El niño que viajó a Egipto con el Valencia CF y regresó al borde de la muerte
La Audiencia investiga a los responsables de la escuela del club tras una querella de los padres. El niño fue operado de urgencia tras cuatro días de tensión entre la familia y el VCF
La Audiencia Nacional ha abierto diligencias contra el director de la Academia del Valencia CF, el entrenador del equipo de infantiles y otros miembros del área técnica y contra la propia sociedad deportiva como responsable civil por un presunto delito de lesiones por imprudencia grave a un menor que formaba parte de las categorías inferiores. La investigación ha surgido a raíz de una querella presentada por los padres del niño, después de que este tuviese que ser intervenido de urgencia en el Hospital La Fe de Valencia e ingresado en la unidad de cuidados intensivos por "riesgo de muerte" tras regresar enfermo de un viaje a Egipto en el que iba a participar en un torneo de clubes. La Academia del Valencia sostiene que se ofrecieron todas las alternativas sanitarias posibles a la familia.
Los hechos se remontan a la última semana de agosto de 2019, cuando Juan (nombre ficticio), que entonces tenía 12 años, viajó a Egipto con uno de los equipos de infantiles en una expedición montada por la Academia del Valencia CF, del que es máximo accionista Peter Lim, para participar en una competición denominada Zed Clubs Cup. El padre del menor autorizó la salida de su hijo mediante un escrito presentado en la comisaría de Policía Nacional de Quart de Poblet (Valencia), y dejando la responsabilidad en manos del preparador físico, Carles Romero, uno de los denunciados.
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Según las normas internas marcadas por el club, los padres podían viajar, pero no interferir ni entrar en contacto con los niños. Los de Juan lo hicieron en un vuelo diferente y se hospedaron también en un hotel distinto. Los problemas comenzaron a los cuatro días de salir de Valencia. El 28 de agosto, Juan se comunica por WhatsApp con sus padres para dicirles que está enfermo con síntomas como fiebre, vómitos, diarrea y fuerte dolor abdominal. Ese día no hay partidos, y el menor se queda en el hotel. Los responsables del Valencia CF le dan Ibuprofeno y Primperán. En esta primera jornada, los padres piden poder visitar a su hijo a Vicente Castro, entrenador del equipo y también denunciado, pero este lo rechaza y les dice que no se preocupen, según relata la querella, a la que ha accedido El Confidencial.
“La perforación del duodeno tuvo lugar por una negligente actuación de los denunciados”
Al día siguiente, Juan no mejora. Pero los responsables de la expedición se lo llevan al entrenamiento vespertino justo antes del torneo. El niño no puede sostenerse en pie y termina tumbado en un banquillo.
“Preocupados por su estado, decidimos acercarnos a su hotel para ver cómo se encontraba. Al llegar, nos alarmamos muchísimo al ver su estado físico”, relatan los progenitores. “Contactamos con el señor [Pepe] De los Santos [ATS del Valencia CF] y Castro para trasladarles nuestra preocupación e insistirles en que nosotros podíamos ir a cuidarlo, pero nos indican que no nos preocupemos, que en esos momentos está bajo el cuidado de la denunciada Sra. [Amparo] Banacloy”, administrativa de la sociedad deportiva que había viajado con la expedición.
Ese mismo 29 de agosto, cerca de las 23:00, los padres reciben un mensaje de Romero en el que les pide que lleven suero porque ellos no tienen. “Nos presentamos en el hotel con el suero y vamos directamente a la habitación de nuestro hijo, encontrándonoslo solo, acostado en la cama en calzoncillos con mucho frío, destapado y con el aire puesto a toda marcha. Su ropa estaba tirada por el suelo junto con toallas, botellas de agua, etc. En el cuarto de baño, varios calzoncillos de mi hijo sucios [debido a las diarreas] tirados en el suelo”, relata el padre en la denuncia tramitada por el Juzgado Central número 3 de Madrid, el competente en esta causa al tratarse de hechos ocurridos en el extranjero.
Los padres se sorprendieron por el estado del niño y “la falta de atención”, y conminaron a Romero y De los Santos a llevar al joven futbolista a un hospital para que le hicieran pruebas, la diagnosticaran la dolencia y le diesen el tratamiento adecuado. “Está enfermo, tiene ya unas ojeras negras, ha perdido peso, sigue con diarreas, no tiene nada de fuerzas y lo único que hace es dormir”.
Los padres: "Nos recriminaban nuestra actitud y nos acusaban de estar exagerando"
Pese a ello, los responsables de la expedición insisten en quitar gravedad al cuadro clínico porque otros niños del grupo desplazado a Egipto también tienen síntomas. El ATS concluye que no es más que “una simple diarrea que a los tres días se pasa”, por lo que no es necesaria ninguna atención médica “y que esto solo serviría para tirar el dinero, puesto que costaría 120 euros por niño”, siempre según el relato de los padres, que se ofrecieron a costear esos gastos. “Nos insiste en que no es necesario y que solo es un virus pasajero. Ante esto, le indicamos que, al menos, nos permita quedarnos con nuestro hijo para evitar que pase la noche solo”. De los Santos les dice que no está permitido, intenta tranquilizar a la familia y asegura que se queda él con el menor, además de facilitarles su teléfono por si hubiera alguna incidencia.
Los padres dejan preparado un litro de suero oral para suministrárselo al niño cada 10 minutos y se marchan a su hotel.
Tras una noche con algunos mensajes cruzados, a la mañana siguiente regresan al hotel de la expedición de fútbol del Valencia con más suero oral. Tras varios intentos de localizar a De los Santos, los familiares acceden a la habitación de su hijo, al que encuentran dormido. En otra cama duerme también el ATS, pero la botella de suero que habían dejado sigue en su sitio. El enfermo no la ha tomado.
“Nuestro hijo se encuentra tumbado en la cama con un evidente y preocupante empeoramiento físico, sin fuerzas para hablar, y durmiéndose constantemente”. Los padres insisten en la necesidad de llamar a un médico, pero el enfermero reitera la tesis del “proceso habitual del virus y que al día siguiente estará bien”. Se producen entonces momentos de tensión. El entrenador Castro, por orden del director de la Academia, Otero, les conmina a marcharse porque no está permitida su presencia. Los progenitores se marchan, pero a las 13:59 del 30 de agosto reciben un audio del enfermo, “en el que se aprecia que está muy débil” y en el que les informa de que Castro no le deja llamarles. Deciden volver.
A la vuelta se quedan en la puerta del hotel. Llaman a Otero para intentar acceder, sin respuesta. Allí ven cómo otros padres del equipo infantil del Parma (Italia) están ayudando a un médico, “pues al parecer tienen a varios niños enfermos”. También la expedición valencianista tiene otros niños con el proceso viral, además de Juan. “Decidimos hablar con el doctor y mientras estamos hablando aparecen los denunciados De los Santos, Castro y Amparo Banacloy. La última empieza a recriminarnos nuestra actitud, acusándonos de estar exagerando, que solo tiene una diarrea y que el ATS lo tiene todo bajo control, que si realmente fuera necesario Otero puede organizar un gran despliegue médico con solo levantar el teléfono, pero que no era necesario y estamos dramatizando”.
El director de la Academia se incorpora a la conversación, pero no lo hace para calmar a los padres y atender sus consejos. Les recrimina que son “unos exagerados” porque el niño está bien. Le piden que el médico del Parma haga un exploración al niño. Tras unos minutos de conversación del profesional con el equipo técnico del Valencia CF, el facultativo sube a la habitación, pero “ni siquiera se acercó a nuestro hijo ni le hizo prueba alguna, limitándose a decir a requerimiento de De los Santos, que sí podría tratarse de una diarrea”.
El Valencia asegura que ofreció a la familia todas las alternativas posibles para tratar al menor
“Ante la tensa situación, finalmente nos marchamos a nuestro hotel, y pensando en que quizá tuvieran razón y estuviéramos exagerando, pero sobre todo para evitar posibles represalias del Valencia CF contra Juan, remitimos varios mensajes a los denunciados pidiéndoles disculpas por si habíamos pecado de exceso de preocupación, pero que nunca habíamos visto así a nuestro hijo”.
El 31 de agosto era jornada de vuelta a Valencia. Con escala previa en Madrid, los padres regresan a primera hora de la mañana y no vuelven a ver a su hijo hasta que aterriza en el aeropuerto de Manises, a las 00:20 del 1 de septiembre. Tras desplazarse en autobús desde el hotel al aeropuerto de El Cairo, la expedición valencianista había empleado otra ruta distinta de regreso, con una escala en Fráncfort de dos horas.
“Nuestro hijo y otros compañeros suyos nos cuentan que, ante la falta de fuerzas que tenía (no había comido ni bebido nada en días), hizo el recorrido anterior en silla de ruedas, pues no podía andar”. Cuando los padres ven salir al menor por la puerta de desembarque, una vez aterrizado en Valencia, descubren que se desplaza “literalmente sostenido por el señor De los Santos y con un aspecto cadavérico, nos quedamos impactados”, relata el texto de la denuncia. Su padre lo coge en brazos y lo lleva corriendo al coche para trasladarlo al hospital. La madre se encara con el enfermero, que insiste en que su hijo “estaba bien y que lo único que le hacía falta era darle dieta blanda a partir del día siguiente”.
Los padres se trasladan inmediatamente y en un primer momento al Hospital de Manises, el más cercano. Como se temían, en cuanto le realizan las primeras pruebas llegan las malas noticias. “La médica que nos atiende nos indica que el niño está crítico, que sufre una deshidratación grave y una insuficiencia renal y que hay que llevarlo de urgencia al Hospital la Fe”. Así ocurre. El traslado se produce en ambulancia.
El Valencia CF asegura que la actuación fue correcta y "no hubo mala praxis" por el club
Son las cinco de la mañana del 1 de septiembre. “Tras ser ingresado, el equipo médico del hospital nos informa de la situación crítica: Juan tiene el sodio a 119, lo que puede ocasionar daño cerebral, parada cardíaca, fallo multiorgánico e incluso la muerte, por lo que es imprescindible hidratarlo poco a poco”. Cabe la posibilidad de que su cuerpo no acepte la hidratación, por lo que deben ver la evolución en las siguientes 24 horas “para descartar peligro de muerte”.
En esas 24 horas, el menor comunica un fuerte dolor abdominal. Los médicos le hacen un TAC y una ecografía. Son las 20:00 del 1 de septiembre. “Al ver los resultados, nos informan de que, pese a estar tan débil y el riesgo de fallecimiento, tienen que meterlo en el quirófano inmediatamente porque las imágenes de las pruebas sugieren una perforación y deben localizarla y cerrarla”. Entra en quirófano a las 22:00 y sale de la operación a las 00:58 del lunes 2 de septiembre.
Tras la intervención, los facultativos de La Fe informan del diagnóstico: perforación en el duodeno. Apuntan a dos posibles causas: o una bacteria (aunque esto se descarta posteriormente tras realizar una biopsia) o un consumo en grandes cantidades de medicamentos como el Ibuprofeno. El menor, tras pasar dos días en la UCI del hospital y pasar a planta, aunque todavía con problemas en el páncreas, comunica que sí, que el equipo del Valencia CF le ha estado suministrando Ibuprofeno: 400ml cada cuatro horas.
14 días ingresado
Juan empieza a recibir medicamentos antibióticos contra la salmonella. Los padres descubren que otros niños del torneo han acudido también al mismo hospital y han dado positivo en esa enfermedad. El menor permanece ingresado hasta el 16 de septiembre, cuando recibe el alta hospitalaria. Es decir, ha pasado 14 días en el hospital. El alta de seguimiento por parte del servicio de cirugía pediátrica no llega hasta el 16 de diciembre.
En los días en que Juan está ingresado, un medico del Valencia CF, Antonio Giner, se acerca en varias ocasiones para interesarse por el estado de salud del niño e incluso se lleva documentación sin permiso de los padres, que le invitan a marcharse.
“La perforación del duodeno tuvo lugar como consecuencia de una negligente y grave actuación de los denunciados”, se escribe en la querella. “Con el inicio de la sintomatología, no se pusieron los medios adecuados para su atención, no hubo control médico específico y se prescribió un tratamiento inadecuado, con administración de medicación lesiva a nivel intestinal, que junto al deterioro ocasionado por la grave deshidratación, produjo finalmente la perforación del duodeno de la que tuvo que ser intervenido con urgencia con riesgo de fallecer”.
Los padres atribuyen a los querellados un delito de lesiones por imprudencia grave, que puede estar penado hasta con tres años de cárcel. Además, señalan al Valencia CF SAD como responsable civil subsidiario.
El Confidencial se ha puesto en contacto con la sociedad deportiva propiedad de Peter Lim para obtener su versión de los hechos denunciados por los padres del menor enfermo. La respuesta ha sido que el club es consciente de que la situación que se generó “no es la mas agradable para el chaval ni para los padres”. Pero insistieron en que “lo que se realizó en aquel viaje fue correcto y no hubo mala praxis por parte del club”. “Estamos tranquilos en cuanto a la actuación que hubo”, dijeron fuentes oficiales del Valencia CF. Insistieron en que "se ofrecieron todas las alternativas a la familia para realizar la mejor atención al chaval" y que hasta la llegada del coronavirus los equipos inferiores han participado en un centenar de competiciones sin incidencias con los menores.
La Audiencia Nacional ha admitido la querella, fechada en junio del año pasado, y ha iniciado las primeras diligencias. El pasado 29 de marzo, tras recibir los informes médicos de los hospitales de Manises y La Fe, el Juzgado Central número 3 encargó una pericial forense al Instituto de Medicina Legal para que informe de las lesiones sufridas por el niño y las causas de las mismas.
Juan ha seguido jugando al fútbol, pero no en el Valencia. Ahora se esfuerza por cumplir su sueño deportivo en un club de una población del área metropolitana de Valencia.
La Audiencia Nacional ha abierto diligencias contra el director de la Academia del Valencia CF, el entrenador del equipo de infantiles y otros miembros del área técnica y contra la propia sociedad deportiva como responsable civil por un presunto delito de lesiones por imprudencia grave a un menor que formaba parte de las categorías inferiores. La investigación ha surgido a raíz de una querella presentada por los padres del niño, después de que este tuviese que ser intervenido de urgencia en el Hospital La Fe de Valencia e ingresado en la unidad de cuidados intensivos por "riesgo de muerte" tras regresar enfermo de un viaje a Egipto en el que iba a participar en un torneo de clubes. La Academia del Valencia sostiene que se ofrecieron todas las alternativas sanitarias posibles a la familia.
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