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Del pelotazo a pérdidas: Keping, el chino que trajo mascarillas cuando nadie tenía en España
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EMPRESARIO DE ONTINYENT

Del pelotazo a pérdidas: Keping, el chino que trajo mascarillas cuando nadie tenía en España

El empresario, al que la Generalitat recurrió para importar material en el arranque del covid, apenas factura ahora medio millón frente a los 44 millones de euros en 2020

Foto: A la izquierdal el empresario Keping. (Cedida)
A la izquierdal el empresario Keping. (Cedida)

"Tú confía, tú confía", le decía Chen Wu Keping a la que ahora es 'consellera' de Política Territorial de la Generalitat valenciana, Rebeca Torró, en marzo de 2020. En aquellas fechas, cuando la pandemia del coronavirus irrumpió en nuestras vidas, el mercado de material sanitario de protección (mascarillas, guantes, trajes…) colapsó. Conseguir unidades de productos aparentemente sencillos de fabricar mientras los hospitales y las residencias de mayores se iban llenando de enfermos se convirtió en una odisea que puso al descubierto la dependencia de los mercados asiáticos.

En la jungla en la que se convirtió el tráfico de material sanitario en aquellos primeros días de covid, con aviones de carga que cambiaban de destino en plena pista de despegue en función del mejor pagador, un empresario chino, desconocido para casi todo el que no vivía en la localidad valenciana de Ontinyent, se convirtió en portada al abrir una ruta de importación para la Generalitat cuando casi ninguna administración era capaz de garantizarse un suministro estable. Chen Wu Keping, propietario de un centro comercial de Ontinyent, El Teler, hizo el contacto con Torró, exconcejal socialista de la misma ciudad, que en ese momento ocupaba un cargo del segundo escalón de la Conselleria de Economía, para ofrecerse como proveedor.

Foto: Keping, segundo por la derecha, con el alcalde de Ontinyent y empresarias chinas de la cosmética Gre-Kriti.

Tras un primer envío exitoso, y tirando de la vía contractual de emergencia que permitía el estado de alarma y la situación sanitaria, la Generalitat suscribió un contrato directo de más de 30 millones de euros con Keping para realizar las compras de cientos de miles de mascarillas y guantes. En un año, la sociedad limitada Comité Textil, dedicada al comercio de prendas de vestir, pasó de facturar poco más de 450.000 euros (2019) a reflejar en su capítulo de cifra de negocio más de 44 millones de euros de ingresos, todo un pelotazo para este empresario afincado en España desde hace años. Que aquel fue un año extraordinario lo revelan las cuentas de 2021, el siguiente ejercicio, que el empresario ha depositado en el Registro Mercantil. El año pasado apenas cosechó ventas de medio millón de euros, y la sociedad cerró con 73.304 euros de pérdidas.

Keping, que siempre ha comentado a sus conocidos que no lo movía un afán especulativo, sino de colaborar en un momento de mucha dificultad, representa el papel que muchos pequeños importadores jugaron en aquellos meses. Hasta que las fábricas chinas se adaptaron a la fuerte demanda y el mercado logró equilibrarse, todo aquel con contactos en China capaz de traer material se convirtió en proveedor de cabecera. Es difícil saber cuánto dinero ganó Keping con aquellas operaciones comerciales. Oficialmente, la empresa Comité Textil tuvo un resultado de explotación de 527.979 euros, pero los gastos financieros y diferencias de tipo de cambio redujeron a apenas 500 euros el beneficio neto. Sobre el papel, Keping vendió mucho, pero no obtuvo un gran rendimiento, a no ser que usase otras empresas para refacturar.

"Hay que ponerse en la situación que había en aquellos momentos. Nunca sabremos si Keping ganó mucho o poco. La Generalitat no podía hacer otra cosa. Él mismo dice que no entendía algunas polémicas, porque lo que hizo fue facilitar material en un momento en el que la gente se estaba muriendo", dice una persona relacionada con la política local de Ontinyent, que conoce a Keping desde hace tiempo.

"Nunca sabremos si Keping ganó mucho o poco. La Generalitat no podía hacer otra cosa. Él mismo dice que no entendía algunas polémicas"

La relación con la Generalitat fluyó. Hubo un único incidente de cierta envergadura, que se resolvió con la exigencia de devolución de algo más de medio millón de euros por problemas en la entrega de una parte del material. Un dictamen del Consejo Jurídico Consultivo (el Consejo de Estado autonómico) dio una opinión favorable a la Administración autonómica en las discrepancias. La opinión general en el seno de la Generalitat es que el proveedor cumplió con sus obligaciones y su rol fue providencial en un momento muy complejo para el sistema sanitario.

El Partido Popular ha puesto el foco en los contratos para intentar conocer el margen de beneficio y comisiones. Incluso ha llevado documentos a la Fiscalía Anticorrupción. Lo ha hecho en paralelo a las dudas que surgieron en la Comunidad de Madrid con los contratos de los que se benefició el hermano de su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, o el empresario Luis Medina. Los conservadores han tratado de encontrar la versión valenciana del escándalo de las mascarillas, pero por ahora el Ministerio Público no ha movido ficha ante posibles irregularidades.

Foto: El avión de China Cargo que aterrizó en Zaragoza con material para la Generalitat, Castilla y León, Navarra e Inditex. (EFE)
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Keping, según sus conocidos, ha vuelto a su rutina habitual en Ontinyent. Sigue con la gestión del centro comercial El Teler, un negocio de alquiler de espacios que ha funcionado de forma renqueante durante muchos años. Llegó a acumular 25 millones de euros de pérdidas. El año pasado cerró con 185.000 euros de beneficio tras facturar algo más de 2 millones de euros. Ese ejercicio, según las cuentas, los socios aportaron al patrimonio de la sociedad 22 millones para equilibrar el balance. ¿Una parte de los beneficios por las mascarillas?

Desde el estallido de la pandemia, Keping ha visto cómo se cerraba la hoja registral de las sociedades con las que está vinculado Euro Spain Company y Hanson International Investment Company. Su empresa de restauración, Restaurante Pizzeria Il Rosso, entró en concurso voluntario de acreedores y lo concluyó en mayo por inexistencia de bienes. Group K&S Iberia, la mercantil con la que administra Comité Textil y que ejerce como sede central del pequeño 'holding' empresarial, acumuló beneficios de 1,9 millones, pero cerró el año pasado con 5.800 euros de pérdidas. Tras manejar dinero como nunca, Keping ha vuelto a su normalidad. La de mantener sus negocios en la fina línea del equilibrio.

Dos años y medio después de estallar la pandemia y aparecer en escena, su relación con la Generalitat ha desaparecido. Sus aviones repletos de mascarillas fueron noticia en los telediarios. Pero desde entonces, nadie parece acordarse de él. Su nombre no ha aparecido en las distinciones de la Generalitat.

"Tú confía, tú confía", le decía Chen Wu Keping a la que ahora es 'consellera' de Política Territorial de la Generalitat valenciana, Rebeca Torró, en marzo de 2020. En aquellas fechas, cuando la pandemia del coronavirus irrumpió en nuestras vidas, el mercado de material sanitario de protección (mascarillas, guantes, trajes…) colapsó. Conseguir unidades de productos aparentemente sencillos de fabricar mientras los hospitales y las residencias de mayores se iban llenando de enfermos se convirtió en una odisea que puso al descubierto la dependencia de los mercados asiáticos.

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