El PP valenciano abre en canal el debate del relevo de Mazón para proteger al partido y mira a Catalá

Tocado y ¿hundido? El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, arrastra un enorme desgaste político por su gestión, antes y después de las trágicas inundaciones en la provincia de Valencia, que lastra totalmente su futuro y ha desatado el debate sobre su dimisión. El descontento del PP valenciano con su actuación en esta crisis ha sido palpable desde el principio. Cuadros de distinto nivel en la formación conservadora, decepcionados con la incapacidad para afrontarla, veían políticamente "liquidado" al barón popular, pero también había quien pensaba que podía controlar la erosión, si se volcaba en las ayudas a los afectados y en la reconstrucción.

Esa tímida protección se hacía muy complicada ayer, después de conocerse que el día de la tragedia el presidente alicantino mantuvo una larga comida con una periodista y no regresó al Palau de la Generalitat hasta las 18.30 horas, en plena alerta roja y con el comité de emergencias (CECOPI) reunido desde las cinco, tratando de responder a una inundación que se ha llevado por delante más de doscientas vidas.

Con el caudal del barranco del Poyo en aumento desde esa hora y peligro de desbordamiento en la presa de Forata, Mazón no acudió hasta pasadas las siete de la tarde al CECOPI, cuando el agua ya inundaba la mayor parte de los municipios afectados y la consellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, se mostraba dubitativa sobre las posibles medidas de respuesta. La alerta móvil del sistema ES-Alert, aconsejando la restricción de movimientos en la provincia de Valencia, que podría haber mitigado la desgracia, no se lanzó a los teléfonos particulares hasta pasadas las 20 horas, cuando ya prácticamente era inútil.

El desastre natural está fuera de muchos de los modelos hidrológicos de los expertos, con una probabilidad de mil años en cuanto caudales aguas abajo. Pero las dudas sobre qué ocurrió dentro de esa reunión, el retraso en la activación de la alerta y la gestión política de la crisis del propio equipo de Mazón han dinamitado la credibilidad del barón popular. Los equipos de comunicación de la Generalitat han llegado a trasladar que él se encontraba en su despacho, pendiente de esta situación, cuando en realidad seguía en la comida con Maribel Vilaplana, a quien le ofreció la dirección de la televisión pública À Punt durante una extensa sobremesa.

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Esto ha acabado por detonar el debate sobre su relevo. La convicción de que Mazón tenía los días contados en el PP valenciano hacía días que había germinado en amplios sectores del partido: "Salir tiene que salir". Pero relativizada porque, explicaban en la organización, "lo mejor" es que aguante un tiempo para asumir él solo el coste político de esta crisis. En circunstancias así, las siglas del PP están por encima de cualquier dirigente.

En los últimos días, sin embargo, se ha acelerado el proceso. ¿Cuándo se irá? Nadie lo tiene todavía claro. Pero la sensación interna es que "no puede tardar" porque "no va a estar el partido jodido dos años y pico para después perder las elecciones". En el entorno de Mazón, sin embargo, se opina que la legislatura está liquidada, pero "ahora tiene que aguantar, gestionar y gestionar". "El que tiene un muerto no te lo va a perdonar nunca. Pero el presidente es fuerte", señalan. "Partes desde cero o desde menos uno. Pero yo creo que hay tiempo para mejorar. Queda mucho por hacer. Ahora la legislatura pasa por la reconstrucción y atender a las familias", afirma un alto responsable del PP valenciano de la confianza de Mazón, que todavía le defiende.

Está asumido que tratará de blindarse con cambios en la Generalitat y el cese de la consellera Salomé Pradas, al que tanto fuera como dentro del Consell se ve ya amortizada. También está en el aire la continuidad del secretario autonómico de Emergencias, el exCiudadanos Emilio Argüeso, y la consellera de Innovación e Industria, Nuria Montes, inmersa en polémicas con el trato de las familias de las víctimas. Pero fuentes internas creen que eso "ya no tiene sentido" y que la situación del president "no da para más".

Un alto responsable del PPV: "Queda mucho por hacer. Ahora la legislatura pasa por la reconstrucción y atender a las familias"

Desde Valencia miran a Génova, aunque para la dirección nacional la dimisión de Mazón es un golpe durísimo porque desvía la atención de la responsabilidad del Gobierno central en la tardanza para responder a la tragedia y distorsiona su línea de oposición. Sería cómo asumir que todos los errores han sido suyos.

No obstante, en el PP valenciano no se duda de que la renuncia se producirá. Es un "jaque mate". Distintas fuentes destacan, junto a su errática gestión, la "gravedad de la mentira", en referencia a que dijo que estaba en el Palau cuando no se encontraba allí, volcado en la difícil situación meteorológica. "Si mientes en esto, ¿en qué más ha mentido?", se preguntan.

El temor a la investigación judicial

Se teme la investigación judicial. Con tantas familias afectadas en lo personal y material, se da por descontado un aluvión de reclamaciones judiciales, tanto por la vía civil, como por la penal y contencioso-administrativo. Será un ejercicio de transparencia que puede dejar desnudas todavía más las costuras de la gestión de la crisis, fuera del juego de relatos políticos que han tratado de difundirse en los últimos días. Un calvario lento para las familias en busca de compensaciones y responsabilidades, pero que puede convertirse en una losa política sobre la espalda de Mazón y su Consell, aunque salpique también al Gobierno de Pedro Sánchez por su decisión de no tomar el control legal de la respuesta a la tragedia en los días posteriores.

Por eso el debate subterráneo que existía sobre la necesidad de su marcha ha acabado por explotar. El PP valenciano está ya sumergido en buscar la alternativa. La opinión más extendida es que le debe sustituir la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, porque es la única figura de peso del partido y porque realmente "no hay nadie más".

Cuadros populares subrayan el hecho de que durante esta crisis ha estado prudentemente "alejada" del jefe del Consell ("ni una imagen con él"). Ocupada en paliar la devastación que ha causado el agua en las pedanías de la ciudad, las mismas fuentes admiten que "es la única alternativa". Otras consideran que sería "desvestir un santo para vestir otro", en alusión a que Catalá está muy consolidada en la Alcaldía y no tiene un sucesor claro. "Si no ganas en la capital es muy difícil gobernar". A pesar de ello, se opina que es "más fácil buscar a alguien para el Ayuntamiento que para la Generalitat".

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Para presidir el Consell no hay nadie más en la recámara. Los populares explican que Mazón cometió el "error" de hacer dimitir de su escaño a los consellers. Ninguno, ni la vicepresidenta del Gobierno, Susana Camarero, puede ser el recambio. La consellera de Servicios Sociales e Igualdad es una figura respetada por las familias internas y ha sido de las pocas dentro del Consell con capacidad de iniciativa para activar recursos de la Administración autonómica en esta crisis. Pero Camarero ni siquiera estaba dentro de la candidatura. Venía de trabajar en una consultora en Madrid. No es diputada autonómica. "Había prometido ser diputado a mucha gente y quería que corriera la lista". Eso, prosiguen, hace que el grupo parlamentario sea de "muy bajo perfil".

Algunas voces internas defienden como única alternativa previa a una posterior asunción del poder por parte de Catalá, como la próxima candidata, un Consell "técnico" con el "menos malo" de los diputados, un desconocido que pueda gestionar la fase de reconstrucción tras la catástrofe. Porque, coinciden, la legislatura se ha acabado y este es el "monotema".

El desgaste en unas generales

"Si dimite y asume, todavía hay margen de tiempo" para la recuperación, se opina. Cuanto más aguante, y no puede ser mucho, "peor para todos", insisten en las filas populares. También para Alberto Núñez Feijóo. Incluso antes de que este viernes la crisis política se agravara, distintas fuentes consultadas ya sostenían que el presidente no podía seguir al frente, porque eso podía poner en riesgo una victoria en las generales de Feijóo, por la cantidad de parlamentarios que aporta la Comunidad Valenciana. "Mazón políticamente no es Churchill". Antes de esta catástrofe, "no ha hecho nada que no pueda hacer otro", dicen fuentes del partido.

Aunque el análisis sobre que Mazón está sentenciado es muy general, también hay quienes consideran necesario esperar a su comparecencia del próximo jueves en las Corts. "Es verdad que llevar a cuesta esta tragedia con más de doscientos muertos es muy complicado, es una losa que tienes encima, pero "debemos escuchar las justificaciones sobre su actuación el día de la DANA".

Concurre otro elemento que a nadie se le escapa: el Gobierno valenciano depende del apoyo parlamentario de Vox y es necesario saber qué piensan, si mantienen o no el respaldo o en qué condiciones. Su portavoz en el Parlamento autonómico, José María Llanos, aseguró que existe un "clamor de la calle" por la "deficiente gestión" y que su partido será "firme" en que se "depuren responsabilidades" tanto en la Generalitat como en el Gobierno central. De momento ya han registrado la petición de una comisión de investigación. Los contactos con Vox tanto a nivel autonómico como nacional son ahora cruciales. Y tanto en Valencia como en Madrid, el PP le da la máxima importancia a la manifestación convocada este sábado por la tragedia.