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Vuelve a Valencia un símbolo de la Transición: auge, abandono y mito de 'El Abrazo' de Genovés
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RETROSPECTIVA EN SU CASA

Vuelve a Valencia un símbolo de la Transición: auge, abandono y mito de 'El Abrazo' de Genovés

La obra del pintor valenciano Joan Genovés sale del Congreso de los Diputados para su exposición en la Fundación Bancaja de Valencia hasta el 16 de abril de 2023

Foto: 'El Abrazo' en la Fundación Bancaja. (Cedida)
'El Abrazo' en la Fundación Bancaja. (Cedida)

Contar la historia sin contextualizar a los protagonistas en su circunstancia temporal puede llevar al error presentista. En 1976, con el dictador recién sepultado, unas Fuerzas Armadas comandadas por militares golpistas del 36 y el Batallón Vasco Español, ETA, los crímenes de Montejurra, los Guerrilleros de Cristo Rey y los GRAPO cimentando los años de plomo, la incertidumbre dominaba la escena. Puede que cada actor político tuviera un plan maestro para manejar el post mortem de Franco, destacando el borrador de Torcuato Fernández Miranda para la Ley de Reforma Política, pero lo que después se conocería como Transición fue un cúmulo de argumentarios rectificados, decisiones improvisadas y renuncias pactadas para evitar otro enfrentamiento civil generalizado.

placeholder Algunas de las obras expuestas en la retrospectiva de Joan Genovés. (Cedida)
Algunas de las obras expuestas en la retrospectiva de Joan Genovés. (Cedida)

Aquel año, el pintor valenciano Joan Genovés guardaba en su estudio madrileño El Abrazo, un cuadro destinado a una exposición en Zúrich que la Junta Democrática eligió como imagen para lanzar medio millón de carteles proamnistia, con el fin de restablecer la libertad de los presos políticos condenados en las cárceles españolas. El lienzo se expuso en galerías de Suiza, Estados Unidos y Alemania, siendo comprado por un coleccionista en Chicago. El gobierno de Adolfo Súarez gestionó su vuelta a la capital, pero no llegó a exponerse, permaneciendo décadas en el sótano de los fondos del Museo Reina Sofía.

En 2012, el entonces portavoz de Izquierda Unida y secretario general del PCE, José Luis Centella, solicitó el regreso de El Abrazo a la vida pública, y desde 2016 ocupa un lugar en el Congreso de los Diputados, junto a los bustos de Azaña, Clara Campoamor y Alcalá Zamora. Desde el 1 de diciembre se encuentra en la Fundación Bancaja de Valencia como parte de la primera retrospectiva del artista valenciano tras su fallecimiento en 2020.

Foto: Juan Genovés. (EFE)

Joan Genovés nació en 1930, en la calle Vicente Sancho Tello del barrio valenciano de Mestalla. Fue un alumno brillante mientras cursaba en la capital del Turia, lo que le permitió obtener una beca de la Diputación de Valencia, siendo el más joven de su promoción. “Aquella beca para formarse en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, en el Madrid de finales de los años 40, le daba para comer una vez al día. Se acostaba oyendo sus tripas sonar, sabedor que solo comería al levantarse la mañana siguiente”, explica su hijo, Pablo Genovés.

Su padre tuvo un gran reconocimiento entre los años sesenta y los setenta. En 1966 participó en la Biennal de Venecia logrando el Premio de Honor del Jurado, lo que le permitió firmar por la galería Marlborough. “Al llegar la década de los ochenta tuvo unos años de confusión y cierto olvido por parte de la opinión pública”, incide Pablo, “también influyó una cuestión técnica, al aparecer su presbicia perdió un poco la distancia, con las gafas no se adaptó bien a la pintura, hasta que unos años después llegaron las lentes progresivas. Durante 30 años realizó una pintura muy comprometida y al llegar la democracia plena tuvo una reflexión profunda que le alejó de la política concreta y de la utopía. Tomó distancia y se acercó a los derechos humanos en términos globales, de hecho todos los derechos de reproducción de El Abrazo, que no son pocos, los cedió a Amnistía Internacional”.

placeholder Obras expuestas en la retrospectiva de Joan Genovés. (Cedida)
Obras expuestas en la retrospectiva de Joan Genovés. (Cedida)

La última retrospectiva de Joan Genovés en Valencia data de 1992, fue en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) dirigido por Carmen Alborch. La actual abarca también la última época de su trayectoria. En torno a 2006, el artista realizó un giro en su carrera introduciendo volumen en las figuras, y esta etapa es la que ha gozado de más popularidad entre las nuevas generaciones. María Toral es la comisaria de la exposición recién inaugurada: “Hace dos años propuse esta muestra a la Fundación Bancaja. Creí necesario un reconocimiento a la obra de Joan Genovés en su ciudad natal. No es una retrospectiva como tal, porque la trayectoria de alguien que vivió noventa años merecería abarcar doscientas obras, pero son setenta y una. Cubrimos desde los años sesenta hasta obras de última época, realizando un recorrido muy completo y una selección muy cuidada, pensada para este espacio de su ciudad”.

En ocasiones, los artistas son víctimas de sus grandes éxitos. A Genovés le ocurrió con El Abrazo. “Sin entrar en comparaciones forzadas con la obra cumbre del valenciano, pero para ejemplificarlo rápidamente, para una parte de la opinión pública Picasso es el Gernika y Velázquez Las Meninas. El Abrazo nace de la inspiración del pintor al ver a los niños abrazados al salir de un colegio en Aravaca, su lugar de residencia. Estaba buscando una imagen potente para plasmar el encuentro y la reconciliación mediante el lenguaje corporal, y el gesto del abrazo es arrollador para esa plasmación. Genovés creó una obra hoy reconocida como un símbolo de la Transición española cuando fue, en origen, un cuadro sobre la amnistia. En 1976, la Junta Democrática contactó con el artista, que era un humanista muy comprometido en la causa democrática. Este les ofreció su pintura, de la que hicieron medio millón de carteles incluyendo la palabra amnistia, lo que le costó ocho días de prisión”, incide Toral.

placeholder Una mujer observa una de las obras expuestas en la retrospectiva de Joan Genovés. (Cedida)
Una mujer observa una de las obras expuestas en la retrospectiva de Joan Genovés. (Cedida)

El cuadro pertenece al Museo Reina Sofía. Esta institución la cedió al Congreso de los Diputados, pero como propietarios pueden extraerla del vestíbulo de la Carrera de San Jerónimo cuando hay una exposición temporal relevante, como la que lo mantendrá en Valencia hasta el 16 de abril de 2023. “Al ser una obra icónica hay que cumplir los requisitos de preservación. Rosa, empleada del Reina Sofía, estuvo supervisando la salida de la Cámara Baja, el transporte en un camión especializado y la apertura de la misma. Una vez en Valencia, esta conservadora controló la humedad, la iluminación y la temperatura para realizar el informe de estado de conservación pertinente”, concluye la comisaria.

Contar la historia sin contextualizar a los protagonistas en su circunstancia temporal puede llevar al error presentista. En 1976, con el dictador recién sepultado, unas Fuerzas Armadas comandadas por militares golpistas del 36 y el Batallón Vasco Español, ETA, los crímenes de Montejurra, los Guerrilleros de Cristo Rey y los GRAPO cimentando los años de plomo, la incertidumbre dominaba la escena. Puede que cada actor político tuviera un plan maestro para manejar el post mortem de Franco, destacando el borrador de Torcuato Fernández Miranda para la Ley de Reforma Política, pero lo que después se conocería como Transición fue un cúmulo de argumentarios rectificados, decisiones improvisadas y renuncias pactadas para evitar otro enfrentamiento civil generalizado.

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