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Con la mascarilla puesta y sin salir a fumar: así planean su reapertura los bares de Madrid
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Con la mascarilla puesta y sin salir a fumar: así planean su reapertura los bares de Madrid

La hostelería lleva cerrada en España desde que el pasado 14 de marzo el presidente Pedro Sánchez decretó el estado de alarma en todo el país

Foto: Una mujer guarda una terraza en un bar de Madrid. (Reuters)
Una mujer guarda una terraza en un bar de Madrid. (Reuters)

La hostelería española lleva cerrada más de un mes. Una de las principales fuentes de ingresos para la economía del país, y el sostén de muchas familias, — en España hay 315.000 establecimientos de restauración y hostelería— ha sufrido, como otros sectores, un doble golpe con la llegada de la crisis del coronavirus: el de la salud, provocado por la propia enfermedad covid-19 y el mazado económico que supone tener cerrados al menos dos meses sus cocinas y sus salones.

Los hosteleros tienen intención de, en cuanto el Gobierno autorice la reapertura de este tipo de locales, arrancar rápido con su actividad. No tienen más tiempo que perder. Por eso, algunos, como los que forman parte de la la asociación de Hostelería Madrid, fundada en 1882, han querido ir adelantando trabajo y, aunque el Ejecutivo todavía no ha dejado nada claro al respecto de cómo deberá ser la puesta en marcha de sus negocios, han elaborado una guía técnica en la que plantea al ayuntamiento de la capital, desde donde ya se trabaja en su propio plan de desescalada, y a la Comunidad de Madrid una serie de medidas que están dispuestos a tomar de cara cuando llegue el momento.

En ella la asociación planeta la vuelta a la que ya ha sido denominada en muchos sectores, incluido el presidente del Gobierno, como "nueva normalidad", en tres fases: la preapertura, la puesta en marcha de los bares y/o restaurantes y la post-apertura. Entre todas ellas se planeta cómo se debe planificar la actividad post-covid-19, cómo se deberá reestructurar la carta, cuáles serán los nuevos proveedores que requerirán estos establecimientos así como los nuevos procesos de trabajo, las medidas de protección personal que deberán tomar los trabajadores, las restricciones a las que se tendrán que someter estos así como un horario de apertura nuevo.

Antes de abrir: desinfección y barreras

La asociación de hosteleros madrileña prevé que antes de que los locales vuelvan a abrir al público se realice una limpieza en profundidad del local para garantizar su desinfección. Además solicita a los hosteleros que se planteen los horarios, pues la "nueva normalidad" pues desde la entidad prevén que la nueva normalidad pueda conllevar un cambio en las "costumbres" de los clientes.

Por otro lado, pone sobre la mesa también una evaluación de la carta, del personal que está operativo para trabajar y solicita la "elaboración de un plan detallado de trabajo para el primer día, la realización de un inventario de los productos congelados y no perecederos que se tengan en el local" así como la revisión del funcionamiento de toda la maquinaria.

El plan de reapertura incluye también la utilización de equipos de protección individual más conocidos como EPI, por parte del personal, por lo que los dueños de bares y restaurantes deberán abrir vías de negociación con distribuidores para garantizar que sus empleados cuentan con mascarillas, guantes de nitrilo o vinilo, equipos de ozono para desinfectar el local, mamparas, pantallas o todo aquello que sea necesario para mantener la seguridad de los clientes. Así, el plan de Hostelería Madrid abre la puerta a una estampa nada vista en nuesro país: camareros sirviendo con mascarillas y comensales separados por mamparas. Si Sanidad acepta su petición, tal vez la próxima vez que uno se siente un bar ya no pueda escuchar con nitidez la conversación de los de al lado, fijarse demasiado en los detalles de su ropa o ver la sonrisa del camarero o la camarera. Las medidas de protección podrán ser también una barrera para estos gestos.

Al abrir: nada de salir a fumar con el uniforme

Otra de las estampas de las que privará a la sociedad post-covid la "nueva normalidad" puede ser, si se cumple lo recogido en esta guía, la del camarero, cocinero o pinche fumando junto a la puerta de atrás del restaurante, pues estará prohibido salir. Según lo planteado por los madrileños "quedará prohibido salir a la calle con el uniforme y calzado de trabajo, por lo tanto, no podrán hacerse salidas para fumar, compras de última hora o imprevistos". También quedará prohibido el uso del móvil y "efectos personales por motivos de contaminación" en los vestuarios del personal. En estos espacios, los trabajadores deberán mantener todo el tiempo la distancia interpersonal de 1,5 metros y contar con gel hidroalcólico. El lavado de manos será obligatorio después de llevar a cabo cada una de las tareas.

En cuanto a los productos y la cocina, los hosteleros deberán garantizar la desinfección de cada uno de ellos en el momento de su recepción. En las cocinas, si es posible, se delimitará con una cinta adhesiva el espacio de cada uno de los trabajadores (que usarán EPI en todo momento) y se intensificará la limpieza, sobre todo en las zonas de paso, para garantizar su buena desinfección.

En la sala habrá más cambios. Las mesas tendrán que estar colocadas a un mínimo de 1,5 metros y en la barra se recomendará que haya solo un camarero o solo el número de ellos que de como resultado el espacio: pues no deberán estar tampoco a menos de 1,5 metros. Además, puede que se acabe con el servicio de mesa en los establecimientos que dan predominio a la barra. Según la guía "se valorará" que sea el cliente quien recoja su pedido en la barra. También se hará notar el gel desinfectante: tendrá que estar tanto a la entrada del local como en los accesos a los servicios. Se desinfectarán periódicamente los tiradores, las zonas de paso, las mesas, los servilleteros y las aceiteras y se ventilará el espacio después de cada servicio. ¿Y si hay zona de 'take away'? Como en la cocina, esta también deberá estar señalizada con cinta adhesiva delimitando su espacio e indicando puntos de espera para evitar aglomeraciones.

Las terrazas abrirán pero cumpliendo la distancia de seguridad entre mesas y sin servilleteros

Las terrazas, uno de los grandes atractivos de la hostelería de Madrid, podrán reabrirse según el plan. Sin embargo, las mesas se tendrán que redistribuir para cumplir con la distancia de seguridad o entre ellas tendrán que instalarse mamparas u otros elementos de protección. Aquí también tendrá que haber gel desinfectante a disposición de los clientes, no podrá haber servilleteros u otros elementos que puedan ser focos de contaminación y al final de cada turno, deberá fregarse el suelo.

Por último, el la guía conseja a los hosteleros contar con un plan de contingencia: "La demanda será cambiante, en función de las circunstancias sanitarias, y deberemos ir adaptando nuestra oferta y servicio a cada circunstancia", reconoce la agrupación. Por ello, advierten a su sector de que según sus cálculos, será importante estar preparado para reaccionar si un trabajador enferma y por si se necesitan desinfecciones de urgencia en el local. La pandemia puede disminuir pero de momento, y hasta que no haya una vacuna, los contagios van a continuar.

La hostelería española lleva cerrada más de un mes. Una de las principales fuentes de ingresos para la economía del país, y el sostén de muchas familias, — en España hay 315.000 establecimientos de restauración y hostelería— ha sufrido, como otros sectores, un doble golpe con la llegada de la crisis del coronavirus: el de la salud, provocado por la propia enfermedad covid-19 y el mazado económico que supone tener cerrados al menos dos meses sus cocinas y sus salones.