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'Rastreadores de covid': La pandemia no terminará este año
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'Rastreadores de covid': La pandemia no terminará este año

Pablo Pombo se sumerge en la prensa internacional y selecciona los artículos imprescindibles para estar bien informado sobre todos los aspectos de la pandemia. Una newsletter diaria sólo para suscriptores.

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Si bajamos el volumen al discurso político y se lo subimos a la preocupación de los científicos y a los cálculos de la industria sanitaria, llegaremos probablemente a la conclusión de que nos estamos adentrando en algo parecido a una segunda fase de la pandemia. El comienzo del fin que esperábamos cercano, incluso a partir de este verano, parece que se nos va quedando más y más lejano. Está sobre la mesa el temor de que 2021 termine pareciéndose a 2020 mucho más de lo que deseábamos.

Con claridad

'Der Spiegel' entrevista al principal virólogo de Alemania, Christian Drosten: "Estoy bastante preocupado por lo que podría suceder en primavera y verano". Seleccionamos cuatro mensajes del homólogo germano de Fernando Simón, la diferencia es obvia.

"Vamos en un camión destartalado bajando por una ladera empinada y no sabemos qué curvas se acercan o si la montaña puede volverse todavía más inclinada. Tampoco sabemos hasta dónde puede llegar. Sin embargo, sí que sabemos que no podemos salirnos en ninguna curva. En una situación como esta, cerrar los ojos no ayuda. Tenemos que pisar los frenos aunque estén oxidados".

"Cuando los ancianos y parte de los grupos de riesgo hayan sido vacunados, habrá una inmensa presión para poner fin a las restricciones"

"En una población que todavía no es inmune, es probable que la variante británica tenga éxito porque se propaga mejor, es más contagiosa. Las variantes sudafricana y brasileña pueden infectar a personas que ya han tenido la enfermedad, aunque eso seguramente no sea una desventaja donde la inmunidad no está generalizada. El virus se distribuirá aquí y allá durante el próximo año y seguramente aparecerán nuevas variantes".

"Creo que tenemos la oportunidad de prevenir, o al menos de frenar significativamente, el avance de la variante británica. Si somos capaces de mantener la nueva cepa por debajo de un punto de referencia crítico, al menos tendríamos la esperanza de que no se extendiera tan rápido aquí".

"Cuando los ancianos y parte de los grupos de riesgo hayan sido vacunados, habrá una inmensa presión económica, social, política —y quizás hasta legal— para poner fin a las restricciones. Después, una gran cantidad de personas se infectarán en poco tiempo, más de lo que podemos imaginar en este momento. Hasta 100.000 casos diarios, en el peor de los casos".

Foto: Aplausos durante el confinamiento. (EFE)

Caída del optimismo

"Las mutaciones socavan el optimismo incluso cuando se acercan más vacunas". Bloomberg. "El mundo podría estar a punto de contar con dos nuevas vacunas para combatir la pandemia. Pero las cepas que están apareciendo en todo el mundo están obligando a los fabricantes de vacunas a desarrollar refuerzos para una enfermedad que está cambiando constantemente y podría permanecer activa durante años. Conclusión de los científicos: esta es una pelea que podría durar mucho tiempo. Las vacunas que ahora funcionan bien podrían desvanecerse a menos que se diseñen inyecciones de refuerzo, algo en lo que los fabricantes de vacunas ya están empezando a trabajar. Podría ser que el covid-19 se transforme en algo parecido a la influenza y requiera vacunaciones periódicas de refuerzo a lo largo de los años para poder mantenerlo a raya. Los fabricantes de medicamentos podrían comenzar a trabajar en nuevas vacunas, denominadas 'bivalentes'. Una inyección combinada que contiene dos componentes para estimular el sistema inmunológico tanto frente a la cepa original como a la variante sudafricana. O podrían mantener las existentes y personalizar las de refuerzo para generar anticuerpos frente a las nuevas variantes".

Foto: china-diplomacia-guerra-vacunas

2022, como mínimo

"Olvídense del 'principio del fin'. La guerra contra el covid será permanente". 'Financial Times'. "A pesar de la cosecha de vacunas, la industria de la salud considera que la lucha contra el coronavirus durará años. ¡La industria de la salud se está preparando para una guerra larga! 'Creemos, más de lo que creíamos hace cuatro o seis meses, que el alto uso de los test continuará durante el ejercicio fiscal de 2022', dijo el CEO de Betcon Dickinson, fabricante de jeringuillas y test. ¿Otros dos años de esto? Es una previsión optimista, según el CEO de OraShure Technologies, una empresa de diagnóstico rival: 'La necesidad de que haya test disponibles durará mucho más allá de 2022 en las economías desarrolladas. En los países de ingresos bajos y medianos, quizás hasta 2027 o 2030".

Inmunidad colectiva: el listón subiría entre 10 y 15 puntos

"Las mutaciones del coronavirus agregan urgencia al esfuerzo de vacunación porque los expertos advierten de una larga batalla por delante". 'Washington Post'. "El camino hacia la inmunidad colectiva parece de repente más largo. La aparición de variantes amenaza con extender el desastre y hacer que 2021 se parezca demasiado a 2020. Una compleja mezcla de buenas y malas noticias provoca que el pronóstico para los próximos meses resulte confuso. Pero los científicos lo tienen claro: esta pandemia está lejos de terminar. Las mutaciones han complicado y probablemente ampliado la línea de tiempo necesaria para aplastar la pandemia. Para los epidemiólogos, resulta una obviedad que la inmunidad colectiva frente a un virus más transmisible requiere un porcentaje mayor de personas inmunizadas. Al comienzo de la pandemia, los científicos estimaban que alrededor del 70% de las personas necesitaría haberse vacunado o desarrollado inmunidad natural para que la sociedad cruzase el umbral en el que el virus no circularía libremente. Esa cifra parece demasiado baja ahora. Según Jay Butler, subdirector del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades norteamericano, 'el nivel de cobertura necesario para la inmunidad colectiva aumentaría, en el rango del 80 al 85%".

Si bajamos el volumen al discurso político y se lo subimos a la preocupación de los científicos y a los cálculos de la industria sanitaria, llegaremos probablemente a la conclusión de que nos estamos adentrando en algo parecido a una segunda fase de la pandemia. El comienzo del fin que esperábamos cercano, incluso a partir de este verano, parece que se nos va quedando más y más lejano. Está sobre la mesa el temor de que 2021 termine pareciéndose a 2020 mucho más de lo que deseábamos.

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