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Este escarabajo está matando decenas de miles de pinos desde Doñana al Mediterráneo
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Este escarabajo está matando decenas de miles de pinos desde Doñana al Mediterráneo

La plaga del Tomicus arrasa pinares como consecuencia de la sequía acumulada en los últimos años. El insecto perfora los conductos de la savia y seca los árboles, combustible fácil para incendios

Foto: Un escarabajo Tomicus. (Reuters/Alexandros Avramidis)
Un escarabajo Tomicus. (Reuters/Alexandros Avramidis)
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La motosierra de gasolina ruge sin parar durante toda la jornada. En una mañana caen una quincena de pinos. Algunos tienen más de cuarenta años. Comenzaron a amarillear por la copa y en un mes se han quedado completamente secos. En esta finca privada del interior de Alicante, en la comarca del Vinalopó, una familia teme por su pinada, cuya sombra han disfrutado ya tres generaciones. Llevan dos años cortando árboles. Todos los troncos se parecen en una cosa: están repletos de pequeñas perforaciones de entrada y de salida. Un escarabajo se ha cebado con ellos hasta ahogar su sistema circulatorio y el flujo de nutrientes. Son el Tomicus piniperda o el tomicus destruens. Están matando decenas de miles de unidades desde Doñana al Mediterráneo. Siempre han estado ahí, conviviendo con el árbol. Pero las sequías prolongadas han aumentado sus colonias y su impacto.

Las hemerotecas de la prensa regional están repletas de referencias al Tomicus. En octubre del año pasado, el Consell Insular de Ibiza, a través del Departamento de Gestión Ambiental, solicitaba a la Dirección General de Medio Natural y Gestión Ambiental del Govern balear la declaración de plaga en la isla para implementar medidas urgentes, como la tala selectiva de árboles afectados. En septiembre de 2023, El Periódico de Catalunya informaba de que el Ayuntamiento de Barcelona había identificado al escarabajo como causante de la muerte de 1.200 pinos urbanos, lo que obligaba a su corte y retirada.

El año pasado, el Ayuntamiento de Zaragoza tuvo que retirar una veintena de árboles carrascos por culpa del insecto. Ecologistas en Acción denunció, también en marzo 2024, el impacto del barrenador en las pinadas de Doñana más afectadas por la sequía, si bien la Junta ha iniciado estudios sobre el decaimiento y no ha confirmado esta plaga como causa de la mortandad, que sí ha detectado en Andalucía Oriental.

Eduardo Pérez-Laorga, jefe de Servicio de Ordenación y Gestión Forestal de la Generalitat valenciana, lleva más de dos décadas estudiando la salud de los bosques valencianos. Su primera advertencia en la conversación con El Confidencial es dejar claro que la principal causa de muerte de los pinos en España no es el Tomicus, sino el estrés hídrico, la sequía. "Desde septiembre de 2023 hasta mayo de 2024 ha habido un periodo seco especialmente largo, con una clara intensificación en Alicante, donde las lluvias se han retrasado notablemente. Durante el invierno de 2023-2024, los árboles ya debilitados por la falta de agua colapsaron ante la necesidad fisiológica de absorber más líquido", explica este experto, que compara el fenómeno con una elevada mortandad similar en los años 2013 y 2014.

placeholder Un bosque de pinos secos afectados por Tomicus en Grecia. (Reuters/Alexandros Avramidis)
Un bosque de pinos secos afectados por Tomicus en Grecia. (Reuters/Alexandros Avramidis)

Sin embargo, admite que esa debilidad provocada por la escasez de agua ha debilitado decenas de miles de ejemplares, que se han convertido en el objetivo del escarabajo. Según el último informe de prospección fitosanitaria de los montes de la Comunidad Valenciana, elaborado por el servicio de Pérez-Laorga en colaboración con los agentes medioambientales, entre el 12,5% y el 25% de los árboles secos, según el lugar, han sido víctimas del escarabajo perforador.

No es un porcentaje desdeñable, si se tiene en cuenta que la Conselleria de Medio Ambiente ha puesto en marcha un plan para vaciar las pinadas de 370.000 ejemplares secos, convertidos en combustible fácil en caso de incendios forestales. Son varias las comarcas valencianas salpicadas de amplias extensiones de arbolado seco, especialmente en el interior de la provincia de Alicante y en la Costera, la Canal o la Vall d'Albaida.

'Ahogan' al árbol

"La puesta de huevos ocurre principalmente en otoño, aunque en condiciones particulares puede haber actividad reproductiva en febrero o marzo, si los adultos sobreviven al invierno. Los nuevos adultos suelen emerger entre abril y mayo", explica el alto funcionario de Sanidad Forestal. "Las hembras excavan una galería vertical en la parte superficial del tronco, justo bajo la corteza, donde depositan los huevos a ambos lados. Las larvas, al desarrollarse, cavan galerías perpendiculares. Este proceso interfiere con el flujo vertical de savia —que se concentra en la zona más externa del tronco— y compromete la capacidad del árbol para absorber agua", detalla.

El resto del año, cuando la larva se ha convertido ya en escarabajo y abandona el pino, acuden a las copas de otros árboles, donde se alimentan en el interior de los ramillos terminales, ya con el aspecto de insecto adulto, finalizando su maduración sexual.

"La sequía sigue siendo el principal causante de las muertes del arbolado, aunque también ha contribuido a la proliferación de insectos como el Tomicus. En total, a estas plagas se les atribuye algo más de 90.000 bajas", señalan desde la Conselleria de Medio Ambiente. "En los últimos meses, se ha registrado una notable disminución del 53% en el número de árboles perjudicados por insectos perforadores", añaden, aunque advierten de la necesidad de mantener la vigilancia.

Pérez-Laorga cree que, pese a las fuertes lluvias registradas desde la dana de octubre y en el arranque del año, las consecuencias del estrés hídrico de los meses anteriores comenzarán a verse a lo largo de 2025. Su estimación es que la mortandad se eleve a cerca de un millón de árboles solo en la Comunidad Valenciana cuando finalicen los estudios de este año. Es una cifra muy alta, aunque para no generar alarmismos hay que decir que no hay señales que indiquen un riesgo de deforestación. La autonomía tiene un censo de 330 millones de árboles de pie mayor, según el último inventario forestal nacional que acaba de publicar el Ministerio para la Transición Ecológica. Son cerca de 35 millones de metros cúbicos de madera, que incluyen 594 millones de pies menores.

El resto del año, cuando la larva se ha convertido ya en escarabajo y abandona el pino, acuden a las copas de otros árboles

Los tres parámetros han aumentado desde que se hizo el primer inventario. Respecto al tercero, el anterior, que se culminó en 2007, los incrementos de los tres factores (pies mayores, masa forestal y pies menores) han sido de 46%, 73% y 40%, respectivamente. Este incremento de la masa forestal está muy relacionado con el abandono de campos de cultivo. "Los pinares de pino carrasco (Pinus halepensis) ocupan un 63% de la superficie y aportan en torno al 55%, 65% y 48% de los pies mayores, volumen con corteza y pies menores de todas las formaciones autonómicas", señala en su resumen ejecutivo el documento ministerial.

El problema del Tomicus es la dificultad de abordar su tratamiento. Aunque hay sistema de trampas, como los que simulan la acumulación de las sustancias que emiten los árboles débiles y que atraen en masa al insecto, como el alcohol y el alfa-pineno, un aceite, Pérez-Laorga cree que no hay mejor receta que el agua para fortalecer al árbol y admite que esta depende de los regímenes de lluvias para el caso de los montes públicos.

Con todo, Fernando Pradells, ingeniero de montes en el Ayuntamiento de Enguera y expresidente de la Plataforma Forestal Valenciana, apuesta por una intensificación de la gestión forestal. "Podemos hacer mucho más. Ha habido una posición demasiado proteccionista en el tema de los cortes de árboles y ahora estamos sufriendo también las consecuencias", dice. Pradells apuesta por elevar las intervenciones y someter los montes públicos a clareos cuando hay exceso de masa forestal, para asegurar crecimientos sanos de los árboles más jóvenes. "Si no se aclara llega un momento en que colapsa y cuando hay escasez de agua mucho más".

Las fincas privadas con arboladas tendrán que buscarse la vida para salvar sus pinos. La Administración solo interviene en monte público. Sin agua de riego o que llegue del cielo, seguirán tirando de motosierra para retirar los ejemplares muertos.

La motosierra de gasolina ruge sin parar durante toda la jornada. En una mañana caen una quincena de pinos. Algunos tienen más de cuarenta años. Comenzaron a amarillear por la copa y en un mes se han quedado completamente secos. En esta finca privada del interior de Alicante, en la comarca del Vinalopó, una familia teme por su pinada, cuya sombra han disfrutado ya tres generaciones. Llevan dos años cortando árboles. Todos los troncos se parecen en una cosa: están repletos de pequeñas perforaciones de entrada y de salida. Un escarabajo se ha cebado con ellos hasta ahogar su sistema circulatorio y el flujo de nutrientes. Son el Tomicus piniperda o el tomicus destruens. Están matando decenas de miles de unidades desde Doñana al Mediterráneo. Siempre han estado ahí, conviviendo con el árbol. Pero las sequías prolongadas han aumentado sus colonias y su impacto.

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