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Inversores chinos desembarcan en el sector de la alimentación de Galicia
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CORPORACIONES EUROPEAS TOMAN POSICIONES

Inversores chinos desembarcan en el sector de la alimentación de Galicia

La conservera Albo será propiedad de Shanghai International Ocean Resources a cambio de unos 48 millones de euros. Fondos buitre también tienen presencia en el sector con inversiones a corto plazo

Foto: Imagen del Puerto de Vigo. (EFE)
Imagen del Puerto de Vigo. (EFE)

La conservera Albo, sexta empresa española del sector de la alimentación y tercera en la del atún claro y el bonito, está a punto de caer en manos chinas. Shanghai International Ocean Resources se hará con la histórica marca y su producción a cambio de una suma que rondará los 48 millones de euros. No es el único movimiento de capital que afecta a grandes empresas implantadas en Galicia, principalmente del sector de la alimentación, y más concretamente las relacionadas con la pesca, con compañías como Iberconsa, Interatlantic Fish y Pescanova afectadas por los vaivenes accionariales.

Fundada en 1929 por el empresario de origen cántabro Carlos Albo Kay, Hijos de Carlos Albo, S.L. tiene su centro de operaciones en su factoría de Vigo, en la que trabajan 120 empleados. Es considerada una de las industrias más pujantes del sector por su alto valor añadido, respaldado por una facturación que ascendió a 84,4 millones de euros en 2014. Cuenta también con centros de producción en Cillero (Lugo) y Tapia de Casariego (Asturias), y centra su negocio en la conserva y en los platos preparados.

Su venta está a punto de cerrarse con Shanghai International Ocean Resources, filial de China Resources, que se haría con la marca y la producción, pero no con el patrimonio inmobiliario, que pertenece a otra sociedad de la familia Albo. Según ha publicado 'La Voz de Galicia', la operación forma parte de un movimiento del 'holding' chino que asciende a 130 millones de euros y que incluye, además del 100% de Albo, la adquisición del 70% de la canadiense French Creek Seafood.

El capital chino también está interesado en hacerse con la viguesa Interatlantic Fish, proveedora de Pescanova, que factura 50 millones euros anuales

La venta de Albo guarda ciertas similitudes con la adquisición de los astilleros Rodman de Vigo por China Sonangol no solo por el origen del capital, sino también por los problemas de los dirigentes de las dos compañías compradoras con las autoridades del gigante asiático. El dinero chino abarca todos los sectores, como se demostró en la operación considerada pionera de la entrada de capital de ese país en Galicia: la compra en 2011 por Citic Heavy Industry a cambio de casi 60 millones de euros de Gándara Censa, especialista en grandes piezas para cemento y minería, negociada por el entonces socio mayoritario de la empresa gallega, el presidente del Celta de Vigo, Carlos Mouriño.

Una nueva vía de acceso

El capital chino también está interesado en hacerse con la viguesa Interatlantic Fish, firma proveedora de Pescanova, Pescapuerta, Profand o Fandicosta, que comercializa 25.000 toneladas y factura 50 millones de euros anuales. El objetivo de los fondos interesados en su compra consiste en abrir una puerta de acceso no solo al mercado de España y Portugal, sino también al de Latinoamérica. Interatlantic es líder en España en salmón y 'giant squid' (calamar gigante) y dispone de una planta de procesado en Perú con 600 trabajadores.

Para el economista Xan López Facal, el interés del dinero chino por Galicia responde a la situación estratégica de la comunidad, a sus infraestructuras portuarias y al tirón de empresas como Citroën o Zara, pero integra el desembarco de fondos del país asiático en una operación internacional a mayor escala. “Hablamos de un país que atesora una gran cantidad de dólares y euros que está realizando operaciones en todo el mundo”, subraya.

No solo el capital chino toma posiciones en el sector gallego sector de la alimentación. Desde que en 2012 se hiciera con el 22% del grupo Calvo, el grupo italiano Bolton Group no ha parado de crecer. Su última operación consiste en el asalto de la vasca Garavilla, que comercializa la marca gallega Cuca, y que posee plantas en O Grove, Vilagarcía de Arousa y Boiro. Bolton Group, ahora accionista mayoritario de Garavilla, gestiona otras marcas como Isabel o Massó.

La inversión extranjera directa en Galicia es apenas del 1% del total del Estado, a pesar de que le corresponde un 5% de su PIB

Ibérica de Congelados (Iberconsa), mientras, ultima su venta al fondo inversor Portobello, una operación que ya ha sido autorizada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El inversor madrileño se hará con el 55% de la empresa de Vigo, tercer fabricante de pescado congelado en España. Iberconsa cerró 2015 con una facturación de 180 millones de euros, lo que le permitió hacerse un hueco entre las 25 principales empresas dedicadas al pescado congelado en Europa.

En una jugada a varias bandas, con el movimiento de capitales y la concentración como principales ejes, Iberconsa no solo vende, también compra. Así, negocia la adquisición de la línea de productos elaborados de la coruñesa Isidro de la Cal y tiene abiertas conversaciones con otras ocho compañías. Su futuro socio de referencia, Portobello, mientras, viene absorbiendo en el último año distintas empresas de conservas, entre ellas el grupo IAN, productor de los espárragos Carretilla, por el que pagó 55,8 millones de euros el año pasado.

Un sector “atomizado”

López Facal atribuye todos estos movimientos a la lógica de un sector “atomizado” como el de la conserva. “A excepción de Jealsa y Calvo, las dos grandes, responde a un modelo de empresas relativamente pequeñas. La conserva apareció en la década de los años veinte del siglo pasado, principalmente en Vigo, con empresas sobre todo familiares. Con el paso de los años, los procesos de transmisión de padres a hijos han provocado tensiones, y todo el mundo entendía que era normal que se fuese a un proceso de concentración. No extraña a nadie que se simplifique y caigan muchas de ellas”, explica el economista. Según datos de Anfaco, la patronal española del sector, de este proceso emergieron las 130 empresas que hoy dominan la industria, de las cuales 67 se encuentran en Galicia, y suponen el 87 % de la producción nacional de conservas de pescado.

En el escenario aparecen también fondos buitre con inversiones a corto plazo. Las últimas desinversiones de Portobello se consumaron después de permanecer una media de seis años. Y en Pescanova, en cuya crisis fue sondeada Iberconsa como socio de capital de la banca acreedora, sí se posicionó el grupo inversor británico Strategic Value Partners (SVP), que ha aprovechado el proceso de reflotación para canjear deuda por acciones, hasta sumar el 15,84% de Nueva Pescanova. La estrategia de SVP consiste en adquirir participaciones de empresas en reestructuración para desinvertir rápidamente.

Con todo, los expertos ponen las cosas en su justa medida cuando advierten de que la inversión extranjera directa en Galicia es apenas del 1% del total del Estado, a pesar de que le corresponde un 5% de su PIB. El margen de convergencia es amplio. Como explica un economista, que Barreras caiga en las manos mexicanas de Pemex o las antiguas cajas en las venezolanas de Banesco “son hechos de gran trascendencia emocional, pero de escasa relevancia económica por su valor de venta”.

La conservera Albo, sexta empresa española del sector de la alimentación y tercera en la del atún claro y el bonito, está a punto de caer en manos chinas. Shanghai International Ocean Resources se hará con la histórica marca y su producción a cambio de una suma que rondará los 48 millones de euros. No es el único movimiento de capital que afecta a grandes empresas implantadas en Galicia, principalmente del sector de la alimentación, y más concretamente las relacionadas con la pesca, con compañías como Iberconsa, Interatlantic Fish y Pescanova afectadas por los vaivenes accionariales.

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