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Así es el primer 'coliving' de Alicante: 'alquilar' la independencia para convivir en comunidad
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LAS NUEVAS FÓRMULAS DE RESIDENCIA

Así es el primer 'coliving' de Alicante: 'alquilar' la independencia para convivir en comunidad

33 personas de 14 nacionalidades con edades comprendidas entre los 22 y 61 años conforman el grupo que estrena Suiters, el primer edificio de 'coliving' en la provincia

Foto: El primer grupo de habitantes de Suiters, el 'coliving' que ha abierto sus puertas en Alicante. (A. J.)
El primer grupo de habitantes de Suiters, el 'coliving' que ha abierto sus puertas en Alicante. (A. J.)

Teletrabajo y nómadas digitales son dos conceptos que van de la mano. El primero lo propulsó la pandemia y el segundo obedece a una tendencia de encontrar en la movilidad laboral un estilo de vida. Entremedias, han emergido con fuerzas nuevas fórmulas inmobiliarias. La provincia de Alicante, líder en la venta de viviendas para extranjeros, se ha sumado a este nuevo diamante en bruto con un primer edificio de coliving. Desde el pasado 24 de septiembre, 33 personas de 14 nacionalidades han pasado a formar parte del primer grupo de colivers de la capital.

Foto: La hora de la cena pone sobre la mesa grandes ideas en un espacio de 'coliving'. (Sun and Co.)

El edificio de Suiters, marca con la que el Grupo Marjal opera esta nueva línea de negocio, está situado frente al Mercado Central y en una de las arterias comerciales de Alicante. Sus 49 estudios están ocupados en un 75%, aunque el dato crece por días. El Confidencial participa en una de las primeras reuniones del grupo, que es especialmente importante para la empresa dirigida por Javier Fur, pues prevén abrir en los próximos meses otros dos colivings en Málaga y Valencia.

La conversación es en inglés, idioma de entrada, pues conviven profesionales y estudiantes con edades comprendidas entre los 22 y 61 años procedentes de Australia, Alemania, Estados Unidos, Francia, Bélgica, Italia, Reino Unido, España, Polonia, Países Bajos, Hungría, Bulgaria, Croacia, Colombia y Ucrania. Nacho Cervera es el coliving manager y dirige la ronda de presentaciones que tiene lugar en una de las áreas comunes, la sala de reuniones que está junto a la gran cocina.

placeholder Vista del edificio que acoge el 'coliving'. (Suiters)
Vista del edificio que acoge el 'coliving'. (Suiters)

Nombre, profesión, país de origen, tiempo de estancia y algunas aficiones. Todos los asistentes, una veintena, siguen la pauta. La fórmula del coliving explora y fomenta la creación de comunidad de una manera voluntaria. “Respeto” es la palabra que más pronuncia Nacho Cervera.

Delante tiene desde varios profesores norteamericanos que están dando clases en poblaciones como Sax o Santa Pola hasta un veterano como Jose Andrés, de 61 años, y trabajador de una compañía energética que estará en Alicante un año por trabajo. Luego están los freelances, varios de ellos en el campo del marketing digital o diseño. Es el caso de Chema, natural de Toledo, estudió Farmacia, pero se pasó al campo digital. Para él trabajar en un ambiente internacional es importante.

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De entrada, hay abogados, arquitectos, profesores de idiomas, estudiantes de posgrado, freelance de diseño gráfico, marketing digital, ingenieros de software, directores de empresas eventos deportivos y diseñadores de producto. “Buscamos gente con perfiles profesionales que vienen a Alicante con estancias medias-largas de hasta 11 meses. Nos eligen por la privacidad que les concede la suite combinada con la posibilidad de vivir en una comunidad con gente de distintas nacionalidades y ámbitos distintos y diversos que enriquece su experiencia”, señala Nacho Cervera.

Sin las ataduras de las fianzas

Algunos sitúan al coliving entre el alquiler con amigos y las residencias universitarias por los espacios compartidos y los miniapartamentos. De las 10 plantas con las que cuenta el edificio, tres están reservadas para espacios comunes como la sala para trabajar al estilo de un coworking, el gimnasio y la terraza (en la planta superior), y los trasteros individualizados en el sótano.

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Lo primero es saber por qué han aterrizado, literalmente, en Alicante. De manera espontánea, van respondiendo: “Comida, tiempo, ambiente, el mar y el aeropuerto internacional”. Para Suiters, las actividades que tienen lugar en la comunidad de colivers son importantes para que se relacionen, surjan sinergias profesionales, intereses comunes, por eso hacen una reunión semanal de puesta en común. En este sentido, Nacho Cervera, con experiencia con grupos de estudiantes internacionales, les recuerda que pueden consultarle sobre cualquier cuestión o información: moverse por la ciudad, salir a comer o qué actividades hacer. En el planning, ya hay previstas charlas y posibles excursiones.

El ocio forma parte de esta propuesta y, por ejemplo, Sam, de origen francés, que prueba esta experiencia junto a su novia, es de los pocos que se animan a contar que le gustaría jugar al tenis. Este ingeniero de software conoce la provincia, porque sus padres van a comprar una vivienda en Torrevieja en unos meses. Ambos han elegido esta fórmula porque, al ser autónomos, se han encontrado con un mar de dificultades burocráticas para alquilar. Suiters solo les pide un mes de fianza y les da la flexibilidad respecto al tiempo de estancia, aunque esa previsión es la que marca el precio final. Algunos reconocen experiencias negativas compartiendo pisos como Piero o Pedro, pues viene de Milán, aunque es de origen brasileño. Este motivo es común para varios de ellos. Lo comenta también Alekxandra, abogada de origen polaco, que va a probar durante tres meses.

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En el grupo, la mayoría vive por primera vez en un coliving. La excepción es Cerinn, de Filadelfia (EEUU), quien pasó la pandemia en un edificio de este corte en Barcelona. Allí le pilló estudiando su posgrado y ahora ha empezado a trabajar. Ella prefería, ante todo, la independencia que proporciona esta fórmula de alquiler por meses. "No estamos en edad de residencias [universitarias]", dice sonriendo Chema, nómada digital. "Tienes más privacidad", apunta la abogada.

Nacho Cervera insiste en llegar a acuerdos en algunas cuestiones básicas para que sean los propios usuarios quienes determinen cómo quieren hacerlo. Quizá por eso las reglas aún no están escritas. En pocos minutos, dan el visto bueno a poner una pizarra con actividades, establecen el funcionamiento de las estanterías de la nevera y los cacharros de la cocina y preguntan por el horario para tirar la basura. Dos cuestiones se repiten. Unos cuantos piden Chromecast —un dispositivo para reproducir en la televisión lo que se está viendo en el móvil— para las habitaciones y otros reclaman una nueva explicación sobre el funcionamiento de los timbres. La empresa ha diseñado el edificio para que se pueda manejar desde una aplicación. El móvil es la llave de entrada para las habitaciones, pero ¿qué pasa con las visitas? Y lo más importante: ¿los repartidores?

placeholder Nacho Cervera conversa con los inquilinos del 'coliving'. (Suiters)
Nacho Cervera conversa con los inquilinos del 'coliving'. (Suiters)

A pesar de contar con cocina y un espacio office con microondas, nevera al estilo de un hotel y un fuego eléctrico, los colivers —al menos en este primer grupo— son poco cocinillas y sí usuarios de comida a domicilio. No obstante, ya hay prevista una actividad para aprender a cocinar croquetas.

La clave: los servicios incluidos

La limpieza es otro de los puntos que más valoran. Alejandra es arquitecta y de origen mexicano y está sentada junto a Stela, croata de 22 años, que ha venido dos meses a trabajar a Alicante porque su empresa se lo propuso. Ellas preguntan por los horarios de la limpieza. Además de la suite de unos 20 metros cuadrados, el alojamiento incluye el uso y disfrute de todas las instalaciones; el precio incluye consumos de agua, electricidad, internet, limpieza semanal de la habitación y cambio de sábanas y toallas cada 15 días. Algunos no bajan al entresuelo al coworking y el manager avanza que, en breve, se les facilitará un horario.

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Son cuestiones impensables en un alquiler, pues estos detalles dan más valor al tiempo libre. Los servicios se han convertido en una de las claves de la experiencia, pues todo lo tienen a su alcance desde 700 a 1.200 euros al mes. La diferencia la marca el modelo de habitación, ubicación —las vistas— y el tiempo de estancia. La tarifa es algo inferior a lo que según el informe de CBRE se da en Madrid y Barcelona que es de entre 900 y 800 euros al mes, respectivamente.

No se habla de precariedad, al menos, ninguno la cita, sí de provisionalidad. Algunos están sujetos a contratos como Jose Andrés, el veterano, Alekxandra o Stela; otros tienen claro que, cuando llegue el verano, se irán a otras ciudades de Europa o Asia. Suiters busca profesionales, nómadas digitales, y, como el propio Cervera reconoce, “equivocadamente se piensa que solo pueden ser extranjeros. Ahora tenemos más españoles” a pesar de la gran variedad de nacionalidades, “pero, en definitiva, se trata de perfiles atraídos por el concepto”.

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Algunos están cansados. Son casi las nueve de la noche y la mayoría madruga. Están en España, pero el horario internacional o el europeo manda entre semana. La reunión se levanta y, al visitar un par de las habitaciones, llama la atención la insonorización de los estudios. Suiters está en el centro de Alicante, en una de las avenidas por la que pasan los desfiles de las Hogueras, y se vive todo el trasiego de un mercado central. También están todos los transportes y conexiones, aunque algunos han venido con vehículo propio y han alquilado plazas de aparcamiento próximas.

Dentro, el espacio es funcional: armario, una gran mesa de trabajo, un par de sillas, una cama grande, la minicocina, espacio de almacenaje, un par de butacas, el baño, la tele, un gran ventanal y muchos enchufes. La conectividad no vive sin recargas.

Foto: Vivienda unifamiliar en La Nucía. (Cedida)

Superada la pandemia, al menos en el día a día, el coliving emerge con fuerza en un mercado inmobiliario. El documento de la consultora CBRE, publicado en mayo de 2022, recoge que “el sector aún se encuentra en fase inicial y en vías de profesionalización en España, motivo por el que tan solo el 3% del total invertido en living, con alrededor de 96 millones de euros que se traducen en más de 530 camas profesionalizadas. Sin embargo, 2021 ha supuesto un año de inflexión en este nuevo segmento. En el primer semestre de 2022, la inversión en coliving se ha situado en torno a los 433 millones de euros, un 18% de la inversión total”. Las cifras marcarán la rentabilidad de una fórmula que parece que se adapta al alquiler sin el compromiso que se necesita para independizarse y vivir experiencias.

Teletrabajo y nómadas digitales son dos conceptos que van de la mano. El primero lo propulsó la pandemia y el segundo obedece a una tendencia de encontrar en la movilidad laboral un estilo de vida. Entremedias, han emergido con fuerzas nuevas fórmulas inmobiliarias. La provincia de Alicante, líder en la venta de viviendas para extranjeros, se ha sumado a este nuevo diamante en bruto con un primer edificio de coliving. Desde el pasado 24 de septiembre, 33 personas de 14 nacionalidades han pasado a formar parte del primer grupo de colivers de la capital.

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