16 meses de prisión por dejar colgada de una cuerda a su perra del balcón en Valencia

El Juzgado de lo Penal nº 1 de Gandía (Valencia) ha condenado a 16 meses de cárcel a un hombre como autor responsable de dos delitos continuados de maltrato animal a dos perros de su propiedad. La Guardia Civil le detuvo en la localidad de Bellreguard (Valencia), por dejar abandonado durante días a su perra Nala, cruce de American Sttaforshire con Bull Terrier de tres años, en el balcón de su vivienda.

Los hechos se remontan a noviembre de 2020. El aviso lo dieron los vecinos y hasta el lugar de los hechos se trasladaron los agentes de la Policía Local de Bellreguard, que rescataron al perro. El animal estaba colgando del balcón del edificio sujeto tan solo por una cuerda atada al techo de la terraza y al bozal. El perro no dejaba de llorar, lo que llamó la atención de los transeúntes que avisaron a los agentes.

Uno de los agentes subió a la vivienda, y como no logró localizar al propietario, tiró la puerta abajo con la ayuda de un vecino. Encontraron al perro, que sufría un avanzado estado de desnutrición, en el balcón, sin comida y rodeado de heces y orines. Al parecer, el animal había tratado de escapar de la terraza donde su propietario lo había dejado abandonado.

Otro perro encerrado en el baño

El perro fue trasladado al veterinario para ser atendido de las heridas que sufrió en las patas traseras al intentar trepar por la pared para no caer al vacío. Así, tenía daños en el hocico y el cuello derivados de los malos tratos. La Policía Local de Bellreguard interpuso el mismo domingo una denuncia en el Juzgado de Guardia de Gandía, y solo unas horas después, la Guardia Civil detuvo al propietario del perro.

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Europa Press

Cuando los agentes accedieron al inmueble del detenido, encontraron a otra perra encerrada en un baño en una grave situación de insalubridad. La Bull Terrier, de 4 años, llamada Esparta, había sido golpeada en ocasiones por su dueño con algún objeto en el lomo, además de colocarle durante largo tiempo bozales muy apretados que emitían descargas eléctricas cada vez que ladraba. Los animales, además de las lesiones físicas, han sufrido importantes daños psicológicos.

El condenado no tendrá que cumplir la pena de prisión según el acuerdo alcanzado entre las partes, siempre y cuando no cometa ningún delito en los próximos tres años. En la sentencia, que es firme, se le condena a dos años de inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier profesión o actividad relacionada con animales. Además, tendrá que pagar 660 euros en concepto de Responsabilidad Civil a la asociación Bienestar Animal de Bellreguard, y otros 265 euros a la asociación de defensa animal, AVADA, por la atención prestada a los animales.