 millones de euros, 600 millones más de los presupuestados, y que permanece infrautilizada.
Mientras Feijóo negociaba con el Gobierno mexicano la instalación de Pemex en Punta Langosteira, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, firmaba en La Moncloa con el presidente de la Asamblea Nacional Popular China, Wu Bangguo, un protocolo por el que la empresa Beijing 3E se comprometía a destinar 270 millones de euros para implantar una instalación industrial del sector energético en el mismo recinto. El PSOE aseguró recientemente que, cuatro años después, China ha cancelado el contrato, mientras que la Autoridad Portuaria de A Coruña sostiene que “siguen las negociaciones”.
La publicitada lluvia de inversiones de Pemex en Galicia corre serio riesgo de verse reducida a dos barcos y un astillero histórico a precio de saldo. Y eso que cuando se anunció, en un acto solemne retransmitido en directo por la televisión pública a tres días de las autonómicas de 2012, el presidente de la Xunta la consideró “el inicio del crecimiento del empleo” y la puerta de salida de la crisis en Galicia. También se refirió a la creación de 3.000 empleos y a múltiples inversiones millonarias, pero, cuatro años después, todo aquello se ha quedado reducido a dos buques y la compra de un astillero centenario por apenas cinco millones de euros. Los demás proyectos se han caído uno detrás de otro.
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