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Los empresarios valencianos que quieren retar al monopolio chino de los paneles solares
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Los empresarios valencianos que quieren retar al monopolio chino de los paneles solares

Marcos Lacruz, cuya familia montó el primer parque eólico en la Comunidad Valenciana, y Gonzalo Navarro (ex-Siliken) preparan la apertura de la primera fábrica de módulos integrada en España

Foto: Marcos Lacruz también representa a la patronal de renovables valencianas, Avaesen.
Marcos Lacruz también representa a la patronal de renovables valencianas, Avaesen.

Lo advirtió el pasado mes de julio la Agencia Internacional de la Energía con un informe sobre las cadenas de suministro de la energía solar fotovoltaica. China ha consolidado de facto un verdadero monopolio en la fabricación y comercialización de paneles en el mercado global. El 80% de los elementos necesarios para su producción se ubican en el país asiático, que en las dos últimas décadas ha hecho desaparecer a casi todos sus competidores internacionales gracias a la fuerte inyección de capital estatal en su industria y su política de precios bajos, que llevó a la Unión Europea a tener que aplicar medidas antidumping en 2013. Pero un grupo de empresarios valencianos quiere acabar con este escenario y ya proyectan la primera fábrica de módulos completamente española.

La necesidad de acelerar la transición ecológica sustituyendo las fuentes más contaminantes por energías limpias propició el levantamiento de las medidas arancelarias por parte de la Comisión. Los proyectos fotovoltaicos se cuentan por miles en toda Europa. En España, la previsión es que se multipliquen las instalaciones en los próximos años, tanto de autoconsumo como de pequeños y grandes productores. La potencia instalada en los últimos tres años ha pasado de cerca de 5.000 MW a más de 18.000 MW, según los últimos datos de Red Eléctrica Española.

En ese mercado en auge, empujado también por las cada vez más numerosas medidas de apoyo fiscal y ayudas públicas, estos empresarios se han propuesto desafiar el monopolio chino poniendo en marcha la que quiere ser la primera fábrica de módulos fotovoltaicos 100% Made in Spain. Marcos Lacruz, del grupo NRG Investment y presidente de la patronal valenciana de renovables Avesen, y Gonzalo Navarro, a través de su patrimonial Inversiones Mendinavarro, constituyeron el pasado mes de mayo la mercantil Silicon Valen, un juego nominal que remite al Valle del Silicio de California, aunque con alusión a la provincia de Valencia, donde tiene la sede la empresa.

El plan es poder disponer a finales de 2025 de una cadena integrada de producción de módulos fotovoltaicos capaz de competir en precio y calidad con China, y con un volumen de fabricación anual de 500 MW que sirva para suministrar de material a los instaladores y promotores de plantas en España.

La tarea no es sencilla. Lo sabe bien Gonzalo Navarro, que formó parte del que fue el proyecto industrial más importante del país en fotovoltaica, Siliken, creada también en Valencia, con planes de internacionalización muy ambiciosos, pero que se vio abocada al cierre en 2017. Siliken, invertida por la familia Serratosa, llegó a disponer de unidades de producción en Albacete y Rafelbunyol (Valencia), Ontario (Canadá), Tijuana (México) y Rumanía hasta que la competencia china y los recortes a las primas solares en España la sacaron del mercado.

Lacruz: "Hemos sustituido la dependencia del gas ruso por la dependencia de la fotovoltaica china"

"La industria ha cambiado mucho. Siliken, para 10 veces menos de producción, usaba mucho más personal. Nuestro módulo va a ser indistinguible del mejor módulo chino, y vamos a estar en disposición de competir en precio", asegura optimista Marcos Lacruz.

Miembro de una familia pionera en energías renovables en la Comunidad Valenciana, la que puso en marcha en Buñol el primer gran parque eólico del territorio, Lacruz ejerce de presidente y socio inversor y ha dejado en manos de Navarro la gestión empresarial. En el consejo de administración está también Carlos, hermano de Gonzalo, a través de Meia Noite SL, aunque no participa en la gestión y está concentrado en la cotizada del BME Growth Endurance Motive, especializada en ensamblaje de baterías.

placeholder Trabajadora de una fábrica de paneles solares en China. (Reuters)
Trabajadora de una fábrica de paneles solares en China. (Reuters)

El proyecto de Silicon Valen arrancará a finales del año que viene con una primera planta de ensamblaje de módulos, que tendrá la línea de montaje en pruebas en junio. La inversión inicial es de entre 10 y 12 millones de euros y, tras una primera fase con recursos propios y ronda de socios, Lacruz no oculta que confía en obtener respaldo público tanto en la financiación como en la obtención de fondos europeos. La UE está en plena revisión de la industria continental de componentes. Ha puesto en marcha programas de apoyo a iniciativas de producción que amortigüen la dependencia asiática, como el plan de fomento de la industria de semiconductores, y la manufactura de paneles solares entra en los objetivos. Silicon Valen aspira a obtener fondos palanca de los Perte gubernamentales de descarbonización o economía circular para encender su actividad.

"A partir de aquí, lo que queremos es hacer una integración hacia detrás", dice Lacruz, que cifra en casi 500 millones de euros la inversión objetivo para completar todo el proyecto, que contempla dar empleo a 1.500 trabajadores. La cadena de valor está dividida en cinco procesos y cuatro etapas de fabricación. La última es el ensamblaje, que se hará inicialmente con celdas de importación en una factoría ubicada cerca de la ciudad de Valencia. La primera es la de obtención de silicio casi puro a partir de procesos con material metalúrgicos, para la que ya están en conversaciones con firmas como FerroAtlántica. Ese material se emplea para obtención de lingotes y obleas, que sirven también para otras industrias, como la de los microchips. La cuarta etapa es la creación de células, que después se ensamblan en los paneles, última fase de producción.

Foto: Imagen de archivo de un barco de Cosco. (Reuters/Rodrigo Garrido) Opinión

Lacruz está convencido de poder armar toda la cadena de valor sin perder competitividad y considera que debería ser un objetivo estratégico de Europa disponer de una industria propia. "Tenemos una necesidad de romper la dependencia. Hemos sustituido la dependencia del gas ruso por la dependencia de la fotovoltaica china", dice sobre la cara B del proceso de transición energética y la proliferación de instalaciones solares.

Reducir la huella de carbono

Silicon Valen ha iniciado conversaciones con posibles clientes con el fin de generar una red inicial de suministro de su producción en un contexto de turbulencias internacionales. "Resolvemos una triple necesidad. Primero porque damos certidumbre a los instaladores y promotores de parques e instalaciones fotovoltaicas. Pero, además, resolvemos otro problema: ¿tiene sentido traer un módulo desde 10.000 kilómetros generando una huella de CO₂?", se pregunta. "Eso no es responsabilidad social. A partir de ahora se van a primar las instalaciones que reduzcan la huella de carbono a la hora de recibir ayudas y ser seleccionado en concursos públicos. Aquel que diga que su módulo es de kilómetro cero puntuará más", vaticina el empresario.

Foto: Instalador de paneles solares en el desierto del Gobi. (Reuters/Carlos Barria)

Lacruz pone como ejemplo la próxima subasta de puntos de conexión de Red Eléctrica Española, donde se ponderarán las ofertas económicas, pero también vertiente la social. "El que pueda acreditar que su módulo es más ecológico y que promueve la inversión local tendrá más puntos para llevarse la evacuación", dice.

Silicon Valen sostiene que, cuando su plan integral esté en marcha, será firma pionera en el país. Ahora son varios los distribuidores españoles que ofrecen paneles de importación (Tamesol o Exiom) o que cuentan con líneas de ensamblaje, como Zytech Solar en Zaragoza. Pero ninguno se ha lanzado a integrar la fabricación y probar suerte. El rival es duro. La industria de China no solamente vende hacia el exterior; el gigante asiático está alimentando a sus fabricantes con miles de millones de euros de inversión en sus propios parques solares.

Lo advirtió el pasado mes de julio la Agencia Internacional de la Energía con un informe sobre las cadenas de suministro de la energía solar fotovoltaica. China ha consolidado de facto un verdadero monopolio en la fabricación y comercialización de paneles en el mercado global. El 80% de los elementos necesarios para su producción se ubican en el país asiático, que en las dos últimas décadas ha hecho desaparecer a casi todos sus competidores internacionales gracias a la fuerte inyección de capital estatal en su industria y su política de precios bajos, que llevó a la Unión Europea a tener que aplicar medidas antidumping en 2013. Pero un grupo de empresarios valencianos quiere acabar con este escenario y ya proyectan la primera fábrica de módulos completamente española.

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