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El primer grupo de heavy metal de España surgió en la Valencia de 1978, pero nadie se enteró
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Antes que Barón Rojo u Obús

El primer grupo de heavy metal de España surgió en la Valencia de 1978, pero nadie se enteró

Aquel año Zarpa grabó 'Los cuatro jinetes del Apocalipsis', un álbum que no fue publicado por deficiencias técnicas, pero que contenía los fundamentos de lo que a partir de 1980 conformó el heavy metal nacional

Foto: Zarpa, aún como Wolframio, en 1977. (Cedida)
Zarpa, aún como Wolframio, en 1977. (Cedida)

En 1977, el límite entre el pueblo de Mislata y la ciudad de Valencia era la Cárcel Modelo, levantada entre 1889 y 1901. Aquel enclave separaba dos términos municipales que formaban una única realidad social: la de los emigrantes manchegos y andaluces llegados en los años sesenta a los barrios de aluvión, fundiéndose con las clases populares valencianas del cinturón oeste, entre la Avenida Pérez Galdós y el nuevo cauce del Turia. Aquí, cuatro mislateros de entre 16 y 19 años parieron el rock duro valenciano.

placeholder Zarpa en 1981. (Cedida)
Zarpa en 1981. (Cedida)

En los años setenta el rock progresivo entró con fuerza en España con Los Módulos y Los Canarios como arietes. La eclosión de núcleos efervescentes en Sevilla, Madrid, Barcelona o Valencia, con Cotó-en-Pèl, Modificación, Eduardo Bort o Tarántula, fue el punto de partida para que, durante la segunda mitad de década, algunas bandas de esta querencia underground introdujeran nuevas sonoridades más pesadas y nacidas en las periferias urbanas.

Nadie hablaba aún de heavy metal en 1977, pero en Mislata, Vicente Feijóo Aparisi (Valencia, 1958) y el resto de Zarpa (Javier Hervías, Eduardo Feijóo y Jesús Martínez) estaban a un paso de ser los precursores del estilo. “Yo jugaba de defensa en los juveniles del Valencia CF. Era mi vida, pero perdí a mi padre a los quince años, tuve que ponerme a trabajar de pintor cerámico en Manises y ahí me interesé por la guitarra. Le pedí a mi jefe que me dejara una de las naves para ir a ensayar con el grupo y acabé enchufando a los tres en la empresa: terminábamos de currar e íbamos a ensayar. Mislata no tenía más cultura musical que la de las bandas típicas de cada pueblo valenciano. Era un sitio tranquilo donde todos nos conocíamos. Nuestro primer nombre fue Wolframio pero el mánager nos recomendó cambiarlo y nos bautizamos como Zarpa, porque de chaval leía “Zarpa de acero”, un cómic inglés dibujado por Jesús Blasco. Nuestras influencias iban desde Uriah Heep, cuando escuchaba 'Suicidal Man' flipaba, hasta el hard rock clásico de Deep Purple o Black Sabbath, y también Judas Priest algo después”, recuerda Vicente Feijóo.

En la evolución de los estilos musicales siempre hay momentos de ruptura y continuidades. Caminos que se quiebran bruscamente por elementos rompedores, a veces involuntarios, que se combinan con otros factores estéticos, sonoros e influencias foráneas. Vicente Feijóo entró en el estudio de grabación con diecinueve años: “Estuvimos todo 1977 ensayando antes de entrar a grabar 'Los cuatro jinetes del Apocalípsis' en 1978. Fuimos a los estudios Tabalet de Alboraia y el disco se registró en una sola toma, en cabinas individuales, sin vernos, sin claqueta, cada uno con sus auriculares y con amplificadores Sinmarc y una batería Honsuy. Aquello fue un desastre, el estudio no estaba preparado para nuestro volumen, jamás habían grabado un álbum de rock. Las cintas de 24 pistas se perdieron y el máster se pudrió. Aun así, rescaté una copia deteriorada y el cedé lo editó Iberian Records en 2007”.

Fernando Galicia Poblet (Madrid, 1977) es Doctor en Historia y Ciencias de la Música. Tras diez años de investigación, publicó su tesis doctoral 'El Heavy Metal en España, 1978-1985: fases de formación, cristalización y crecimiento' (Universidad Complutense), que luego adaptó al libro 'Inoxidable' (Lenoir, 2017) con fotos inéditas de Paco Manzano. Esta obra es el primer acercamiento al heavy metal desde una perspectiva historiográfica en el ámbito de la musicología contemporánea. Una de sus aportaciones fue considerar a Zarpa como el primer grupo de heavy metal propiamente dicho de la historia de España.

placeholder Zarpa con Obús y Barón Rojo en Plaza de Toros de Valencia 1982. (Cedida)
Zarpa con Obús y Barón Rojo en Plaza de Toros de Valencia 1982. (Cedida)

“En 1978 ya había heavy metal en Europa, pero no explota hasta el 79 u 80 con Judas Priest e Iron Maiden, y estos no tienen conciencia de género hasta un poco más tarde. A España, esta influencia exterior llegaba con cuentagotas y cuando descubrí 'Los cuatro jinetes del Apocalipsis' de Zarpa, fechado en 1978, me llamó enormemente la atención porque contiene elementos que definirían el género tiempo después: el sonido agresivo, la temática de las letras que se adentra en terrenos fantásticos y la estética de la portada con un brazo seccionado arañando una pared. Es cierto que 'Cuentos de ayer y de hoy', debut de Ñu, en el mismo año, también contiene elementos muy duros, y esa voz aguda de José Carlos Molina, tan característica del género después”, comenta el musicólogo.

La etiqueta “heavy metal” no llegaría al periodismo musical español hasta 1978 para salpicar la presentación del disco debut de los cántabros Bloque, lanzado por Chapa Discos, sello de Mariscal Romero, el gran dinamizador del rock de la época. Es complicado catalogar a Bloque o Asfalto como antecedentes del heavy, estas formaciones nacidas a mitad de los setenta representaban al rock urbano y el progresivo. Coz, primer grupo de los hermanos De Castro, antes de Barón Rojo, sí se aproximaban al rock pesado de raíz anglosajona: aun así, su primera grabación 'Rock de la legalización', en 1977, es un tema compuesto junto a Víctor Manuel. Sería pues, un 16 de agosto de 1980 en Leganés, cuando Barón Rojo ofrece su primer concierto, el acta fundacional del heavy para la industria musical de Madrid.

Foto: Francisco Laguna y Fortu Sánchez, de Obús. (EFE/Fernando Villar)

Comercialmente, en España, se empieza a hablar de heavy metal con el debut de los madrileños Barón Rojo en 1980. La industria y los medios de comunicación estaban en la capital y lo que no estaba en Madrid o no acudía allí para darse a conocer, no existía. Pero esto no llegó de la nada, hubo antecedentes en Andalucía con el debut de Medina Azahara en 1979, y en Valencia con Zarpa, que además de las reminiscencias progresivas de su época, parecen infuenciados ya en 1978 por la nueva ola del heavy británico. Este es el punto relevante de los de Mislata en mi tesis doctoral, ya que aunque después hayan mantenido una trayectoria larga y honrosa, se quedaron en tierra de nadie a nivel nacional”, concluye el musicólogo Galicia Poblet.

El mánager de Zarpa era Vicente López Carsí, el hombre que trajo a Ian Gillan (Deep Purple) y Whitesnake a Valencia, y que también representaba a los valencianos Doble Zero, practicantes de un rock and roll clásico. “Era un tipo con muchos cojones, pero con poco dinero. Un día desapareció y no volvió jamás. En las Escuelas Profesional de San Jose teloneamos a Ian Gillan, el 6 de marzo de 1979, con el público sentado, y empezamos a tener popularidad en Valencia, pero un día llegué a casa y allí estaba la carta de la mili. Al servicio militar sabías cuando entrabas, pero no cuando salías. En un año y pico pasan muchas cosas, y en 1981 ya no nos recordaba nadie”, relata el veterano roquero.

placeholder Zarpa en 2021. (Pedro J. Delgado)
Zarpa en 2021. (Pedro J. Delgado)

Cuando los músicos volvieron de la mili, los grupos del nuevo heavy metal británico ya habían calado en el enclave madrileño del rock duro. Baron Rojo y Obús habían lanzado sus discos debut. Feijóo y los suyos empezaron desde cero: ”Mientras nos iba creciendo el pelo dimos sesenta bolos en 1981, actuamos en los conciertos de Viveros y en la Plaza de la Virgen ganando una nueva legión de fieles. Grabamos '¿Ángeles o demonios?' en 1983. Un año más tarde publicamos 'Herederos de un imperio', registrado en Madrid con una gran discográfica, como era Twins Records, con el que llegamos a las listas de Los 40 Principales. Nos prometieron una buena difusión, pero después ficharon a Hombres G y les sacaron 250.000 copias y a nosotros 5.000. Convenían los grupos frívolos de niños de papá y no el rock duro del barrio. Y entonces llegó la desgracia, a nuestro mánager le pasó un camión por encima viniendo en coche desde la capital, dejándolo malherido y fuera del negocio musical”.

Aquel revés acabó con la posible progresión a nivel nacional de la banda, que se centró entonces en el circuito local, el apoyo a los combos noveles del heavy metal valenciano, como Sable, Leyenda, Praxis, Hal o Sharet, muchos apadrinados en concursos musicales organizados por Vicente Feijóo, y en giras puntuales por Francia o Suiza, ya en la segunda mitad de los ochenta. Aun así, han publicado 31 discos oficiales y siguen llenando las salas valencianas de rock. “Mi trayectoria con Zarpa, después de 45 años tocando, ha sido como la de aquellos pintores que no vendieron un cuadro en vida: lo he tomado como una pasión, pura diversión y no como un negocio. Nunca pensé en marchar a Madrid para buscar otro camino, siento un apego a mi tierra y fui padre muy joven, no quería mover a mi familia. He trabajado como músico de estudio y en orquestas relevantes durante años, y lo sigo disfrutando”.

Foto: Rob Halford actuando con Judas Priest en el Mandalay Bay de Las Vegas. Opinión

Aquella Mislata de la Transición, no fue solo el principal foco en la historia valenciana del rock duro, primero con Zarpa y desde 1982 con Sable (teloneros de Judas Priest en el Rockodromo de Madrid), sino que supuso la génesis del heavy metal español, allá por 1978.

En 1977, el límite entre el pueblo de Mislata y la ciudad de Valencia era la Cárcel Modelo, levantada entre 1889 y 1901. Aquel enclave separaba dos términos municipales que formaban una única realidad social: la de los emigrantes manchegos y andaluces llegados en los años sesenta a los barrios de aluvión, fundiéndose con las clases populares valencianas del cinturón oeste, entre la Avenida Pérez Galdós y el nuevo cauce del Turia. Aquí, cuatro mislateros de entre 16 y 19 años parieron el rock duro valenciano.

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