Feijóo estudia dejar la política porque el PP “le ha cerrado las puertas de Madrid”
Los socialistas acusan al presidente de perjudicar a Galicia con sus indecisiones, mientras en el PP crece la tensión ante el retraso de unas elecciones que muchos le piden anticipar
El juego a dos bandas de Alberto Núñez Feijóo ya lo es a tres. No solo tensa los plazos para decidir entre intentar un tercer mandato en la Xunta y dar el salto político a Madrid. Ahora ha abierto una tercera vía, iniciar “otra actividad profesional” lejos de la política. Para la oposición, más que una aspiración real es la consecuencia de un portazo. “Ni está claro que Rajoy se vaya a ir, ni lo está que, de hacerlo, Feijóo vaya a ser bien recibido por sus compañeros de partido en la política nacional”, sostiene el portavoz parlamentario del PSdeG, José Luis Méndez.
Los grupos que aspiran a arrebatarle la Xunta al PP en las próximas autonómicas, que se celebrarán como muy tarde este otoño, consideran verosímil la posibilidad de que Feijóo abandone la política. Es lo que sobre todo en las filas de AGE llaman “puerta giratoria”. “De hecho, desde el mismo momento que tomó posesión como presidente, se le ha visto mucho más preocupado por cultivar su imagen personal que por los intereses de Galicia”, le acusa un diputado. “Eso le sirve para jugarse la baza de sucesor de Rajoy, pero también para conseguirse un buen retiro político en una empresa privada”, añade.
En efecto, Feijóo se ha labrado imagen de buen gestor, básicamente a golpe de ortodoxia presupuestaria. Antes de que la austeridad se convirtiese en un mantra del PP, el presidente de la Xunta se hizo famoso con recetas como la de “no gastar lo que no se tiene”, que luego asumiría Mariano Rajoy. “Son siete años de campaña brutal, de producto de 'marketing' en Madrid, que le puede servir tanto para el sector público como para el privado”, añade otro diputado socialista. “No le preocupa Galicia, sino su imagen, y ha sacrificado inversiones muy necesarias para salvaguardar el déficit cero. Hemos sido el laboratorio de unas políticas nefastas que ahora nos toca pagar”.
Los socialistas están convencidos de que la Xunta es la última opción para Feijóo. “Lleva más de un año dejando claro que no le interesa, y subordinando la acción de Gobierno a ese pensamiento”, afirma Méndez, que añade: “Ahora que le han dicho que su tiempo en Madrid ha terminado, mantiene la misma tensión entre Galicia o la empresa privada. Lo que está claro es que el tiempo de sus mayores aspiraciones ha terminado”. Desde el resto de partidos, tampoco descartan que esté preparando una especie de “clamor” que preceda a su anuncio de un tercer mandato.
"No he oído a nadie que le reclame en Madrid"
Méndez explica de una forma gráfica lo que el conjunto de la oposición considera un “desprestigio” del líder del PP gallego. Según la mayoría del resto de grupos, a Feijóo se le asocia con “amistades peligrosas”. “Solo hay que buscar imágenes de él en Google y ver de qué tipo son”, señala el portavoz socialista. Se refiere en realidad a solo una: la famosa fotografía en el yate del contrabandista Marcial Dorado, tomada en 1995 y conocida en 2013. “Ese tipo de cosas quizá puedan taparse en Galicia, pero son letales para quien aspira a encabezar el Gobierno español”. Los socialistas sustentan esta opinión con el siguiente argumento: “Son muchas voces las que le piden que siga al frente de la Xunta, pero yo no he oído a nadie que le reclame en Madrid”.
Tanto entre la oposición como en el propio PP se tiene en cuenta lo ajustado del escenario político en Galicia, un factor fundamental a la hora de tomar una decisión. Esa es la principal razón por la que la mayoría de populares gallegos llevan meses reclamándole un tercer mandato, conscientes de que si con Feijóo las posibilidades de reeditar la mayoría absoluta no son abundantes, sin él son muy escasas. En el PP abundan los diputados que creen que, de confirmarse que las puertas de la sucesión de Rajoy se cierran, el presidente gallego solo optaría por un tercer mandato de contrastar sus posibilidades de éxito. Y esas son más difíciles de calcular cuanto más tiempo quede para las autonómicas.
La idea de Feijóo pasaba por tener aclarado ese panorama para asegurar o descartar la posibilidad de reemplazar a Rajoy y anticipar o no las autonómicas
En ese sentido, la posibilidad de una repetición de las elecciones generales ha venido a trastocar todos sus planes. La idea de Feijóo pasaba por tener aclarado ese panorama a estas alturas de año para asegurar o descartar la posibilidad de reemplazar a Rajoy, y en función de ello anticipar o no las autonómicas. Ahora solo dispone de un mes para desvelar su juego, siempre que cumpla el compromiso, más o menos implícito, de anunciar su decisión cuando celebre el séptimo aniversario de su primera toma de posesión, el próximo 18 de marzo. El siguiente plazo, y obligatoriamente el último, sería el congreso regional de finales de abril o principios de mayo.
Socialistas, nacionalistas y AGE -la confluencia que dio origen a la Marea con Podemos- creen que el futuro personal de Feijóo se está tensando tanto que afecta incluso a la fecha de las elecciones. En su primera legislatura, el presidente disolvió la Cámara y llamó a las urnas con casi seis meses de antelación sin causa aparente. Esta segunda legislatura ya durará más que la primera. Y, al menos en privado, una mayoría de diputados de la oposición cree que un anticipo electoral les perjudicaría a ellos, dados los problemas que arrastran todas las alternativas de Gobierno en Galicia.
Que se quede... y que convoque ya
Esa es la opinión que también se extiende entre los populares gallegos, que desean que Feijóo no solo se quede, sino que convoque ya. Pero esa aspiración se ha visto agravada por la ausencia de avances de este domingo en el Congreso provincial del PP de Pontevedra. Muchos en el partido esperaban un gesto de Feijóo o de Rajoy que ayudase a desentrañar el futuro del partido. Pero ni el primero ha enseñado sus cartas ni el segundo le ha enviado el más mínimo mensaje. Por no haber, no ha habido ni la anunciada reunión entre ambos, esa conversación pendiente que había anunciado el presidente en funciones para aclarar la situación. Ni antes del congreso ni después se vieron a solas, lo que transmitió una imagen de frialdad en sus relaciones que tampoco ayuda a enfocar el relevo, interpretan en el PP.
El juego a dos bandas de Alberto Núñez Feijóo ya lo es a tres. No solo tensa los plazos para decidir entre intentar un tercer mandato en la Xunta y dar el salto político a Madrid. Ahora ha abierto una tercera vía, iniciar “otra actividad profesional” lejos de la política. Para la oposición, más que una aspiración real es la consecuencia de un portazo. “Ni está claro que Rajoy se vaya a ir, ni lo está que, de hacerlo, Feijóo vaya a ser bien recibido por sus compañeros de partido en la política nacional”, sostiene el portavoz parlamentario del PSdeG, José Luis Méndez.