El PP maniobra al límite para frenar la moción de Orihuela con Ciudadanos de perfil

Hay que remontarse al año 2011, en plena sucesión de escándalos de corrupción vinculados al Ayuntamiento de Orihuela, contrata de basuras mediante, para encontrar un paréntesis en 35 años de hegemonía popular en la capital de la comarca de la Vejga Baja, histórico feudo conservador de la provincia de Alicante. En aquella ocasión, un acuerdo a tres bandas entre los socialistas, un partido independiente llamado Centro Liberal Renovador (CLR) y los Verdes aupó a la alcaldía al candidato ecologista Monserrate Guillén, el menos votado. El experimento duró una legislatura. En 2015, mientras la Comunidad Valenciana vivía un giro a la izquierda en forma de tsunami de cambio, el Partido Popular recuperó la vara de mando para su cabeza de lista, Emilio Bascuñana, el mismo que este lunes podría ser desbancado del poder si prospera la moción de censura firmada por el PSPV-PSOE (seis concejales), los herederos del CLR, ahora en Ciudadanos (cinco), y Cambiemos (tres), la franquicia de Unidas Podemos en Orihuela. La socialista Carolina Gracia es la candidata a la alcaldía.

El Partido Popular (nueveediles), comandado a nivel regional y provincial por Carlos Mazón, está tratando de maniobrar a última hora para evitar un golpe de timón en la política local que los socialistas creen tener atado. La semana pasada, durante una reunión interna de grupo, uno de los ediles socialistas recibió una llamada de un concejal del PP para pedirle que reconsiderase su voto. Al tiempo, el todavía alcalde ofrecía a través de una entrevista en 'esdiario' un acuerdo a socialistas y Cambiemos para aislar a los "parásitos" de CLR, tal es el nivel de inquina entre los que hasta hace menos de un mes eran socios de gobierno.

Los naranjas insisten en que el alcalde Bascuñana, investigado judicialmente, ha incumplido el pacto

"De nada les servirán las llamadas y el ofrecimiento de beneficios políticos a concejales del PSOE con el fin de que voten contra la moción de censura. Están pinchando en hueso", señalaban desde el PSPV oriolano. "Hay partidos que llevan en su ADN la compra de voluntades a cambio de beneficios futuros personales que nada tienen que ver con los intereses y el futuro de la ciudad. Sabíamos que lo harían, pero también sabíamos cuál iba a ser nuestra respuesta", insistían.

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Víctor Romero. Valencia

Mazón, que se apoya en Ciudadanos para dirigir la Diputación de Alicante, está interpelando directamente a la líder naranja, Inés Arrimadas, para que desautorice a sus ediles, que siguen adelante con la iniciativa. Ciudadanos ha abierto un expediente informativo a sus concejales por presentar la censura sin autorización, pero al mismo tiempo está lanzando el mensaje de que Bascuñana, investigado judicialmente por haber estado desde 2007 hasta 2014 cobrando de la Conselleria de Sanidad sin ir a trabajar (200.000 euros), ha incumplido sistemáticamente los acuerdos de coalición, el primero de ellos apartarse a un lado en caso de ser imputado por corrupción.

La duda este mismo domingo era si el comité de régimen disciplinario de Ciudadanos iba a adoptar una decisión sobre sus ediles antes de la votación de este lunes 25 de abril. Una parte del partido, la que da apoyo provincial a Mazón, reclama la suspensión de militancia. Los populares llevan días refiriéndose a los ediles oriolanos como tránsfugas, pero técnicamente no es así. Siguen formando parte de las filas naranjas, aunque la dirección nacional no haya avalado la moción. La cúpula de Arrimadas ha optado por ponerse de perfil y defender su sistema interno de garantías. "Somos un partido democrático y liberal", señalaba la coordinadora autonómica, María Muñoz, apelando al respeto a los procedimientos internos.

A la espera de la resolución naranja, que no tiene por qué modificar el sentido de voto de la moción de sus concejales oriolanos, los socialistas creen rozar la alcaldía de esta población alicantina de casi 80.000 habitantes, muy simbólica en el imaginario de la política regional. A 12 meses de las elecciones, los populares creen que el giro de timón los desaloja del poder municipal, pero recibirá el castigo de las urnas el año que viene. El problema para los populares es que Vox (dos concejales) está creciendo mucho en la comarca y está por ver si será capaz de reeditar la mayoría suficiente sin respaldo de los ediles liberales y en qué medida dependerá de los regidores de extrema derecha, hasta ahora irrelevantes en la configuración de mayoría. La primera incógnita, el resultado de la moción de censura, se desvelará este lunes a partir de las 12:00, cuando está convocado el plenario municipal.