El Valencia CF de Lim, en el alambre financiero: destina el 60% de los ingresos a pagar deudas
Las cuentas de 2023 de la SAD revelan el recurso de la venta de jugadores para cuadrar el balance en plena polémica por la búsqueda de comprador para figuras como Mamardashvili o Javi Guerra
Equilibrio financiero antes que éxitos deportivos. Esa es la filosofía de gestión del máximo accionista del Valencia CF, Peter Lim, que se desprende de la última memoria y cuentas que la sociedad anónima deportiva acaba de depositar en el Registro Mercantil, las de la temporada 2022-2023. Los balances reflejan que el club se ha marcado como prioridad para estabilizar su situación financiera una serie de hitos entre los que figura la reducción del coste de la plantilla, una estrategia que explica que el club haya puesto en el mercado algunos de sus activos deportivos más valiosos, como el portero georgiano Giorgi Mamardashvili, una de las estrellas del Mundial de Alemania, o el centrocampista Javi Guerra, si bien en ambos casos sin acuerdos a la vista todavía, con el consiguiente enfado de los aficionados.
El Valencia CF cerró aquella temporada de la que ahora se publican las cuentas con un incremento de los ingresos que llegó hasta los 118 millones de euros, pero todavía con pérdidas cercanas a los siete millones de euros. Y ello se produjo pese a que en el saldo de traspasos y compras de jugadores obtuvo un rendimiento de 19,8 millones de euros, superior en 5,8 millones al ejercicio anterior. "En la temporada 2022/2023 se han producido salidas de varios jugadores que han aportado un resultado positivo por traspasos y a su vez han contribuido a la reducción del coste salarial y reducción del coste de amortizaciones, dando continuidad a la tendencia del Grupo de reducción del coste de plantilla en la búsqueda de la sostenibilidad financiera", explican los administradores en la memoria.
El problema del club de Mestalla es que camina sobre el alambre financiero como consecuencia de sus pasivos acumulados, que le impiden hacer grandes inversiones y le abocan a optar por un modelo de plantilla barata. La labor como técnico de Rubén Baraja dejó al equipo en mitad de la tabla de la Primera División de la Liga española en la última temporada, pero la anterior el club estuvo coqueteando con el descenso.
"El alto nivel de endeudamiento del Grupo requiere grandes esfuerzos adicionales a la operativa del negocio para atender dicha deuda. Así, en la temporada 22/23 prácticamente el 60% de los ingresos de las operaciones se ha destinado al pago de la deuda. A la amortización de deuda y pago de intereses de entidades financieras se ha destinado el importe de 26,8 millones de euros. Igualmente, para atender los pagos de la permuta del Nuevo Estadio y los pagos de las put options del fallido PAI de Porchinos, el Grupo ha necesitado otros 3,8 millones de euros; y para atender las deudas por compras de jugadores se han necesitado otros 40,1 millones de euros. Solo estos tres conceptos alcanzan ya el importe de 70,7 millones de euros", señala el documento que acompaña a las cuentas anuales.
Al cierre del ejercicio del 2023, se había reducido la deuda neta del grupo (deuda total menos activo corriente) de 341 millones de euros a 297 millones de euros, una minoración de 44 millones de euros. También se mejoró el fondo de maniobra negativo en un 36%, con una reducción de 53,3 millones de euros, como resultado de las medidas de recorte y la capitalización de uno de los préstamos de Meriton.
En los últimos dos años, el Valencia CF se ha convertido en un quebradero de cabeza económico para el singapurense Peter Lim. Al préstamo de 100 millones que Meriton capitalizó en 2016, se sumó en diciembre de 2022 otra compensación de créditos por importe de 17,6 millones de euros, que llegó acompañada de una reducción de capital 28,9 millones de euros. Además, Lim suscribió en junio del año pasado un nuevo préstamo de 35 millones de euros que, como los anteriores, tenía como garantía el cobro de los cinco primeros millones de euros que generase cada venta o trasferencia de jugadores.
Estas operaciones permitieron al club reequilibrar su situación patrimonial, pero el auditor Ernst & Young advierte en su último informe la salvedad de que la supervivencia financiera de la SAD depende del "compromiso formal del accionista mayoritario de prestar el apoyo financiero para garantizar la continuidad de las operaciones del Grupo", señala. Las proyecciones financieras de la mercantil a largo plazo se sustentan sobre un ajuste de los costes operativos que implica "una reducción significativa del coste de la plantilla" (que ya pasó de 73 millones en la temporada 21/22 a 62 millones en 2023), y en la llamada operación Mestalla, la finalización del nuevo estadio y la enajenación de la parcela del viejo con la que Lim confía en reducir el pasivo del Valencia CF. La memoria depositada no recoge todavía los compromisos adquiridos con Atitlan para la futura venta de suelo terciario del Nou Mestalla.
Esto explica el fuerte interés de la SAD por obtener las licencias municipales para retomar las obras de construcción del coliseo de la Avenida de las Cortes Valencianas. La "adecuación de las proyecciones de flujos de caja relacionados con el plan actualizado de inversión para la finalización del nuevo estadio" forma parte de los hitos marcados para garantizar la viabilidad de la sociedad, se explica en la memoria. El Valencia CF tiene sobre la mesa 80 millones de euros del acuerdo suscrito por La Liga con CVC de los que podrá hacer uso en el momento en que comiencen los trabajos. Se trata de un crédito participativo (y que, por tanto, computa como fondos propios) de 120 millones, de los que el Valencia había dispuesto ya de 40 millones de euros a junio de 2023.
El Ayuntamiento de Valencia ha aprobado las fichas urbanísticas que rigen las condiciones del plan urbanístico de Mestalla y ha concedido las licencias. El Valencia CF debe presentar en octubre un proyecto de ejecución e iniciar las obras no más tarde de tres meses desde entonces. En caso de paralizar los trabajos deberá presentar una garantía económica por el conjunto del proyecto del nuevo estadio, cuyo aforo previsto es de 70.000 espectadores.
Equilibrio financiero antes que éxitos deportivos. Esa es la filosofía de gestión del máximo accionista del Valencia CF, Peter Lim, que se desprende de la última memoria y cuentas que la sociedad anónima deportiva acaba de depositar en el Registro Mercantil, las de la temporada 2022-2023. Los balances reflejan que el club se ha marcado como prioridad para estabilizar su situación financiera una serie de hitos entre los que figura la reducción del coste de la plantilla, una estrategia que explica que el club haya puesto en el mercado algunos de sus activos deportivos más valiosos, como el portero georgiano Giorgi Mamardashvili, una de las estrellas del Mundial de Alemania, o el centrocampista Javi Guerra, si bien en ambos casos sin acuerdos a la vista todavía, con el consiguiente enfado de los aficionados.
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