Mazón desafía la 'fuga' de Vox y llevará a las Cortes sus primeros presupuestos en solitario
El barón valenciano tratará de sacar adelante las cuentas, pendiente de la estrategia territorial de Santiago Abascal. Los empresarios empiezan a descontar una posible prórroga
El Consell que preside el popular Carlos Mazón aprobará a finales de septiembre o el mes de octubre el anteproyecto de presupuestos autonómicos para 2025 y los remitirá a las Cortes Valencianas para su debate parlamentario. Serán las primeras cuentas en solitario del Partido Popular en la Comunidad Valenciana desde que se produjo el cambio político en mayo de 2023. Las de 2024, todavía en vigor, salieron del horno del ejecutivo autonómico con el aval previo de Vox, que formaba parte del gabinete hasta que el líder de los ultraconservadores, Santiago Abascal, mandó parar. Vox rompió el pasado mes de julio los acuerdos autonómicos con los populares y abandonó todos los gobiernos regionales. El reto de Mazón es tratar de sacar adelante ahora las cuentas, el mejor reflejo de los objetivos políticos de cualquier gobernante, partiendo de una situación de minoría parlamentaria. La incógnita es si será capaz de hacerlo, con la presumible negativa opositora de PSPV-PSOE y Compromís, y pendiente de la estrategia territorial del líder de Vox, Santiago Abascal, en clara competencia con el PP por preservar su espacio.
"Vamos a ser responsables para las dos eventualidades, estamos preparados para tenerlos y para no tenerlos", afirmaba el barón alicantino la semana pasada sobre la probabilidad de aprobar los Presupuestos de la Generalitat. "Nosotros cumpliremos. Los presentaremos y hablaremos con todos los grupos. Será una escucha activa", avanzaba este martes en el marco del Fórum Europa Tribuna Mediterránea, organizado por Nueva Economía Fórum en Valencia.
Mazón considera que en caso de que las cuentas no salgan adelante será "responsabilidad de todos", pero a nadie escapa que un rechazo parlamentario adentraría la legislatura en una senda de inestabilidad, si bien cabe la posibilidad de la prórroga, indefinida en el caso autonómico. La salida de Vox de las conselleries, como era previsible, ha invisibilizado a los de Abascal en el ecosistema político local. El PP ha sido el gran beneficiado aparente en el primer mes y medio de gobierno en solitario (es cierto que con el descanso estival de por medio). La batalla cultural que Vox trataba de imprimir desde los despachos de gestión y que daba quebraderos de cabeza al PP valenciano ha desaparecido prácticamente de la agenda mediática. El grupo parlamentario de trece diputados sobre 99 es ahora la única herramienta que la formación de derecha populista tiene para hacerse notar.
Los populares son conscientes, en cualquier caso, de que tendrán que hacer "cesiones" a Vox para sacar adelante las cuentas. Los socialistas de Diana Morant y Compromís ya han insinuado la enmienda a la totalidad, aunque el valencianista Joan Baldoví no rehúye una negociación inicial. El portavoz voxista, José María Llanos, se mostraba este martes abierto al diálogo, al análisis y al estudio del anteproyecto que llegue a las Cortes, aunque todavía no hay ningún canal oficial abierto con Mazón.
Con todo, tanto en el grupo parlamentario de Vox como en el PP de Mazón son conscientes de que será Abascal el que marque la estrategia territorial. Sus diputados regionales no tienen ninguna autonomía. Se da por descontado que tratarán de condicionar y enmendar las cuentas: inmigración, política de subvenciones, negación de la violencia de género y vetos o censura por razones ideológicas a iniciativas culturales son marca de la casa de Vox y es esperable que afloren.
En cualquier caso, los consellers nombrados por el PP han comenzado a remitir a la responsable de Hacienda, la independiente Ruth Merino, sus propuestas presupuestarias para preparar el anteproyecto de ley. No puedo obviarse que los recursos sin limitados y siempre hay también una negociación interna dentro del gobierno. Todos quieren el máximo. También los agentes sociales, la patronal CEV y sindicatos mayoritarios UGT y CCOO, quiere participar y aportar ideas a las cuentas, especialmente en los aspectos económicos. Será una forma de dar un espaldarazo a la búsqueda de consensos.
Para Mazón es mucho más fácil consensuar las cuentas ahora que Vox está fuera antes de mandarlas al Parlamento. Será después del debate de política general autonómica, previsto entre el 18 y el 20 de septiembre. Esa plataforma debería servir para lanzar nuevas propuestas de cara al 2025. Mazón ya ha avanzado la creación de una Oficina de captación de inversiones y posibles nuevas rebajas fiscales, todavía sin especificar y cuyo desarrollo dependerá en gran medida de la aprobación o no de las leyes presupuestarias.
La prórroga es una opción que está encima de la mesa. Fuentes empresariales comienzan a descontar un posible veto de Vox, al tiempo que Mazón trata de trasladar internamente el mensaje de que la prolongación de las cuentas de 2024 tampoco sería un escenario grave. El anticipo electoral parece totalmente descartado. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, apenas fue capaz de sacar adelante dos presupuestos en cinco años. Solo desatascó la situación el año pasado, ya con mayoría absoluta. No pagó precio por ello. Pero habría que ver si se daría una situación similar en la Comunidad Valenciana, donde es más complicado disimular la inacción o ausencia de proyectos de un gobierno autonómico por la presencia física de otras instituciones de rango superior, como es el propio Gobierno central y las Cortes Generales, alrededor de las que bascula la agenda diaria.
El Consell que preside el popular Carlos Mazón aprobará a finales de septiembre o el mes de octubre el anteproyecto de presupuestos autonómicos para 2025 y los remitirá a las Cortes Valencianas para su debate parlamentario. Serán las primeras cuentas en solitario del Partido Popular en la Comunidad Valenciana desde que se produjo el cambio político en mayo de 2023. Las de 2024, todavía en vigor, salieron del horno del ejecutivo autonómico con el aval previo de Vox, que formaba parte del gabinete hasta que el líder de los ultraconservadores, Santiago Abascal, mandó parar. Vox rompió el pasado mes de julio los acuerdos autonómicos con los populares y abandonó todos los gobiernos regionales. El reto de Mazón es tratar de sacar adelante ahora las cuentas, el mejor reflejo de los objetivos políticos de cualquier gobernante, partiendo de una situación de minoría parlamentaria. La incógnita es si será capaz de hacerlo, con la presumible negativa opositora de PSPV-PSOE y Compromís, y pendiente de la estrategia territorial del líder de Vox, Santiago Abascal, en clara competencia con el PP por preservar su espacio.
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