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La enésima reinvención del mármol alicantino: no habrá sector si no se salvan las exportaciones
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La enésima reinvención del mármol alicantino: no habrá sector si no se salvan las exportaciones

Una nueva vuelta de tuerca para la principal región exportadora del país ante los aumentos de los costes logísticos y energéticos

Foto: Una cantera de mármol. (iStock)
Una cantera de mármol. (iStock)

Uno de cada tres millones de euros que exporta España en mármol tiene su origen en la provincia de Alicante. Con el primer trimestre del año finiquitado, el sector busca nuevas líneas de negocio y de mercados para volver a reinventarse. Será la enésima vez que lo tenga que hacer desde el estallido de la burbuja del ladrillo en 2007 y se ha convertido, una vez más, en una prueba contrarreloj por salvar una de las industrias exportadoras de la Comunidad Valenciana.

Foto: Una tubería de gas en el este de europa propiedad de una Joint Venture de Gazprom. Reuteurs/Kacper Pempel

“El sector sin las exportaciones, no existiría, porque tiene muchos frentes abiertos”, sentencia el presidente de la asociación Mármol de Alicante, David Beltrá. El principal problema es que no hay un único obstáculo para salvar, sino que se han encadenado las “malas noticias”. El relato es duro y tortuoso, pero la experiencia ha enseñado a los empresarios marmolistas a vivir en una continua búsqueda de alternativas. “Vamos a tener que reinventarnos”, apunta Beltrá, como una consecuencia lógica de una coyuntura esquiva y repleta de incertidumbres.

En menos de tres años, el mármol alicantino —principalmente producido en la comarca del Vinalopó— está haciendo frente a una pandemia y la consiguiente paralización de mercancías, las complejidades en el ámbito de la logística con aumentos desproporcionados en el transporte marítimo de mercancías, la subida de precios energéticos y crisis diplomáticas como la de Argelia.

Caídas históricas en la exportación

Para tener perspectiva, se pueden observar primero los datos. El impacto de la pandemia supuso o está suponiendo un ataque directo contra las exportaciones. Primero porque las resinas, necesarias para el pulido de la piedra, duplicaron su precio al contener alcohol y segundo por la paralización general que se dio en 2020. Traducido en datos, los últimos informes de la propia asociación, que tiene como fuente el ICEX, registran las cifras exportadoras más bajas desde 2017.

placeholder Láminas de mármol en Alicante. (Cedida/Mármol de Alicante)
Láminas de mármol en Alicante. (Cedida/Mármol de Alicante)

“La alegría de principio de año está desapareciendo”, señala David Beltrá. Las previsiones que manejaba la asociación era un crecimiento del 5%. Hasta abril de este año, la exportación de mármol tanto bruto como elaborado en la Comunidad Valenciana fue de 50,4 millones —45 % de la exportación nacional— de los que 36,8 millones (33%) corresponden a la provincia alicantina. Si se proyecta ese número, las buenas perspectivas vuelan por los aires.

En 2021, la exportación de mármol en la autonomía valenciana fue de 166 millones, el 46,8% del total nacional. Alicante representó el 73,2% de esa cifra, es decir, 121 millones (34,2% del total del país). El dato suponía mejorar ligeramente las cifras del año anterior, donde la Comunidad vendió a mercados internacionales 160 millones, el 48,7% de la exportación nacional. La provincia de Alicante puso en circulación 117 millones, el 35,5% del total y un 72,9% de la comunidad. En 2007, las exportaciones alicantinas fuera de 211 millones, cerca del doble, y la escalera, desde entonces, no ha dejado de bajar.

Logística volátil

Para el presidente de la asociación que representa a medio centenar de empresas, los “reajustes son continuos desde 2008”. De especial preocupación para el sector es el factor logístico, y en concreto, el transporte marítimo. “Nuestras exportaciones son vía contenedores y los costes suben semana a semana. Los costes de los fletes se han disparado y no se pueden repercutir sobre la materia”, comenta el presidente.

Foto: La secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez Bértolo. (EFE/Chema Moya)

En medio de esa locura, estalló el conflicto con Argelia en julio. Algunas empresas se vieron afectadas, pues el país argelino es un socio natural para Alicante merced a su conexión directa con ferry y transporte. En la lista de obstáculos para el mármol, hay que sumar un nuevo factor: el energético. El sector es intensivo en la utilización de electricidad. “Nos hemos librado del tema del gas, pero desde el verano pasado, la factura no ha parado de subir”, indica Beltrá.

Por último, una cuestión de moda. Desde la asociación, señalan que los colores típicos del mármol alicantino —rojizo y ocres— están fuera de la escena de tendencias frente a un blanco de moda, lo que ha supuesto un nuevo hándicap.

Nuevas líneas de negocio

A pesar de todo ello, los empresarios no tiran la toalla y están dispuestos a terminar 2022 con buenos datos. Las vías alternativas cobran un papel más destacado para este último semestre si bien sus resultados son a medio plazo. Desde la asociación se sostiene que “el sector cuenta con notables posibilidades de paliar el retroceso del mercado nacional, puesto que la mayoría de las empresas exportan más de la mitad de su producción”. La ventana exterior será, una vez más, clave.

placeholder Un técnico trabajando el mármol. (Cedida/Mármol de Alicante)
Un técnico trabajando el mármol. (Cedida/Mármol de Alicante)

¿Hacia qué otros puntos miran los empresarios? Pues hacia dos líneas, ambas basadas en la sostenibilidad. La primera es el mayor aprovechamiento de los recursos, alargar la vida del mármol y de sus canteras. El proyecto que simboliza esa idea es la nueva terminal de áridos en el Muelle 17 del Puerto de Alicante que lidera Eiffage. La compañía aún no tiene fecha de arranque, pero la inversión de 17 millones en la instalación es la mejor garantía. La empresa asegura que en su ruta de arranque está mantener contactos en los próximos meses con los marmolistas alicantinos.

Las magnitudes de esta nave cerrada son de 100.000 toneladas de materiales, descargar 1.000 toneladas por hora desde camiones y cargar 2.000 toneladas por hora a los buques. Con todas esas prestaciones, se estima que se dispondrá de una capacidad anual de exportación de dos millones de toneladas.

Foto: La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. (EFE/Emilio Naranjo)

La segunda vía pasa por aumentar la productividad. “Nuestra intención es reutilizar”, expone Beltrá en referencia a varios aspectos: el uso de inertes para generar nuevos materiales que se puedan utilizar en construcción y obra pública y, por otra, dar una segunda vida a las canteras como parques para energía solar. En definitiva, acciones que minoren costes o generen nuevos ingresos. En cualquier caso, la asociación defiende el papel estratégico del mármol como materia prima y echa en falta esa misma visión por parte de las administraciones.

En el lado positivo, tres notas finales. Por un lado, la paz social existente y firmada en diciembre de 2021. Por otro, la especialización comercializadora, que nació fruto de un contexto peor, la crisis del 2007 y a medio plazo, la puesta en marcha de más investigación y formación en favor de una producción más sostenible. Aquí también entra en juego el kilómetro cero y la mayor interrelación con la promoción de obra pública y vivienda.

Uno de cada tres millones de euros que exporta España en mármol tiene su origen en la provincia de Alicante. Con el primer trimestre del año finiquitado, el sector busca nuevas líneas de negocio y de mercados para volver a reinventarse. Será la enésima vez que lo tenga que hacer desde el estallido de la burbuja del ladrillo en 2007 y se ha convertido, una vez más, en una prueba contrarreloj por salvar una de las industrias exportadoras de la Comunidad Valenciana.

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