Desalojan un bar en Sevilla con 46 personas en apenas 30 metros cuadrados

El barrio de la Alfalfa es uno de los más concurridos de Sevilla por sus bares de tapas, sus restaurantes y su ambiente a cualquier hora del día. Sin embargo, sus habitantes se quejan de que los hosteleros no siempre cumplen con las normas de seguridad exigidas por el coronavirus y de que los clientes no respetan las medidas decretadas por las autoridades.

La última muestra llegaba este fin de semana, cuando la Policía Local de Sevilla se veía obligada a desalojar a 46 personas que se encontraban en el interior de un bar de la calle Pérez Galdós, en apenas 30 metros cuadrados. No cumplían en ningún caso la distancia de seguridad y, además, superaban el aforo del local.

Los vecinos de esa zona llevan meses quejándose de la situación, que es particularmente grave al reunirse decenas de jóvenes en la calle para seguir bebiendo alcohol cuando los bares cierran, sin importarles que justo enfrente haya una residencia de ancianos. En las últimas semanas, la plataforma vecinal ha realizado varias protestas, pero la situación no mejora.

Sin cumplir las medidas

No ha sido la única actuación de la policía sevillana en locales de ocio durante el fin de semana. Tanto en la zona de la Alameda de Hércules como en la de la Macarena tuvieron que actuar en bares que no estaban cumpliendo con las medidas decretadas para evitar la propagación del covid-19, tal y como publica Diario de Sevilla.

En este último caso, la Policía Local tuvo que desalojar a diez personas que se encontraban en el interior de un local con la puerta cerrada, pero incumpliendo las medidas decretadas. Los agentes tuvieron que intervenir cerca de las dos de la madrugada y tomaron nota tanto del responsable del bar como de los asistentes para posibles infracciones.

Lo mismo ocurrió en otra zona, cuando la policía actuó en plena calle para detener una fiesta de cumpleaños. Había varios jóvenes bebiendo alcohol e incumpliendo las medidas anticoronavirus, por lo que fueron denunciadas por los agentes. Tanto el organizador como los asistentes se enfrentan ahora a diferentes sanciones.