La policía caza a un hostelero que abrió su bar para jugar al mus con sus amigos
Se enfrenta a una multa mínima de 30.000 euros por saltarse la orden de cierre, mientras los participantes en la partida podrían ser sancionados con 601 euros cada uno
El dueño de un bar de San Martín de la Vega, en la provincia de Madrid, se enfrenta a una sanción mínima de 30.000 euros por quebrantar el cierre obligatorio decretado por el estado de alarma. Todo, después de que la policía irrumpiera en su establecimiento y le descubriera junto a otras personas jugando al mus, en pleno confinamiento por coronavirus.
Los hechos sucedieron el pasado 17 de abril, pero ha sido ahora cuando el ayuntamiento de esta localidad madrileña lo ha hecho público por medio de un comunicado en su página web. Fueron los propios vecinos quienes denunciaron los hechos llamando a la policía local ya que escuchaban ruidos procedentes del local, aunque se encontraba con la verja cerrada.
Una patrulla se dirigió hasta el lugar y se encontraron con que el cierre estaba bajado, aunque escucharon ruidos en el interior. Una vez que entraron en el establecimiento comprobaron que "el propietario se encontraba en su interior", tal y como ha explicado el concejal de Seguridad Ciudadana, Sergio Neira.
Una partida de mus muy cara
El propio concejal señala que el dueño del establecimiento "alegó que estaba limpiando, pese a encontrarse con una mesa con tapete verde, fichas de juego y una baraja, así como varios vasos en la barra del bar con cubitos de hielo y unas botellas preparadas para rellenar éstos". En realidad, estaba jugando una partida de mus con unos amigos.
El dueño se puso a limpiar cuando entraron los agentes, mientras el resto de participantes en la partida se fueron a esconder a la cocina sin éxito
Los policías siguieron registrando el local y "posteriormente localizaron a otras tres personas escondidas en la cocina, sujetando la puerta para que uno de los agentes de la Policía Local no pudiera acceder a su interior". Esas tres personas se exponen a una multa mínima de 601 euros por saltarse el confinamiento, mientras la multa para el dueño del local será de más de 30.000 euros.
No ha sido el único problema que ha tenido San Martín de la Vega en las últimas semanas. Se han tramitado 160 denuncias por desobediencia desde que se decretara el estado de alarma, junto a otras 54 instruidas por la Guardia Civil. Una de ellas ha sido para un bazar que abrió sus puertas el pasado 21 de abril sin permiso, ya que no se trataba de un comercio autorizado para la venta de productos de primera necesidad.
El dueño de un bar de San Martín de la Vega, en la provincia de Madrid, se enfrenta a una sanción mínima de 30.000 euros por quebrantar el cierre obligatorio decretado por el estado de alarma. Todo, después de que la policía irrumpiera en su establecimiento y le descubriera junto a otras personas jugando al mus, en pleno confinamiento por coronavirus.