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Una multitudinaria manifestación en Valencia eleva la presión sobre Carlos Mazón: "¡Dimisión!"
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Una multitudinaria manifestación en Valencia eleva la presión sobre Carlos Mazón: "¡Dimisión!"

La marcha, convocada por colectivos de la izquierda nacionalista, desborda todas las previsiones con 130.000 personas de todo tipo de perfil y mostrando un enorme malestar social por la gestión de la DANA

Foto: Manifestación en Valencia. (EFE/Biel Aliño)
Manifestación en Valencia. (EFE/Biel Aliño)
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Una multitudinaria manifestación reclamó este sábado por la tarde en Valencia la dimisión del president de la Generalitat, Carlos Mazón, con fuertes críticas a la gestión que hizo el Centro de Coordinación de Emergencias (CECOPI) la jornada de la DANA y los días posteriores, un desastre natural que ha dejado más de doscientos muertos. La marcha, que comenzaba en la plaza del Ayuntamiento, desbordó todas las previsiones de asistencia, hasta tal punto que la cabecera —protagonizada por algunos afectados de Alfafar— no pudo avanzar hasta casi una hora después del cronograma previsto. La Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana cifró la asistencia en 130.000 personas, una magnitud histórica en la ciudad. Miles de ellas no llegaron ni al tramo final del recorrido por la fuerte aglomeración en la Plaza de la Virgen y la de Manises, donde culminaba el recorrido frente al Palau de la Generalitat.

La concentración fue el reflejo de un enorme malestar social, que trascendió el perfil ideológico de los convocantes, en su mayor parte colectivos de izquierda nacionalista, y eleva la presión sobre el barón popular y su polémica gestión en la jornada en la que se produjeron las inundaciones, el pasado 29 de octubre. El debate sobre si debe renunciar al cargo está abierto en su partido, aunque la intención del dirigente autonómico es aguantar las críticas y mantener el cargo.

La manifestación también terminó por desbordar las calles aledañas donde se podían escuchar gritos de "¡Mazón, asesino!", "¡President a Picassent!" y se vieron multitud de pancartas críticas con el barón del Partido Popular. Aunque también había mensajes, en mucha menor cantidad, contra con el presidente del Gobierno, normalmente compartidos entre Pedro Sánchez y Mazón. Al final de la marcha, los convocantes leyeron un manifiesto frente a la puerta del Palau de la Generalitat por la que se accede a las dependencias de Presidencia. Algunos asistentes dejaron en el suelo botas, zapatos y ropa manchada de barro.

Foto: Momentos de tensión en la plaza de Virgen. (EFE)

Cuando los convocantes dieron por finalizada la concentración, un grupo de manifestantes lanzó barro contra las paredes y los cristales del edificio de la Generalitat y realizó pintadas. Otro grupo de dos centenares de personas se quedó también en una zona acordonada frente al Ayuntamiento por unidades de antidisturbios de la Policía Nacional, con los que terminaron enfrentándose. También hubo cargas en la Plaza de la Virgen cuando ya se habían dispersado casi todos de los participantes.

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Fachada del Palau de la Generalitat tras la manifestación en Valencia (EFE/Kai Försterling)

El consistorio valenciano condenó "el terrible vandalismo que ha sufrido el edificio del Consistorio durante la manifestación". "Durante los incidentes se ha extinguido un intento de incendiar la puerta principal del Ayuntamiento, que ha tenido que ser sofocada con extintores por la Policía Local que estaba en el interior del edificio. Además, se han roto diferentes cristales de la planta baja y se han realizado numerosas pintadas en las paredes del edificio", informaban.

Foto: Concentración en Barcelona contra el Govern valenciano por la gestión de la DANA. (Europa Press/Lorena Sopêna)

Antes de estos incidentes con los cuerpos de seguridad, el recorrido, pese a la gran aglomeración, discurrió de forma tranquila. Fue un reflejo claro del estado emocional de indignación y malestar en una parte importante de la población valenciana. "Es vergonzoso lo que ha ocurrido. Y el señorito de comilona con una secretaria", decía un asistente sobre la comida que el jefe del Consell mantenía con una periodista hasta las 18 horas el martes 29 de octubre, mientras el Centro de Coordinación que lideraba la consellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, trataba de gestionar la que ha sido la mayor catástrofe natural de la provincia de Valencia. El retraso en el envío de la alerta ES-Alert al conjunto de los ciudadanos, que no llegó hasta pasadas las ocho de la tarde, es uno de los elementos más controvertidos de la gestión aquella tarde. La descarga de agua superó aquel día los modelos hidrológicos de los expertos, pero la población busca culpables.

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Manifestantes en Valencia. (EFE/Biel Aliño)

"Mazón tiene que ir a la cárcel a hacer compañía a (Eduardo) Zaplana", gritaba una señora mayor. "Mazón, dimite, sal del escondite", gritaban otros manifestantes. Algunos asistentes llevaban también pancartas con lemas como "Omisión de socorro es cárcel, Mazón, Sánchez". "Mazón, el pueblo exige tu dimisión. Nuestras manos están manchadas de barro, las vuestras de sangre", decía otra proclama.

La gente comenzó a llegar masivamente desde aproximadamente a las 17:00 horas. Incluso desde las poblaciones afectadas, como Benetússer o La Torre, salieron comitivas andando, embarrados y con la ropa con la que estaban trabajando, hasta llegar a pie al centro de Valencia. También se sumaron cientos de personas que llegaron hasta la capital en los trenes de cercanías, provenientes sobre todo de municipios del norte como Sagunto o desde Castellón, coreando gritos de "¡Mazón, dimisión!", dentro de los vagones.

La percepción de la asistencia era muy superior desde el principio a la que se da en una mascletà central de Fallas, que reúne miles y miles de personas en la plaza del Ayuntamiento. Las cifras oficiales posteriores confirmaban una asistencia de decenas de miles de personas, una marcha que entra en los registros de manifestaciones históricas en afluencia de personas en la ciudad de Valencia.

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Cabecera de la manifestación. (EFE/Kai Forsterling)

Ante la incapacidad de la marcha de avanzar por el recorrido previsto, mucha gente decidió desplazarse por calles aledañas para concentrarse en el Palau de la Generalitat. El recorrido inicial pasaba por la plaza del Ayuntamiento, calle San Vicente, plaza de la Reina, plaza de la Virgen, y finalmente desembocaba en la plaza de Manises, donde se encuentra la sede del Gobierno Valenciano. Esto generó algunos momentos de tensión, entre algunos manifestantes y la Policía Nacional. "Se han repelido algunas agresiones y no ha ido a mayores. No ha habido cargas", informaban desde la Delegación del Gobierno. Sin embargo, una vez dispersa la marcha sí hubo altercados con grupos minoritarios. El episodio más violento fue el que se produjo en el Ayuntamiento.

Una vez llegaron a la sede de la Generalitat, los manifestantes depositaron flores y zapatos manchados de barro frente a la sede del Palau. Aunque los convocantes eran en su mayoría asociaciones de izquierdas vinculadas al nacionalismo de la Comunitat Valenciana, el aluvión de gente desbordaba ese perfil. Había personas de todo signo y color y ajenas a esa de organizaciones. La iniciativa de convocar la marcha acabó siendo una espoleta para que acudieran miles y miles de personas que trascienden a los convocantes.

El manifiesto leído al final de la marcha, no obstante, tenía contenido ideológico, con referencias al modelo de desarrollo urbanístico o críticas a los apartamentos turísticos. Además de hacer referencia al "duelo" por los fallecidos, se lanzaban críticas a la gestión tanto de la Generalitat como del Gobierno central. "Condenamos sin paliativos el retraso en la llegada de las intervenciones de los cuerpos de emergencia a las localidades afectadas. Todo ello provocado por una falta de agilidad y coordinación entre las administraciones autonómica y estatal", afirmaba una de las personas que ha leído el manifiesto. "El pueblo valenciano se ha visto durante cinco días abandonado a su suerte a trabajar de manera solidaria y voluntaria para hacer trabajos propios de los efectivos de emergencias", añadía el texto.

Desde formaciones políticas como Compromís cuestionaban sotovoce la presencia de representantes de las asociaciones organizadoras (Acció Cultural, Escola Valenciana, Intersindical Valenciana, Ca Revolta o la federación de madres y padres de alumnos Fampa) en la cabecera, y que no hubiesen dejado todo el protagonismo a los afectados.

Algunos de los manifestantes criticaron el recorrido elegido porque no era el adecuado para dar cabida al volumen de gente que ha participado en la protesta. Se dieron varios cuellos de botella, entre la plaza de la Reina y la plaza de la Virgen, y la gente terminó avanzando por su cuenta por calles adyacentes. "No conseguimos que la cabecera se mueva, como no les interesa que la manifestación se mueva, no han cortado el tráfico ni han puesto vallado, entonces nos vamos directamente a la Generalitat", afirmaba una manifestante.

Una multitudinaria manifestación reclamó este sábado por la tarde en Valencia la dimisión del president de la Generalitat, Carlos Mazón, con fuertes críticas a la gestión que hizo el Centro de Coordinación de Emergencias (CECOPI) la jornada de la DANA y los días posteriores, un desastre natural que ha dejado más de doscientos muertos. La marcha, que comenzaba en la plaza del Ayuntamiento, desbordó todas las previsiones de asistencia, hasta tal punto que la cabecera —protagonizada por algunos afectados de Alfafar— no pudo avanzar hasta casi una hora después del cronograma previsto. La Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana cifró la asistencia en 130.000 personas, una magnitud histórica en la ciudad. Miles de ellas no llegaron ni al tramo final del recorrido por la fuerte aglomeración en la Plaza de la Virgen y la de Manises, donde culminaba el recorrido frente al Palau de la Generalitat.

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