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Cuidadoras y trabajadoras del hogar: "Somos las olvidadas de la reforma laboral"
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DERECHOS LABORALES

Cuidadoras y trabajadoras del hogar: "Somos las olvidadas de la reforma laboral"

Las empleadas domésticas y de cuidados familiares creen que se ha desaprovechado el cambio normativo para acelerar su pase al régimen de la Seguridad Social y equipararlas en derechos laborales

Foto: Dolores Jacinto y Marcela Bahamon, de la Asociación de Profesionales del Hogar y los Cuidados. (V. R.)
Dolores Jacinto y Marcela Bahamon, de la Asociación de Profesionales del Hogar y los Cuidados. (V. R.)

Se llama Enmienda 6777 y está grabada a fuego en el colectivo de las y los trabajadores del hogar y los cuidados familiares. Fue introducida en los presupuestos generales del Estado de 2018, los últimos impulsados por el Partido Popular antes de la moción de censura del ahora presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, al conservador Mariano Rajoy. En resumen, el texto retrasaba hasta el año 2024 la incorporación al Régimen General de la Seguridad Social de un colectivo, mayoritariamente compuesto por mujeres (más del 85%), que ahora cotiza en su propio régimen. La consecuencia de esta singularidad es que una empleada doméstica no tiene ahora derecho a prestación por desempleo en caso de ser despedida.

La enmienda ha seguido vigente en los PGE de 2022. Y ni este ni otros aspectos del régimen laboral del colectivo que merman derechos en relación con el resto de trabajadores asalariados han sido modificados en la reciente reforma laboral aprobada por el Gobierno y ratificada por el Congreso de los Diputados. "Se nos sigue dejando atrás como colectivo", señalan Marcela Bahamón y Dolores Jacinto, portavoces de la Asociación Intercultural de Profesionales del Hogar y Cuidados. A su juicio, el cambio normativo impulsado por la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha sido una oportunidad perdida para equiparar su situación.

Foto: Imagen de archivo de una manifestación de 'kellys' en Málaga. (Reuters/Jon Nazca)

Cerca de 400.000 personas figuran dadas de alta en el régimen de trabajadores del hogar en España. Esas son las cifras oficiales, porque la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimaba la cifra real en más de 600.000. No son solamente personas dedicadas a tareas de limpieza de domicilio. Hay miles de cuidadoras haciendo tareas en familias vinculadas a los cuidados de personas mayores o en situación de dependencia que también se agrupan en este colectivo.

"La pandemia ha empeorado nuestra situación; mucha gente que trabajaba externa ha perdido el empleo y hay un 30% sin documentación en regla o trabajando sin contrato", dice Jacinto. La situación administrativa irregular en que se encuentran muchas de las que trabajan sin contrato dificulta la defensa de sus derechos y las sitúa todavía más en situación de inferioridad, abundan desde la asociación. Se trata de un colectivo invisible además para la Inspección de Trabajo, porque, denuncia Jacinto, "la inspección es imposible desde el momento en que va contra la ley entrar en el domicilio".

Foto: La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (c), junto al secretario general de UGT, Pepe Álvarez (d), y el de CCOO, Unai Sordo (i). (EFE/Ministerio de Trabajo)

La reforma laboral ha introducido cambios que mejoran las condiciones de trabajo, como por ejemplo la obligatoriedad de convertir contratos temporales en fijos a los seis meses o eliminar los contratos de obra y servicio. Sin embargo, no ha eliminado figuras específicas como el derecho del empleador a despedir por "desistimiento", es decir, por pérdida de confianza. En tanto que empleadas que trabajan dentro de los domicilios y para las familias, el régimen de despido es distinto al general. No necesita ser justificado ni conlleva indemnizaciones distintas en función de la motivación de la ruptura de la relación laboral. Se mantiene en 12 días naturales por año de servicio, con el límite de seis mensualidades, independientemente de si se trata de un contrato temporal o uno indefinido.

"Sigue existiendo la figura del desistimiento sin derecho a prestación. Por eso decimos que no nos afecta para nada la reforma", insiste Bahamón. "Se nos invisibiliza y no nos consideran un sector laboral. Y además muchas somos mujeres doblemente discriminadas; por género, por origen y clase social", advierte, poniendo el foco en el hecho de que muchas cuidadoras y limpiadoras son de origen inmigrante.

Desde que accedió al Ministerio de Trabajo, Yolanda Díaz ha dado algunos pasos para atender la reivindicación del colectivo. Puso en marcha un subsidio especial y extraordinario para aquellas trabajadoras que perdieran su empleo como consecuencia del riesgo de contagio por la pandemia, aunque la media fue de poco más de 120 euros al mes, por las bajas bases de cotización del colectivo. También ha puesto en marcha una campaña de envío de misivas a empleadores advirtiendo de la obligación de la actualización de salarios a, al menos, el salario mínimo interprofesional (SMI).

Foto: Las trabajadoras de hogar están en un régimen especial sin derecho a paro en España. (EFE)

Sin embargo, la asociación, que reprocha a las centrales sindicales UGT y Comisiones Obreras falta de compromiso con sus reivindicaciones en la negociación tripartita con el Gobierno y la patronal, cree que quedan todavía muchas cuestiones en el tintero hasta sentirse reconocidas como colectivo laboral. "Nunca nos han llamado. No nos sentimos representadas", reprochan a los sindicatos. Ponen otro ejemplo: que España no haya convalidado todavía el convenio 189 de la OIT que equipara su situación a la del resto de trabajadores. "Llevan 10 años prometiendo, pero no han ratificado el convenio de la OIT. El PP ha hecho dos reformas que lo que hicieron fue retrocedernos derechos. Y ahora el PSOE no hace nada", señalan, aunque Díaz está en el Gobierno por Unidas Podemos. "Nos sentimos invisibilizadas, ninguneadas y menospreciadas. Este sector lo ven como algo que no aporta. No se reconoce que sin los cuidados no se mueve el mundo", concluye Marcela, que, junto a Dolores Jacinto, lanzaba esta semana su denuncia a través de la televisión valenciana À Punt.

Se llama Enmienda 6777 y está grabada a fuego en el colectivo de las y los trabajadores del hogar y los cuidados familiares. Fue introducida en los presupuestos generales del Estado de 2018, los últimos impulsados por el Partido Popular antes de la moción de censura del ahora presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, al conservador Mariano Rajoy. En resumen, el texto retrasaba hasta el año 2024 la incorporación al Régimen General de la Seguridad Social de un colectivo, mayoritariamente compuesto por mujeres (más del 85%), que ahora cotiza en su propio régimen. La consecuencia de esta singularidad es que una empleada doméstica no tiene ahora derecho a prestación por desempleo en caso de ser despedida.

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