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"El PSOE debería preocuparse con Yolanda Díaz porque representa una esperanza"
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ENTREVISTA A HÉCTOR ILLUECA

"El PSOE debería preocuparse con Yolanda Díaz porque representa una esperanza"

El máximo representante de Unidas Podemos en el Consell del Botànic que preside el socialista Ximo Puig reclama a Compromís que participe en la construcción del proyecto de Díaz

Foto: Héctor Illueca, vicepresidente segundo de la Generalitat, de Unidad Podemos.
Héctor Illueca, vicepresidente segundo de la Generalitat, de Unidad Podemos.

Héctor Illueca (Valencia, 1975) fue nombrado vicepresidente segundo de la Generalitat valenciana el pasado mes de septiembre tras la renuncia de Rubén Martínez Dalmau, descontento con la línea política marcada por la dirección de Unidas Podemos para el Consell del Botànic. Desde su llegada ha optado por un perfil moderado y favorable a los consensos en el seno de la coalición de Gobierno que preside el socialista Ximo Puig y que tiene en la vicepresidenta Mónica Oltra a la referencia del tercer socio, Compromís. Discípulo del fallecido Julio Anguita, amigo de Pablo Iglesias y director general en el equipo de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, hasta su regreso a Valencia, este inspector de trabajo por oposición es un ferviente defensor del proyecto que está armando la vicepresidenta segunda del Gobierno y de su carácter trasversal, más allá de las siglas moradas.

Atiende al El Confidencial en su despacho del Palau de Pineda, sede de su vicepresidencia y de la Conselleria de Vivienda, el área sobre la que tiene competencias en el seno del Ejecutivo valenciano.

Foto: Héctor Illueca, en un acto electoral en 2019. (EFE)

PREGUNTA. ¿Cómo ha sido su aterrizaje en el Botànic? ¿Qué se ha encontrado en el Gobierno valenciano?

RESPUESTA. Mi sensación es la de haber llegado a un Gobierno de verdad. En dos meses he tenido la oportunidad de discutir de propuestas, de ideas, de cuestiones trascendentes como pueden ser los presupuestos. Conscientes plenamente de la pluralidad y las diferencias que existen, programáticas y también de cultura política. Pero al mismo tiempo constatando una voluntad clara de llegar a acuerdos y construir una síntesis política. Esta es mi sensación. Hemos venido con ideas y propuestas y aspiramos a defenderlas con nuestros socios, conscientes del peso relativo de cada cual y con plena voluntad de fortalecer el proyecto del Botànic. Moderadamente satisfecho.

P. Pero hay crisis periódicas. ¿Cree que goza de buena salud o se podría hablar de un matrimonio a tres de conveniencia?

R. Estamos en una etapa nueva que tiene que ver con gobiernos de coalición. Yo vengo de uno, que es el Gobierno de España, donde también era habitual discutir las diferencias y las propuestas y llegar a acuerdos. Esa cultura de coalición se va implantando. ¿Es diferente a la cultura de un Ejecutivo monocolor? Sin duda, lo es. Pero es lo que eligieron los ciudadanos y mi impresión con los resultados en la mano es que eligieron bien. El Gobierno goza de buena salud y hay Botànic para rato.

"Yolanda [Díaz] representa una esperanza emergente y nadie sabe cuál es el límite"

P. Han tenido una negociación intensa para elaborar unos presupuestos que, al final, se ha saldado con un pacto para incrementar el gasto en 1.000 millones con unos ingresos que no están garantizados. Es posible que se encuentren con que no tienen los recursos suficientes para políticas y proyectos, más allá de que se hayan pintado en las cuentas para sacar adelante un pacto político.

R. Teníamos una prioridad fundamental en el enfoque de la negociación, y era que estos tenían que ser los presupuestos de una recuperación inclusiva. Que lo que pasó en 2008 en nuestra tierra y en los años que siguieron no podía volver a repetirse nunca, y es que la salida de la crisis profundizara las desigualdades sociales y postergara a sectores sociales que se fueron quedando al margen prácticamente hasta nuestros días. Eso exigía un parámetro fundamental: no podía haber recortes. No podía haber otra alternativa que no pasara por blindar los servicios públicos, las políticas sociales y de vivienda y la educación. Eso dio pie a una discusión y hubo que hacer esfuerzos a la hora de poder tener unas cuentas públicas a la altura de lo que el momento exige. Las partidas a las que se refiere reflejan tres cosas. La primera la voluntad de avanzar en esa línea, la de que no va a haber recortes.

La segunda, que todo el mundo entiende, es que buena parte de esas cantidades tienen que ver con una situación de pandemia que no ha terminado. Creo que hoy se entiende mucho mejor la voluntad del Gobierno valenciano de mantener esos fondos en los presupuestos para afrontar una situación que es incierta de una pandemia que todavía nos golpea. Y, en tercer lugar, algo que obedece a una situación objetiva que reconoce todo el mundo: todas las comunidades autónomas y el Gobierno reconocen que la Comunidad Valenciana adolece de un problema de infrafinanciación de un sistema insolidario e injusto que perjudica a nuestra tierra. Eso me hace pensar que no va a haber ningún problema. Estoy convencido de que los prepuestos van a desarrollarse en toda su amplitud y van a ser bien recibidos.

Foto: El vicepresidente segundo de la Generalitat, Héctor Illueca (Unidas Podemos).

P. Ha hablado de la vivienda, su principal competencia dentro del Botànic. Uno de sus proyectos era tratar de poner en el mercado vivienda de alquiler social. Se convocó un concurso que quedó desierto.

R. Lo que hemos hecho es replantear el concurso a partir de un diálogo con el sector, al que siempre hay que escuchar. Lo declaramos desierto y lo replanteamos por completo en diálogo con el sector para tener en cuenta sus inquietudes, necesidades y expectativas. Creo que los responsables públicos tenemos que hacer un esfuerzo por casar dos cosas, las expectativas de los administrados y sus intereses y los objetivos políticos. Creo que eso ahora lo hemos hecho. En el sector existe la misma sensación de que va a ser positivo porque hemos incorporado al proceso los fondos europeos.

placeholder Héctor Illueca, frente a la sede de la Vicepresidencia Segunda de la Generalitat.
Héctor Illueca, frente a la sede de la Vicepresidencia Segunda de la Generalitat.

P. La Generalitat valenciana fue una de las administraciones que planteó la posibilidad de establecer zonas tensionadas en precios de alquiler para poder desplegar políticas de incentivos o limitaciones. Pero se topó con un muro competencial y parece que no será hasta que se desarrolle la nueva legislación nacional de vivienda que podrán ponerse en marcha. Hay ayuntamientos que también están esperando. ¿Qué planificación tiene sobre cuándo podrán implementarse las medidas?

R. Estamos satisfechos del planteamiento que se está haciendo a la hora de elaborar la ley estatal. Nos coge con los deberes hechos. Tenemos una herramienta, el informe de Áreas de Necesidad de Vivienda (ANHA), elaborado por el Observatorio del Hábitat y la Segregación Urbana, que detectó hasta 83 zonas con alta necesidad de vivienda y alquiler tensionado en la Comunidad Valenciana. Nosotros estamos preparados, en cuanto tengamos las herramientas legales, los poderes públicos intervendrán. Hay momentos en los que se ha de buscar un cierto equilibrio entre el derecho a la propiedad, legítimo y reconocido en el artículo 33 de la Constitución, pero sometido siempre a una función social, y el artículo 47, que reconoce el derecho a una vivienda. Hay situaciones en las que no se cumple esa función social y es en ese momento cuando se tiene que producir una intervención calculada, limitada, pero al mismo tiempo eficaz, para restablecer un equilibrio entre dos expectativas o derechos que son perfectamente legítimos.

P. Pero eso va a depender también de los ayuntamientos. Son los que tienen que aplicar medidas como los incrementos del IBI.

R. Vamos a ver cómo se concreta, ahora mismo está en tramitación la posibilidad de limitar los precios del alquiler. La idea fundamental es que la ley estatal prevé posibilitar esa limitación en zonas tensionadas y nosotros ya estamos preparados para en el momento que entre en vigor intervenir en ese sentido.

Foto: Héctor Illueca, en un acto electoral en 2019. (EFE)

P. Hay otra medida que ha suscitado cierta polémica, que es el derecho de la Generalitat de tanteo y retracto en determinadas operaciones inmobiliarias. ¿Ha sido un instrumento útil?

R. Es una herramienta muy potente para ampliar el parque público de vivienda. Desde que se creó en la 'conselleria' el parque público se ha incrementado ya en más de 600 viviendas, de las cuales más de 400 son por tanteo y retracto. Esto nos está permitiendo dos cosas, ampliar significativamente el parque público con adquisiciones que son notables, de edificios y viviendas en zonas donde hay necesidad para ponerlas a disposición de familias vulnerables, pero, además, hacerlo a un precio inferior en el mercado. Casa perfectamente la utilidad social y la eficiencia económica. Es una herramienta que va a más.

P. Ha habido críticas de intervencionismo, en el sentido de que podía afectar a operaciones de particulares y de pequeñas empresas y que algún comprador puede haberse sentido invadido por la Generalitat.

R. Los supuestos de tanteo y retracto están legalmente tasados en donde se prevé la posibilidad de que la Administración ejerza ese derecho porque esa transmisión tiene unas peculiaridades, por ejemplo, cuando se transmite la totalidad de un edificio o más de un determinado número de viviendas. Son transacciones susceptibles de que haya un interés social y eso legitima la posibilidad de que intervenga la Administración. Yo creo que en esos casos está justificado.

placeholder Yolanda Díaz, con Héctor Illueca, en una visita a Valencia. (EFE)
Yolanda Díaz, con Héctor Illueca, en una visita a Valencia. (EFE)

P. Usted ha formado parte del equipo de la vicepresidenta Yolanda Díaz. ¿Ha notado mucha diferencia en la relación entre el Gobierno de coalición de Unidas Podemos con el PSOE y el del Botànic?

R. La naturaleza de la relación es exactamente la misma, la de fuerzas distintas que comparten un Gobierno de coalición y que tiene diferencias y tensiones. Pero por encima de todo está el objetivo común de construir una síntesis que permita desplegar políticas al servicio de la ciudadanía. En sustancia es lo mismo. Evidentemente, hay diferencias porque se trata de personas distintas y de ámbitos distintos. En el ámbito del Gobierno de España, mi sensación es que hay dificultades y tensiones propias también de cualquier Ejecutivo de coalición. Pero, francamente, creo que la voluntad de cumplir el acuerdo de Gobierno existe, la conciencia de que es la única alternativa posible para poder gobernar el país y tener una dirección política del Estado estable y con capacidad de forjar un progreso para el conjunto de la población. En ese sentido, estoy convencido de que tendrá continuidad y estabilidad.

"El Gobierno que hay hoy lo votaron los ciudadanos en 2015; hubo un secuestro de la voluntad popular"

P. Pero sí se ha percibido un cambio, sobre todo a raíz del relevo en el liderazgo de Unidas Podemos con la salida de Pablo Iglesias. Yolanda Díaz tiene otro estilo completamente distinto, quizá más enfocada a buscar los consensos, frente al de Iglesias con un sello más de confrontación de proyectos o discursos. ¿Piensa que esto ha penalizado a Iglesias desde el punto de vista del desgaste político?

R. Esta pregunta hay que enfocarla a partir de un hecho que me parece decisivo. Y es que el Gobierno que existe hoy en España lo votaron los ciudadanos en 2015, y lo que se produjo fue un secuestro de la voluntad popular que duró cuatro años. Durante esos cuatro años, lo que vivimos fue una operación de desgaste político y personal, prácticamente insoportable, contra quien decía que los números daban, que a lo mejor lo que debería haber dicho es que los números mandan. El Gobierno que existe hoy en España es el que votó la gente en 2015, el que votó la gente en 2016, en abril de 2019 y el que votó la gente el 10 de noviembre de 2019. Cuando ya no hubo más remedio, se pudo constituir el Gobierno. En el camino, lo que se produjeron fueron decenas de procesos judiciales, todos los cuales sin excepción fueron archivados. Al principio, cuando se producían las imputaciones con mucha resonancia mediática, y después con un silencio atronador…

P. …Queda alguna causa abierta, como la de la Audiencia Nacional que ha reactivado las afirmaciones del Pollo Carvajal.

R: Que sea lo que tenga que ser. Pero eso son los precedentes, son los hechos. Por el camino fue que grupos de extrema derecha se concentraron permanentemente durante meses en la puerta del domicilio particular del vicepresidente del Gobierno. No sé si fue tanto un problema de desgaste del anterior vicepresidente como de una evolución política que tiene que ver con el secuestro de la voluntad popular durante cuatro años. Como si la gente se hubiera empeñado en votar mal y se hiciese todo lo posible por impedirlo. Pero esto no es que lo diga yo, lo reconoció Pedro Sánchez en un programa de máxima audiencia con Jordi Évole. Dicho lo cual, ¿son estilos distintos? Por supuesto.

P. Pero esto no lo vemos ahora, y es la misma opción política, Unidas Podemos.

R. Claro. Todo el mundo lo ha entendido después de cuatro años de repetir elecciones, algo que no ha pasado nunca en ningún país democrático del mundo. Aquí las repetimos dos veces, fuimos cuatro veces a votar en cuatro años. Todo el mundo ha entendido que no hay alternativa y que, si se quiere gobernar España desde la estabilidad y con una dirección política de Estado consistente y sólida, no hay alternativa. Ahora la situación es distinta, como en la Comunidad Valenciana, donde estamos en un Gobierno aportando cosas que son positivas.

Es verdad que Yolanda tiene otro estilo, pero es normal, son personas distintas. La capacidad de Yolanda para llegar a acuerdos y para hacer avanzar situaciones desde posiciones distintas no es que lo diga yo, es que la avalan a ella y a su equipo dos años de trabajo en el Ministerio de Trabajo donde los acuerdos, nade menos que entre patronal y sindicatos, se cuentan por una decena. Yolanda tiene una avalada capacidad de síntesis y avalada capacidad de unidad y eso hace estar muy esperanzados con la nueva etapa y con el proyecto que están tratando de poner en pie. Pero no olvidemos lo otro si queremos ser ecuánimes. Pablo Iglesias fue una figura decisiva para el cambio político en el país. Para mí, la figura más importante desde la Transición. De 2015 a 2019 lo que hubo fue una operación de desgaste donde, entre otras cosas, hubo cloacas que incluían a medios de comunicación, a policías y a políticos. Eso merece una cierta ecuanimidad en la aproximación que se haga en perspectiva histórica sobre este periodo, porque Pablo ya no está.

"Yo he tenido a lo largo de mi vida política dos maestros. Uno ha sido Julio Anguita y el otro ha sido Pablo Iglesias"

P. ¿Seguro que no está?

R. No está en el Gobierno, me refiero.

P. Pero estar, está. ¿Qué papel tiene que jugar? ¿De jarrón chino?

R. Yo he tenido a lo largo de mi vida política dos maestros. Uno ha sido Julio Anguita y el otro ha sido Pablo Iglesias. Él ahora está haciendo lo que le gusta, dedicado a la investigación y a participar en los medios de comunicación. Sinceramente espero y deseo que nos ayude a construir una gran fuerza política, una izquierda transversal, con capacidad de gobierno y de representar los intereses de la mayoría de la población. Espero que nos ayude.

P. La salida de Iglesias coincidía, además, con un desgaste de la propia marca de Podemos, al menos es lo que reflejaban las encuestas. Yolanda Díaz ha expresado su voluntad de ir más allá de las siglas de Podemos, quizá por ese desgaste. ¿Qué papel tiene que jugar Podemos en el proyecto de Díaz?

R. Lo fundamental ahora no es tanto los partidos, sino el proceso que se va a iniciar. La cuestión es qué tenemos que hacer para que la izquierda tenga futuro, aunque, bueno, yo eso de la izquierda…

P. ¿Qué quiere decir con eso de “yo eso de la izquierda”?

R. Que a mí las etiquetas nunca me han gustado en política. Pero no de ahora, de siempre. Y en eso la cultura de Julia Anguita fue siempre determinante. Entre las etiquetas y las siglas a mí lo que me han interesado siempre son las ideas. En política se está por ideas, por principios morales y por construir colectivamente un programa que responda a las necesidades de la población.

placeholder El vicepresidente de la Generalitat, Héctor Illueca.
El vicepresidente de la Generalitat, Héctor Illueca.

P. ¿Pero no llamaría a ese proyecto un proyecto de izquierdas?

R. No digo que no lo llamaría, sino que no me importa cómo se llame ese proyecto. A mí lo que me interesa son los contenidos. Y para que la izquierda tenga futuro lo fundamental es que sea capaz de conectar con las inquietudes y las necesidades materiales de la gente, que esté a la altura de las necesidades del mundo del trabajo y de las expectativas de las personas en cuestiones como las pensiones, como la reforma laboral o las políticas de vivienda o el precio de la luz. ¿Qué sociedad está emergiendo de la pandemia? No lo sabemos muy bien, pero hay algo que es fundamental, que se ha convertido en un nuevo consenso social: necesitamos un Estado fuerte que proteja a la población en situaciones como la que estamos atravesando. Y para eso hace falta una sanidad pública mucho más fuerte que la que tenemos; una política fiscal distinta que integre en la base tributaria del país a sectores privilegiados que históricamente estuvieron excluidos. Yolanda Díaz tiene la capacidad de hacerlo y ese proceso es ilusionante.

P. Da la sensación en el discurso clásico de la izquierda de que se habla del papel del Estado como redistribuidor y de la política fiscal de las grandes fortunas, pero hay un déficit de propuestas de generación de actividad económica, que es lo que también produce ingresos tributarios para poder ofrecer los servicios públicos. ¿Qué papel juega la generación de actividad económica en el proyecto de Yolanda Díaz?

R. No creo que exista ese déficit si partimos de una base, y es que, para que haya actividad económica, es fundamental que exista el consumo. Desde los años 30 y desde que John Maynard Keynes escribiera aquella ‘Teoría general del dinero’ sabemos que lo fundamental para que la actividad económica funcione es que el consumo estire de la activad. O, dicho de otra forma: si le preguntas a cualquier empresario qué prefiere, si despedir gratis y no pagar impuestos o que no le falten clientes, si es un empresario de verdad, no dudará ni un segundo en que lo que quiere es que no le falten clientes. Pero para que no le falten clientes han de darse las otras dos premisas: que existan unas condiciones laborales buenas y que exista un sistema impositivo bueno que permita sustentar la seguridad social. En definitiva, lo importante es que la sociedad sea vista como un conjunto porque lo contrario nos aboca a la crisis. La manera en la que se salió de la crisis de 2008 condenó a España, pero también a otros países del sur de Europa, a una situación muy complicada de la que todavía no se ha levantado.

"Necesitamos un Estado fuerte que proteja a la población en situaciones como la que estamos atravesando con la pandemia"

P. Ahora mismo está en marcha el diálogo de la reforma laboral. Se perciben posiciones muy distantes entre las partes en asuntos como la temporalidad o la negociación colectiva. ¿Está abocada la reforma a una solución descafeinada y alejada de los objetivos máximos que buscaba Díaz? Bruselas también influye en marcar los límites de la negociación.

R. Dos cosas. Creo que esa síntesis se hizo en el acuerdo de coalición de Gobierno. Tengo la certeza de que todos estamos conformes. Eso me hace pensar que puede haber matices, pero que en lo fundamental va a haber un acuerdo. Hay varios temas que son casi de sentido común. El primero es acabar con los índices de temporalidad que tenemos, con mercado de trabajo que está excluyendo a sectores, condenándolos a las condiciones de trabajadores pobres. Y, en segundo lugar, algo que es fundamental, restablecer los mecanismos de negociación colectiva, que empresarios y trabajadores puedan negociar las condiciones de trabajo. Esto es algo que lamina por completo la reforma laboral de 2012 con el objetivo nada disimulado de provocar una devaluación salarial, cosa que se consiguió. Con ese marco de relaciones laborales, en un contexto como el actual, podría volver lo mismo y colocar en una situación muy complicada a una parte sustancial de la población trabajadora. El resultado del proceso de una negociación que se viene produciendo desde hace meses va a contemplar estas variables. Estoy seguro. No tengo ninguna duda.

P. ¿Cómo cree que debería ser la relación entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz? ¿El PSOE tiene que tener miedo de Yolanda Díaz?

R. Creo que tiene que tener preocupación y creo que están preocupados. Además no lo ocultan y lo dicen. Tiene que estar preocupado porque Yolanda Díaz representa una esperanza para muchísimas personas. Y no hablo solo de las encuestas. Hablo de las intenciones de voto, de su capacidad de conectar con nuestra base social y con el movimiento que un día fue muy importante en el país en 2011 y los años que siguieron y que ella está consiguiendo aglutinar detrás de su figura política. Eso genera esperanza y, en algunos sectores, preocupación. Tienen motivos. Yolanda representa una esperanza emergente que va a más y nadie sabe cuál es el límite.

"Me gustaría que Compromís estuviera en el proceso de construcción de una nueva alternativa de país"

P. Díaz tiene mucho interés en sumar a otras formaciones como Compromís o Más País. Hubo una experiencia en 2015, con A la Valenciana, y el intento posterior de Compromís de conformar un grupo propio en el Congreso. De ahí viene una fractura que no se ha resuelto. No se ha hecho ni siquiera la terapia. Es como una pareja que se intenta reconciliar. ¿No se tendría que hablar de lo que salió mal antes de reiniciar una relación? No parece que esto se esté haciendo.

R. Respeto la posición de cada uno. Lo que digo es que en el proceso de construcción de una alternativa de país a mí me gustaría que Compromís estuviera. No hablo de elecciones. Hablo de definición de una alternativa de país hecha de valores éticos, de principios, de programa y de medidas. Me encantaría que participáramos todos en ese proceso. Luego en las elecciones ya veremos lo que pasa.

P. ¿Y qué pasos están dando para eso?

R. Creo que ahora va a empezar ese proceso. Yolanda va a iniciar la definición del proyecto y yo tengo mucha esperanza. Estoy convencido de su capacidad para tejer complicidades y construir una alternativa transversal, con vocación de Gobierno y al servicio de las clases populares.

Héctor Illueca (Valencia, 1975) fue nombrado vicepresidente segundo de la Generalitat valenciana el pasado mes de septiembre tras la renuncia de Rubén Martínez Dalmau, descontento con la línea política marcada por la dirección de Unidas Podemos para el Consell del Botànic. Desde su llegada ha optado por un perfil moderado y favorable a los consensos en el seno de la coalición de Gobierno que preside el socialista Ximo Puig y que tiene en la vicepresidenta Mónica Oltra a la referencia del tercer socio, Compromís. Discípulo del fallecido Julio Anguita, amigo de Pablo Iglesias y director general en el equipo de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, hasta su regreso a Valencia, este inspector de trabajo por oposición es un ferviente defensor del proyecto que está armando la vicepresidenta segunda del Gobierno y de su carácter trasversal, más allá de las siglas moradas.

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