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ENERGÍAS RENOVABLES

El giro fotovoltaico de Compromís pone en alerta a los inversores con 400 M en avales

La formación valencianista se descuelga con un documento que apuesta casi todo a la energía solar sobre cubiertas. La Generalitat tiene 450 expedientes de proyectos en suelo pendientes de resolver

Foto: Una instalación solar sobre cubierta. (EFE/Pablo Rojo)
Una instalación solar sobre cubierta. (EFE/Pablo Rojo)
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El giro en la estrategia de implantación de las energías renovables de Compromís ha puesto en alerta a los promotores de instalaciones fotovoltaicas en la Comunidad Valenciana. La formación valencianista presentó este lunes el documento político Comencem pel sostre (Comencemos por el techo), con el que hace una apuesta clara por concentrar la instalación de fotovoltaicas en cubiertas de tejados y naves, circunscribiendo los proyectos sobre suelo a espacios degradados, industriales sin desarrollar y urbanos sin edificar. El papel apuesta por alcanzar el objetivo de los 6.000 MW previstos para 2030 a través del autoconsumo, a la vez que aboga por concentrar en este tipo de instalaciones los incentivos y ayudas públicas.

La base del plan, presentado por el exconseller de Educación Vicent Marzà, ahora en tareas de generación de discurso político, y por la portavoz en las Cortes, Papi Robles, es un informe del Instituto Valenciano para la Competitividad Empresarial (Ivace) en el que se asegura que, teniendo en cuenta las condiciones de orientación, sombreado e insolación, se podría alcanzar una potencia instalada de 14.000 MW sobre el 40% del total de la superficie de techos y cubiertas en la Comunidad Valenciana.

Foto: Ximo Puig clausura el foro 'El nuevo paradigma de la movilidad en la metrópolis y la industria', organizado por El Confidencial.

Fuentes de Avaesen, la patronal de promotores de renovables en la autonomía, se mostraron sorprendidas por la aparición en escena del nuevo documento político con centenares de expedientes de instalaciones solares en suelo todavía pendientes de resolver en las conselleries y que, además, cubren sobradamente los 6.000 MW en potencia solar previstos para 2030. Los plazos burocráticos y la forma de dar luz verde a todas estas iniciativas son un elemento de conflicto desde hace meses entre los socios del Botànic, con los socialistas partidarios de acelerar los trámites y Compromís más reacio a autorizar planes por razones paisajísticas.

En ese debate se ha producido, además, el cese de la exconsellera de Medio Ambiente Mireia Mollà, a petición de la vicepresidenta, Aitana Mas. Aunque no ha sido el motivo principal de su destitución, Mollà era favorable a hacer una apuesta clara por la energía solar y por una autorización masiva de proyectos sobre suelo si cumplen con la legislación vigente para alcanzar los objetivos de descarbonización.

Expertos en energía, como el profesor de la Universidad Rey Juan Carlos Eloy Sanz, han advertido a través de sus cuentas en Twitter de que los cálculos de aprovechamiento solar sobre cubiertas en la Comunidad Valenciana que está utilizando Compromís no son correctos y que estrechar el campo de juego de la fotovoltaica solo conducirá a retrasar todavía más su implantación.

"Se está diseñando una política basada en cálculos exagerados que dan cifras irreales. De seguir esta ruta, se darían cuenta del error en 2030, prolongando la quema de combustibles fósiles, con las implicaciones que ello tiene para el medio ambiente y la salud", afirma Sanz.

Foto: Oltra, Puig y Dalmau, cuando firmaron el pacto para la segunda legislatura del Botànic. Opinión

"Nos preocupa por los plazos en los que estamos", señalan por su parte los promotores, recordando que el Botànic ya pactó en enero una adenda a la legislación para garantizar que los proyectos no invadieran zonas protegidas y acelerar la tramitación. Pese a que, en teoría, las reglas del juego ya están pactadas, Compromís ha seguido alimentando un discurso calificado de "retardista" por algunas voces en la tramitación de expedientes. Los plazos preocupan al sector porque el próximo 25 de enero los proyectos que no cuenten con declaración ambiental perderán el punto de conexión que preasigna Red Eléctrica Española y tendrán que ejecutar además el aval bancario que se exige por la reserva del mismo. Hay más de 400 millones de euros en juego.

Este martes, en una entrevista en la televisión autonómica À Punt, Papi Robles avanzaba que la vocación del Ejecutivo autonómico es haber completado en enero de 2023 la tramitación de todos los expedientes atascados en los despachos, pero advertía de que dar trámite a los proyectos no tenía por qué significar una autorización positiva.

Foto: Marcos Lacruz también representa a la patronal de renovables valencianas, Avaesen.

"Si los proyectos no salen adelante, muchas de las empresas promotoras van a tener que echar la persiana", contestan desde la patronal valenciana. El giro en renovables, que Compromís justifica como respuesta al "oligopolio" de "unas pocas empresas multinacionales, como Iberdrola, Endesa o Naturgy" y su capacidad de concentración del mercado eléctrico y el control de la mayoría de la producción, transporte, distribución y comercialización de electricidad, sorprende de igual modo a los promotores de Avaesen. Los proyectos encallados en la Generalitat son aquellos de menos de 50 MW (los superiores los tramita el Gobierno central), en su mayor parte, además, de menos de 25 MW. Es decir, son proyectos medianos o pequeños promovidos por una variedad de inversores, no monopolizados por las grandes eléctricas. Sus promotores defienden la aportación a la creación de empleo rural y la generación de ingresos fiscales en los ayuntamientos.

La propia configuración de la propiedad y orografía del suelo en la Comunidad Valenciana favorece esa dispersión de las instalaciones solares. Es lo mismo que ocurría tradicionalmente con las explotaciones agrícolas. No es un territorio el valenciano de grandes terratenientes, sino de pequeños y medianos productores, con lo que ello implica de reparto de rentas.

El giro en la estrategia de implantación de las energías renovables de Compromís ha puesto en alerta a los promotores de instalaciones fotovoltaicas en la Comunidad Valenciana. La formación valencianista presentó este lunes el documento político Comencem pel sostre (Comencemos por el techo), con el que hace una apuesta clara por concentrar la instalación de fotovoltaicas en cubiertas de tejados y naves, circunscribiendo los proyectos sobre suelo a espacios degradados, industriales sin desarrollar y urbanos sin edificar. El papel apuesta por alcanzar el objetivo de los 6.000 MW previstos para 2030 a través del autoconsumo, a la vez que aboga por concentrar en este tipo de instalaciones los incentivos y ayudas públicas.

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