Cómo hacer cine desde el infierno de Gaza: una película candidata al Oscar se estrena en Valencia

En 1948, mientras John Ford estrenaba en Estados Unidos su centésimo quinta película, en la otra parte del mundo se fundaba el Estado de Israel y comenzaba la Guerra árabe-israelí (1948-1949) que desplazaba a 700.000 palestinos hacia los primeros campos de refugiados. En aquella enésima obra maestra del realizador de Maine, llamada 'Ford Apache', este narraba cómo en la década de 1860 los indígenas americanos abandonaron la reserva concedida por el gobierno estadounidense ante el maltrato sufrido por parte de los funcionarios.

Las matanzas perpetradas por los colonos, el hambre, las enfermedades y la corrupción administrativa lastraban una vida apache reducida a las fronteras del recinto que el hombre blanco había cercado para ellos tras conquistar el oeste. La respuesta del jefe Cochise, predecesor de Jerónimo, fue una reacción violenta que Ford plasmó sin maniqueísmos. La personificación del engaño, de la deshumanización y del supremacismo blanco en el personaje interpretado por Henry Fonda cristalizaba en la acusación fordiana hacia el pecado original en la formación del país de las barras y las estrellas.

Ford no fue un activista de las buenas causas, tampoco un reaccionario conservador. Se limitó a contar historias de apariencia simple tejidas por complejos matices morales como nadie lo ha vuelto a hacer jamás. Su imaginario sobre la ocupación del oeste, recreado muchas décadas después de suceder, aparece hoy como un documental tan eficaz como todas las fuentes primarias de la época.

Desde 1895, fecha del nacimiento del cine, hasta hoy, momento en el que cada ciudadano maneja una videocámara a golpe de pulgar, la retransmisión global e instantánea del horror no ha limitado las masacres terroristas ni el asesinato de decenas de miles de civiles por parte de los gobiernos. La Gaza de 2024 es el último ejemplo de la irrelevancia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y de la Ley del Derecho Humanitario, que Israel incumple. El millón y medio de palestinos que habita los 58 campos de refugiados bajo gestión de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) evidencia la continuidad histórica de aquel colonialismo de asentamiento que encerró a los indígenas norteamericanos en el siglo XIX.

El director de cine Rashid Masharawi nació en el Campamento de Shati, en la Franja de Gaza, en 1962. En la 39ª edición de Mostra de València, que se celebrará del 24 de octubre al 3 de noviembre, el cineasta estrenará en España su película From Ground Zero, dentro del ciclo Visiones de Gaza, después de presentarla en el pasado Festival de Cannes.

El periodista cultural Eduardo Guillot (Valencia, 1967) es el director artístico de Mostra de València-Cinema del Mediterrani. “La simple circunstancia de su nacimiento sería suficiente para entender las motivaciones de Masharawi para coordinar From Ground Zero. Él ha comentado en ocasiones que la idea era proporcionar a los artistas jóvenes de Gaza una plataforma para que se expresen a través de su oficio, pese a las duras condiciones de rodaje. Al margen de eso, personalmente creo que también hay una voluntad de ofrecer testimonio, de certificar a nivel audiovisual la realidad diaria de Gaza, con el fin de que perdure en el tiempo”.

Desde su nombramiento en 2018, la nueva dirección del festival valenciano de cine, creado en 1980, estableció como eje estructural reflejar la problemática social de los países del área mediterránea. “La idea de programar el ciclo Visiones de Gaza surge de una manera muy natural. Desde que nos pusimos al frente de Mostra de València hemos sido conscientes de dos hechos claros: por un lado, el Mediterráneo, área geográfica que marca el carácter específico del festival, es una zona en permanente estado crítico, con conflictos migratorios y enfrentamientos bélicos salpican las noticias casi a diario. Por otro, no entendemos el cine si no es en su papel de agente cultural que participa de la realidad en la que se inscribe”, argumenta Guillot.

En años anteriores, Mostra de València organizó ciclos para dar visibilidad a las dificultades de las cineastas egipcias para sacar adelante sus proyectos, pulsar la situación del Líbano tras las explosiones de 2020 o señalar la implicación del cine argelino en las turbulencias políticas de su país. “En 2018 proyectamos un ciclo sobre ficción palestina reciente y ya incluimos "Writing on Snow", una película anterior de Masharawi. Tratamos de estar atentos a lo que sucede en los países del Mediterráneo, con menos presencia en las grandes citas festivaleras mundiales”, comenta el responsable artístico, “en cuanto tuvimos noticia de From Ground Zero nos pusimos a seguir de cerca el proyecto. Sus mismos responsables han tratado de darle la máxima difusión internacional, organizando proyecciones en numerosos festivales, porque se trata de una de esas ocasiones excepcionales en que la información y las imágenes llegan desde el corazón de los hechos, desde esa "zona cero" a la que hace referencia el título en inglés”.

Esta es la candidata de Palestina al Oscar, es una recopilación de 22 cortometrajes rodados por cineastas dentro de la Franja de Gaza durante la guerra actual. “Las terribles condiciones de vida en Gaza durante el rodaje te las puedes imaginar. Y, sin embargo, resulta sorprendente la variedad de propuestas que contiene la película, animación incluida. Sus habitantes hacen en este caso de la necesidad virtud y ofrecen una multiplicidad de miradas que sirve para conocer de primera mano la situación en Gaza”, comenta el responsable artístico de Mostra de València, “uno de los cortos, por ejemplo, se limita a retratar cómo una mujer utiliza la reducida cantidad de agua de que dispone a lo largo del día. Una idea muy sencilla, alejada de estridencias, pero que dice muchísimo sobre lo que significa vivir allí. La mayoría reflejan, simplemente, cómo la vida cotidiana trata de continuar mientras las bombas estallan a un centenar de metros”.

Los ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre de 2023 asesinaron a 1.200 israelíes, además de secuestrar a 250 personas. Tras once meses de bombardeos aéreos e invasión terrestre de Israel sobre Gaza, el Ministerio de Sanidad, controlado por Hamás, ofrece la cifra de 41.000 muertos y 94.935 heridos, mientras que la revista médica The Lancet, bajo control de capital editorial británico y neerlandés, estima la posibilidad de que sean 186.000 las muertes gazatíes, directas e indirectas, atribuibles a los efectos del conflicto, tras el desescombro, las enfermedades, la hambruna y la desasistencia médica.