Lo que el caso de los niños del bus de Valencia explica sobre el suceso más trágico para unos padres
Pérdida de conciencia sobre la presencia del menor, un alto nivel de estrés o un cambio de rutina. Aunque en España no son muy habituales, todos los veranos hay sucesos de padres que olvidan a sus hijos en coches o buses
"Yo nunca podría olvidar a mi hijo en el coche". Esta es la reacción que muchos padres pueden tener al leer una noticia que narra la muerte o el rescate de un niño tras haber quedado encerrado accidentalmente en el coche. Sucesos que, sin embargo, acaban ocurriendo año tras año y que con las altas temperaturas pueden acabar en desenlaces trágicos. Sin ir más lejos, entre otros sucesos, el pasado mes de junio, una pareja de turistas olvidó a sus hijos de 3 y 5 años en un autobús de Valencia; y, un mes después, el 28 de julio, la Guardia Civil tuvo que rescatar a un bebé de seis meses encerrado en un coche en Logroño en un episodio de altas temperaturas.
En una investigación sobre los sucesos en los que padres sin evidencia de abuso o negligencia hacia los niños los dejan sin querer en el interior de los coches, David Diamond, doctor en la Universidad del Sur de Florida especializado en la Neurobiología de la memoria, explica que "estos casos implican el fallo del sistema de memoria prospectiva del cerebro". Esta hace referencia a la capacidad de recordar algo a futuro.
El investigador detalla que hay varios factores por los que esta memoria puede verse afectada y los padres pueden perder la conciencia de que el niño está en el coche. Por ejemplo, cuando existe un fuerte estrés o una experiencia que los distrajo mucho antes o durante el viaje en el coche. También puede influir la interrupción del sueño la noche anterior al incidente, el cambio en la ruta habitual que llevamos en el coche o que, si se interactúa habitualmente con el niño durante un viaje típico, el día del suceso, esté inusualmente tranquilo y no exista esa interacción.
Dejando a un lado el apartado teórico, y bajando al práctico, los portavoces de los distintos cuerpos de Emergencias consultados por este diario coinciden en que en España no son muy numerosos los casos así, pero cuando dan con ellos, tienen que actuar rápido para evitar consecuencias fatales, especialmente en verano como consecuencia de las altas temperaturas.
Varios casos en los últimos meses
El pasado 28 de julio, agentes de la Guardia Civil de Logroño tuvieron que rescatar a un bebé de seis meses. El pequeño se había quedado encerrado accidentalmente dentro del vehículo de su madre tras cerrarse las puertas de manera automática. El suceso precisó de una rápida actuación por las altas temperaturas que había en el exterior.
Descartaron romper el cristal para no causar ningún daño al niño. Gracias a un pequeño hueco en la ventana delantera, optaron por manipular el tirador de la puerta con el brazo de uno de los agentes. Al lograr abrirla comprobaron que el menor se encontraba en buen estado de salud y que no precisaba de asistencia médica.
Apenas un mes antes, en Lepe (Huelva), la Benemérita tuvo que actuar en un incidente muy similar. La madre entró "inmediatamente en estado de pánico" y fue auxiliada en un primer momento por un bombero fuera de servicio. Cuando llegaron, los agentes pudieron observar que el cristal trasero estaba parcialmente fracturado por los intentos previos por sacar al niño. Finalmente, se pudo alcanzar el bolso de la madre para usar las llaves y desbloquear las puertas, consiguiendo así entregar el bebé a la madre en buen estado.
Marta Calvo, jefa de guardia del SUMMA 112, alerta en conversación con El Confidencial sobre las temperaturas que se dan en esta época del año, que complican el rescate: "El factor fundamental para gestionar cada caso es la temperatura que hay dentro del coche". En caso de hipertermia, es decir, una temperatura corporal anormalmente alta, "existe riesgo de sufrir una pérdida del conocimiento o incluso la parada cardiaca", explica Calvo.
No todo son, sin embargo, olvidos en el coche. La última semana de junio, un matrimonio de turistas que hacía un recorrido por la ciudad de Valencia olvidó a sus hijos de 3 y 5 años en un autobús cuando bajaron para continuar con su ruta. Mientras, los niños siguieron viajando tranquilos en el autocar. A la segunda parada se extrañaron por no ver a sus padres y parte del pasaje alertó al conductor, quien trasladó el aviso al centro de control y gestión del tráfico de autobuses.
A partir de ahí se inició el protocolo que tiene la EMT de Valencia para resolver el caso. Dos inspectores y un oficial que custodiaron a los menores en el interior del autobús mientras, al mismo tiempo, se alertaba a la Policía Nacional. Al cabo de unos 40 minutos aparecieron los padres angustiados en un taxi detrás del autobús.
Para evitar estos incidentes, la Policía Nacional recomienda a los padres crear un hábito que obligue a mirar dentro del coche antes de cerrarlo con llave o un recordatorio para mirar en el asiento trasero del vehículo. Por último, instan a avisar a una persona de confianza cuando se vaya a dejar al niño en algún sitio para evitar que la rutina "juegue una mala pasada" y, por supuesto, no dejarlo nunca solo en el coche o en los vehículos de transporte público en los que viajen.
"Yo nunca podría olvidar a mi hijo en el coche". Esta es la reacción que muchos padres pueden tener al leer una noticia que narra la muerte o el rescate de un niño tras haber quedado encerrado accidentalmente en el coche. Sucesos que, sin embargo, acaban ocurriendo año tras año y que con las altas temperaturas pueden acabar en desenlaces trágicos. Sin ir más lejos, entre otros sucesos, el pasado mes de junio, una pareja de turistas olvidó a sus hijos de 3 y 5 años en un autobús de Valencia; y, un mes después, el 28 de julio, la Guardia Civil tuvo que rescatar a un bebé de seis meses encerrado en un coche en Logroño en un episodio de altas temperaturas.