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La aplicación de la tasa turística a hoteles enfrenta al PSOE y Compromís en Valencia
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LA ÚNICA CIUDAD QUE PODRÍA EXIGIRLA

La aplicación de la tasa turística a hoteles enfrenta al PSOE y Compromís en Valencia

La vicealcaldesa socialista, Sandra Gómez, aboga por habilitar el tributo para cruceristas y apartamentos turísticos. Los valencianistas le recuerdan el acuerdo suscrito en las Cortes

Foto: El alcalde de Valencia, Joan Ribó, y la vicealcaldesa,, Sandra Gómez. (EFE)
El alcalde de Valencia, Joan Ribó, y la vicealcaldesa,, Sandra Gómez. (EFE)

El PSOE se ha abierto a una aplicación parcial de la tasa turística en la ciudad de Valencia. La vicealcaldesa socialista, Sandra Gómez, lleva dos días defendiendo la posibilidad de que el gravamen, cuya ley de creación está todavía pendiente de aprobación en las Cortes Valencianas, se exija solamente a los visitantes usuarios de cruceros y apartamentos turísticos, dando a entender que su modelo no contempla el tributo para los clientes de los hoteles. Gómez cree que tiene sentido que se exija como mecanismo de compensación a "aquellas actividades que no generan empleo y, en cambio, tienen externalidades negativas para la ciudad", con especial referencia a la contaminación de los cruceros y el escaso gasto turístico que hacen sus usuarios fuera de los barcos.

Gómez es la primera responsable municipal que se abre a poner en marcha la tasa, si bien matizando que no sería hasta la próxima legislatura, "una vez recuperada la actividad turística tras el covid", cuando el equipo de gobierno municipal se sentaría para modular una propuesta. El Parlamento autonómico tiene pendiente de convalidación la proposición de ley pactada hace varios meses entre el PSPV-PSOE, Compromís y Unidas Podemos para crear una figura impositiva autonómica que no comenzaría a aplicarse hasta el año que viene y que nacería bonificada al 100% para que fueran los ayuntamientos los que de forma voluntaria decidiesen o no su aplicación.

El gravamen, muy habitual en las principales ciudades europeas y en destinos turísticos españoles como Baleares o Barcelona, genera un rechazo frontal del sector hotelero y de los alojamientos turísticos en general. Tal es la presión, que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha señalado en varias ocasiones que, aunque se apruebe por las Cortes, no cree necesaria su puesta en marcha, e incluso se ha visto arropado por alcaldes socialistas, que han manifestado casi de forma unánime que no la aplicarán. La posición es todavía más crítica en el caso de los populares, cuyo líder, Carlos Mazón, ha encabezado campañas contra la nueva ley con lema "Stop a la tasa turística", con el respaldo de la influyente patronal hotelera Hosbec. Esta organización tiene fuerte presencia de los hoteleros de Benidorm y está financiada generosamente con fondos de la Diputación de Alicante, gobernada por el PP, y por el área de Turismo de la Generalitat, que dirige el socialista Francesc Colomer, también contrario a la tasa.

Foto: Varios turistas pasean por Valencia. (EFE/Juan Carlos Cárdenas)

Los destinos turísticos más dependientes de turoperadores y un modelo de precios bajos, como Benidorm, han expresado una oposición frontal al tributo, que creen que lanza un mensaje negativo a sus clientes, además de encarecer la oferta. El importe del impuesto será de entre 0,50 y 2 euros por persona y día, en función de la categoría del establecimiento, y hasta un máximo de una semana. Quedarían exentos los menores de 16 años y usuarios de programas sociales como el Imserso.

La posición de Sandra Gómez enseña un camino intermedio que libera a los establecimientos hoteleros en Valencia, la única ciudad de la Comunidad Valenciana que parece dispuesta a explorar la tasa, pero no es suficiente para Compromís, que ostenta la alcaldía de Valencia a través de la figura de Joan Ribó. Así lo expresó abiertamente Sergi Campillo, de la formación valencianista y también vicealcalde: "Desde Compromís tenemos claro que vamos a cumplir a rajatabla el pacto al que llegamos tanto en les Corts Valencianes como en el Ayuntamiento de Valencia sobre la aplicación de la tasa turística para los visitantes de nuestra ciudad. Hay que recordarlo. Esta tasa sólo la pagan los visitantes. En ningún caso lo hacen los propios vecinos de la ciudad de Valencia. Ni, por supuesto, la industria turística", indicó.

"Nadie va a dejar de venir"

"Esta nueva condición que se ha puesto encima de la mesa de que solo se aplique la tasa turística a apartamentos turísticos y a cruceros, desde luego no estaba en el acuerdo y, por lo tanto, nosotros vamos a cumplir el acuerdo y exigimos también que se cumplan los términos a los que llegamos", añadió el dirigente valencianista. Campillo abundó en el carácter inocuo en términos de demanda y los beneficios económicos para la ciudad, que obtiene otra fuente de recaudación: "Nadie va a dejar de venir a nuestra ciudad por pagar uno, dos o 2,5 euros por noche, como no ha pasado en ninguna ciudad de Europa, donde se aplica esa tasa desde hace muchísimos años, como no ha pasado tampoco en Cataluña y en las Islas Baleares, donde tienen tasa turística desde hace muchos años también, y al contrario, no ha habido una disminución, sino que ha habido un aumento de visitantes y desde luego es una tasa que prestigia nuestro destino, prestigia a nuestra ciudad, porque nos iguala a la inmensa mayoría de sitios europeos que ya la tienen".

En el debate terció también la portavoz del Partido Popular, Maria José Catalá, que ve una posición de "turismofobia" en Compromís y advirtió del efecto "disuasorio" de la ta turística. "Me sorprendió mucho que un día el presidente de la Generalitat saliera diciendo que no era el momento de aplicar la tasa turística y que al día siguiente la vicealcaldesa, del Partido Socialista, salga diciendo que sí, que en la ciudad se va a aplicar", señaló sobre Sandra Gómez.

El PSOE se ha abierto a una aplicación parcial de la tasa turística en la ciudad de Valencia. La vicealcaldesa socialista, Sandra Gómez, lleva dos días defendiendo la posibilidad de que el gravamen, cuya ley de creación está todavía pendiente de aprobación en las Cortes Valencianas, se exija solamente a los visitantes usuarios de cruceros y apartamentos turísticos, dando a entender que su modelo no contempla el tributo para los clientes de los hoteles. Gómez cree que tiene sentido que se exija como mecanismo de compensación a "aquellas actividades que no generan empleo y, en cambio, tienen externalidades negativas para la ciudad", con especial referencia a la contaminación de los cruceros y el escaso gasto turístico que hacen sus usuarios fuera de los barcos.

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