Dana: La Guardia Civil cuestiona "ausencia de control" de la CHJ y constata el rastro de llamadas a la Generalitat
Un informe encargado por la jueza destaca los déficits de registro en los barrancos afluentes del Poyo, pero evidencia los cientos de llamadas al 112 desde por la mañana a los servicios de Emergencias el 29-O aguas arriba
Puente reconstruido sobre el barranco el Poyo en Picaña. (EFE/Biel Aliño)
Un informe de la Guardia Civil de Valencia, actuando como Policía Judicial por orden de la jueza de Catarroja, Nuria Ruiz, ha puesto el foco en la posible "ausencia de control" de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) sobre el registro de avisos de la rambla del Poyo durante la dana del 29 de octubre de 2024 en un informe de 220 páginas remitido a la instructora. El documento constata también que la propia Generalitat ya contaba con un rastro ininterrumpido de llamadas al 112 autonómico desde primera hora de la mañana en varios puntos de la provincia de Valencia, en las que los operarios telefónicos advertían de forma reiterada sobre el desbordamiento de cauces y barrancos en distintas cuencas, con peticiones de auxilio y rescate que se prolongaron durante toda la fatídica jornada.
La investigación judicial, que tiene como investigados por homicidio imprudente a la exconsellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, y al exsecretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso, busca determinar si la gestión de la emergencia por parte de la Generalitat fue la adecuada, considerando la información que ya estaba recibiendo directamente y la que recibió de organismos encargados de medir el estado de los cauces, como la CHJ. La instructora considera que se produjo un envío "tardío" y "erróneo" del mensaje de ES-Alert a la población. Un aviso al teléfono móvil que no se produjo hasta las 20:11 horas de aquel día y que podría haber salvado vidas, según ha considerado la jueza en sus autos.
Sobre la vigilancia del barranco del Poyo, uno de los más mortales el día de la dana, los agentes señalan que "destaca sobremanera la inexistencia de avisos como consecuencia del ascenso exponencial desde las 16.15 horas, momento en que se rebasa el umbral 1, las 17.00 horas en que se rebasa el umbral 2 y las 17.25 horas en que se rebasa el umbral 3", dicen. "Hasta las 18.43 horas no se realiza comunicación alguna del ascenso de caudal con un dato sin duda extraordinario como fueron los 1.686.8 metros cúbicos por segundo de caudal circulante", afirma el informe solicitado por la magistrada.
La Guardia Civil cuestiona al organismo que preside Miguel Polo el motivo de esta omisión, que "denotó una aparente ausencia del control". Consideran que esta información temprana habría sido crucial para la toma de decisiones. Aunque también matiza la Generalitat disponía de datos de AEMET y, lo más importante, de las constantes llamadas al 112, que junto a la información del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la CHJ eran fundamentales para evaluar la magnitud real.
"Cabría preguntar en este caso a los responsables de la CHJ cuál fue el motivo por el que no se llevaron a cabo los avisos de superación de los umbrales preceptivos por parte de las personas que tenían encomendaba esas funciones durante la tarde del 29 de octubre, y que sin duda denotaron una aparente ausencia del control sobre el dispositivo del registro de la rambla del Poyo, justo en el peor de los momentos", señala la Guardia Civil.
Además, el informe destaca que el SAIH del Poyo no registra el caudal de otros barrancos afluentes aguas abajo de su punto de control, como los de la Horteta, las Cabezas, Gallego o Santo Domingo, que aportaron un "volumen muy importante de agua" y que confluyen en Torrent. Esto implica que el 50% de la cuenca del Poyo aguas abajo no tenía un registro oficial de la situación.
El informe de la Guardia Civil documenta, además, el masivo volumen de llamadas al 112, que ilustran la magnitud y evolución de la catástrofe. Ya a las 10:00 de la mañana, una llamada desde Chiva alertaba de "agua en inmueble" y de un "barranco desbordado". Los medios de comunicación también se hacían eco de los primeros desbordamientos, como el del barranco de Chiva a las 11:18 horas. A partir de las 14:10 horas, las llamadas al 112 comenzaron a tipificarse con desbordamiento del cauce en Utiel, localidad donde fallecieron seis personas. La cuenca del Magro registró 130 llamadas de auxilio hasta las 23:56 horas. El grueso de las alertas se concentró entre las 15:00 y las 16:00 horas, evidenciando la escalada de la situación en las distintas localidades.
En Requena, se recibieron 87 llamadas, con la primera alerta de desbordamiento a las 12:30 horas. Las llamadas se extendían por toda la cuenca del Júcar, afectando a poblaciones de la Ribera como Guadassuar y Algemesí, esta última con cuatro fallecidos.
El caso de la rambla del Poyo es particularmente analizado por el elevado número de fallecidos que provocó la riada. En la cabecera de Chiva, se produjeron 166 llamadas al 112 por rescates y vehículos bloqueados. La Guardia Civil narra un "arco horario crítico" que se marca entre las 16:40 y las 19:00 horas, con 110 llamadas que detallaban la gravedad de las precipitaciones y sus consecuencias.
Ya a las 16:21 horas, llamadas desde Godelleta advertían del desbordamiento del barranco del Murtal. En Loriguilla, a partir de las 17:51 horas, 12 llamadas daban cuenta del "riesgo inminente de desborde del barranco El Pozalet". A las 18:31 horas, la Policía Local de Riba-roja del Túria comunicaba el desbordamiento del Poyo.
Inmediatamente después, las llamadas se sucedieron en L'Horta Sud: Aldaia, Torrent, Catarroja, Massanassa, Picaña y Paiporta. Desde Paiporta, una de las localidades más afectadas con 46 fallecidos y 162 llamadas al 112 (130 solicitudes de rescate), una alerta a las 18:32 horas fue anotada como "desbordamiento del cauce". En muchas de estas zonas, la capacidad de respuesta ya era inviable, a pesar de las repetidas alertas ciudadanas que llegaban al 112 de la Generalitat.
El informe de la Guardia Civil pone el foco en las llamadas del 112, pero cuestiona también la falta de énfais de la CHJ en sus avisos, aunque su información estaba disponible para el Centro de Coordinación de Emergencia a través de la apliación SAIHWIN. El umbral 1 se rebasó a las 16:15, el 2 a las 17:00, y el 3 a las 17:25. Pese a ello, “no hubo comunicación alguna del ascenso del caudal hasta las 18:43 horas, con un dato ya de 1.686 metros cúbicos por segundo”, señala sobre los correos electrónicos automatizados que manda la Confederación a Emergencias.
El convenio con AEMET
En lo que se refiere a la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), la Guardia Civil confirma que lanzó aviso rojo desde primera hora de la mañana del 29 de octubre. Sin embargo, este nivel de alerta solo contempla el inicio de la superación de 90 litros en una hora o 180 litros por metro cuadrado en 12 horas. El informe de la Guardia Civil destaca que este umbral quedó muy por debajo de la realidad catastrófica. Por ejemplo, en Turís se recogieron 185 litros en tan solo una hora cuando ya había aviso rojo por superar los 90 litros, es decir, más del doble.
La Policía Judicial sostiene que existía una obligación, según el convenio marco con la AEMET, de proporcionar información "en tiempo real de los datos de sistemas de observación automáticos disponibles". No obstante, señala, "se desconoce si estos datos exactos de precipitaciones, recogidos por los sistemas automáticos de AEMET, fueron facilitados en tiempo real al Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat". "Esta comunicación y sus datos no figuran en la documentación que AEMET ha trasladado al juzgado", afirman los agentes.
Un informe de la Guardia Civil de Valencia, actuando como Policía Judicial por orden de la jueza de Catarroja, Nuria Ruiz, ha puesto el foco en la posible "ausencia de control" de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) sobre el registro de avisos de la rambla del Poyo durante la dana del 29 de octubre de 2024 en un informe de 220 páginas remitido a la instructora. El documento constata también que la propia Generalitat ya contaba con un rastro ininterrumpido de llamadas al 112 autonómico desde primera hora de la mañana en varios puntos de la provincia de Valencia, en las que los operarios telefónicos advertían de forma reiterada sobre el desbordamiento de cauces y barrancos en distintas cuencas, con peticiones de auxilio y rescate que se prolongaron durante toda la fatídica jornada.