Es noticia
Masquespacio, el belga y la colombiana que diseñan los restaurantes del futuro desde Valencia
  1. España
  2. Comunidad Valenciana
Valencia, capital mundial del diseño

Masquespacio, el belga y la colombiana que diseñan los restaurantes del futuro desde Valencia

Tras conocerse en un bar, Ana Milena Hernández y Christophe Penasse fundaron el estudio de diseño que invade de color más de 15 países

Foto: Ana Milena Hernández Palacios y Christophe Penasse. (Masquespacio)
Ana Milena Hernández Palacios y Christophe Penasse. (Masquespacio)

Si en aquella noche lluviosa de octubre de 2009, cuando se conocieron en el bar de copas de Valencia en el que trabajaba Ana Milena, les hubieran dicho que sus diseños iban a dar forma a locales en quince países distintos, es probable que alguna copa hubiera saltado por los aires, fruto de la incredulidad. Ana Milena Hernández Palacios y Christophe Penasse son Masquespacio. Son de Colombia y Bélgica, respectivamente. También son muñidores de un método, a todo color, que ha conquistado infinidad de interiores, quién sabe si por una necesidad a flor de piel por quitarnos la pesadumbre sobre el futuro.

Once años más tarde de esa fecha de marras iban a ser nombrados Talento Joven por la edición internacional de 'Elle Decoration' y mejores diseñadores de interior de 2019 por la publicación española de 'The New York Times -T Magazine'. Se dedican a diseñar espacios, pero vistos así, reclinados en una mecedora que se balancea como si estuvieran sobre las nubes, puede creerse que ponen empeño a psicoanalizar lugares para aplicarles soluciones revolucionarias.

placeholder Nozomi Sushi Bar. (Masquespacio)
Nozomi Sushi Bar. (Masquespacio)

La pareja de creativos, entre tanto, resulta simbólica del rol que Valencia juega como polo de creatividad. Capital Mundial del Diseño en este 2022, la ciudad sigue intentando convencerse —como si no terminara de creérselo— de su capacidad para albergar a algunos de los mejores talentos en áreas como diseño gráfico, interior o mobiliario. ‘No es casualidad’, avisaban los promocionales de la Capital Mundial.

Los motivos por los que Masquespacio surgió y permanece en Valencia hacen deducir cuál debe ser la estrategia de posicionamiento del territorio para captar y retener diseñadores: y puede que pase, sobre todo, por ser un buen lugar en el que vivir además de para trabajar. “Después de casi veinte y quince años viviendo aquí —se explican— la ciudad sigue teniendo una gran influencia en nuestros proyectos, pero también en nuestra forma de vivir. Es una fuente de inspiración, con una calidad de vida inigualable, que además cuenta con una gran cantidad de empresas y profesionales que son perfectos para nuestros proyectos. La recomendaremos a cualquier creativo que, como nosotros, no tiene la necesidad de vivir donde trabaja”.

Foto: Mercado de San Antón diseñado por Burr.

Tras constituirse en 2010 —al poco de aquel encuentro casual en una barra del Carmen, mientras ambos intentan abrirse camino profesional en mitad del descalabro— los primeros pasos les conducen a una decisión intuitiva: “Si no buscábamos un acercamiento diferente no íbamos a poder sobrevivir en un mercado con estudios ya establecidos durante décadas. Fue entonces cuando hicimos una tiendecita de ropa para niños Piccino”. La sensación de que Masquespacio alumbraba ‘lo nuevo’ irrumpió con fuerza. Eran capaces de entender una aceleración en curso que también impactaba en cómo nos relacionamos con los lugares. “Nos hizo tener más confianza en los próximos proyectos. Luego vino Nozomi y Kento, donde pudimos proyectarnos en una categoría superior, lo que para nosotros fue un gran paso en nuestro portafolio”.

placeholder Bun Burgers Dell'Orso Milan. (Masquespacio)
Bun Burgers Dell'Orso Milan. (Masquespacio)

En poco tiempo la prensa internacional les bendice y Valencia se convierte para ellos en el origen desde el que desplegarse por Alemania, Francia, Noruega, Dinamarca, Italia, Portugal, Reino Unido, Estados Unidos, Colombia, Arabia Saudí, Qatar, Camboia, Australia o Austria. Entonces, la gran dicotomía: ¿están perdiendo oportunidades por no ubicarse en una gran capital?, ¿es suficiente Valencia? “En varias ocasiones pensamos en irnos, éramos conscientes de que con nuestro portafolio podríamos tener más oportunidades en una ciudad más grande. Pero nuestra decisión de permanecer aquí, donde comenzamos, coincidió con nuestro enfoque. Afortunadamente no nos fuimos y ahora desde nuestra base estamos teniendo la facilidad de trabajar para cualquier parte del mundo, viviendo en una ciudad donde puedes equilibrar un alto ritmo de trabajo con una vida saludable para la mente y el cuerpo. En el punto en que estamos en nuestras vidas, pienso que es una de las cosas que más valoramos de Valencia. Cuando estamos viajando por trabajo a las grandes ciudades como París sentimos inmediatamente ese cambio a la vida frenética que no te deja pausar, mientras estando en Valencia su ritmo de vida casi te obliga a parar en algún momento o por lo menos te hacen consciente de ello. Es uno de los puntos necesarios para nosotros en el momento de recargar la energía creativa con un largo paseo por la playa, en la huerta o en los jardines del río Túria. Adicionalmente, la cerámica valenciana siempre ha tenido un gran impacto en nuestros proyectos. Sólo hay que ver un barrio como el Cabañal para entender la gran inspiración que puede tener Valencia en nuestros proyectos, mientras que por supuesto esa luz mediterránea es otro de los factores determinantes en nuestro trabajo”.

En sus primeros doce años se han topado con una transformación estilística que en ocasiones parece acortar la distancia entre espacios físicos y recintos digitales. Uno de sus últimos trabajos, las hamburgueserías Bun Burgers, en Milán, parece saltar de la pantalla. Por el contrario, proyectos como el de Nozomi o La Sastrería, en Valencia, arrastran la inspiración desde el propio origen que da forma a los restaurantes. Ese doble juego entre dimensiones termina colándose en su discurso: “El 3D virtual está siendo un auténtico auge y tiene mucho más recorrido todavía una vez que la tecnología esté a punto para ello. Por otra parte, en el mundo real vemos una evolución hacia espacios y diseños más sostenibles. Los estudios además tendrán que evolucionar a modelos más híbridos, donde ya no es suficiente con dedicarse a una rama en concreto”.

placeholder La Sastrería. (Masquespacio)
La Sastrería. (Masquespacio)

Aunque entre su cartera de clientes hay espacios de trabajo, hoteles o clínicas, es en los restaurantes donde han especializado su estilo. Una vez han adquirido la condición de sensores del tiempo que está por venir, Ana Milena y Christophe Penasse imaginan cómo serán esos lugares del futuro en los que comeremos: “Hay varios grandes cambios que vemos ocurrir a la vez. El primero es que el restaurante tradicional enfocado en una misma comida, se está limitando cada vez más a los restaurantes de autor, mientras que los demás están teniendo la necesidad de crear experiencias muy versátiles en el que los interiores se deben de adaptar a diferentes momentos del día porque el restaurante de nueva generación puede empezar con un brunch por la mañana y terminar con un cocktail por la noche. Por lo que la visión del diseñador debe de ser mucho más amplia, no limitarse a un determinado estilo. Por otra parte cada vez es más difícil atraer el consumidor, por lo que la experiencia se debe de cuidar en todos los detalles desde la música, pero también el espectáculo en directo, que puede ir desde una preparación de la comida en la mesa hasta un concierto en directo. Hay una evolución también a tematizar los espacios, mientras que otra tendencia está en la búsqueda de conectar con una vida saludable que se traduce en espacios con estéticas y materiales que conectan y respetan más la naturaleza”.

Al fin y al cabo, Ana Milena y Christophe se conocieron en un bar.

Si en aquella noche lluviosa de octubre de 2009, cuando se conocieron en el bar de copas de Valencia en el que trabajaba Ana Milena, les hubieran dicho que sus diseños iban a dar forma a locales en quince países distintos, es probable que alguna copa hubiera saltado por los aires, fruto de la incredulidad. Ana Milena Hernández Palacios y Christophe Penasse son Masquespacio. Son de Colombia y Bélgica, respectivamente. También son muñidores de un método, a todo color, que ha conquistado infinidad de interiores, quién sabe si por una necesidad a flor de piel por quitarnos la pesadumbre sobre el futuro.

Diseño Valencia Noticias de Comunidad Valenciana