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La ola de Madrid pone en guardia al Botànic de Ximo Puig y empuja la operación Mazón
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CONGRESO POPULAR EN JUNIO

La ola de Madrid pone en guardia al Botànic de Ximo Puig y empuja la operación Mazón

La victoria de Ayuso obliga al 'president' a corregir su discurso de contraposición a la baronesa madrileña. Mazón hará tique con Catalá para frenar a Camps y los críticos en Valencia

Foto: Ximo Puig y Carlos Mazón, con el presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar, en el centro. (EFE)
Ximo Puig y Carlos Mazón, con el presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar, en el centro. (EFE)

"Si fuera Ximo Puig, tomaría nota". La frase es de la todavía secretaria general del Partido Popular en la Comunidad Valencia, Eva Ortiz, este miércoles en el Parlamento autonómico, y resume el cóctel entre deseo y estrategia política que la contundente victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones de Madrid ha suscitado entre los conservadores de toda España. Los dirigentes territoriales populares en la oposición se han lanzado a tratar de aprovechar la ola capitalina para desgastar y recuperar posiciones ante la perspectiva de un hipotético cambio de ciclo político en el conjunto de España más allá de la burbuja madrileña, algo que está por contrastar.

Que la política discurre a una velocidad de vértigo lo demuestra el hecho de que hace apenas menos de tres meses el socialista Salvador Illa ganaba las elecciones en Cataluña y resucitaba de sus cenizas al PSC, aunque con un resultado insuficiente como para volcar la mayoría 'indepe'. La cita catalana sumió a los populares en una depresión, al verse superados por Vox, y dio la primera pista de que Ciudadanos iba camino de entrar en cuidados intensivos. La victoria de la baronesa madrileña ha dado un giro de 180 grados al juego de las percepciones. Hoy, el PP ve en la convocatoria del 4 de mayo el primer paso para recuperar gobiernos, tanto central como regionales.

Esto está por ver. Pero si alguna conclusión clara puede extraerse, es que Ciudadanos sufre una crisis estructural y que el reagrupamiento en torno a la siglas de la gaviota parece un fenómeno irreversible, tanto como la dimisión de Pablo Iglesias y la reinvención a que se ve abocado Podemos.

"España es mucho más que Madrid. Nosotros tenemos nuestra hoja de ruta", dice Ximo Puig

En esa clave se explican las prisas por ejecutar el relevo en el liderazgo en el PP valenciano. Tras el anuncio de la renuncia de Isabel Bonig en plena jornada de reflexión, la junta directiva convocará este jueves el congreso regional para elegir una nueva dirección, con Carlos Mazón, presidente de la Diputación de Alicante, como aspirante favorito de Génova. Mazón tiene previsto anunciar su candidatura este próximo viernes en Valencia. Sus planes pasan por presentar una suerte de tique con la portavoz municipal y presidenta local de Valencia ciudad, María José Catalá, a la que ya muchos sitúan como secretaria general y número dos del partido.

placeholder Teodoro García Egea, con María José Catalá, la presidenta local en Valencia.
Teodoro García Egea, con María José Catalá, la presidenta local en Valencia.

Catalá ha sabido negociar con Mazón, al que conoce desde hace años, para ganar peso orgánico y reforzarse frente a Francisco Camps y los sectores que respaldan al expresidente de la Generalitat para encabezar la lista municipal, que ella quiere liderar por segunda vez en 2023. El aspirante, que podría tener al alcalde de Ayora, José Vicente Anaya, como rival en unas primarias, también necesita lanzar la imagen de vertebración territorial y hacer olvidar la imagen de barón alicantino que trata de copar el poder del partido al margen de los cuadros de las provincias de Valencia y Castellón. Su alianza con la que fue 'consellera' de Educación busca aplacar esas reticencias.

Foto: Imagen: Irene de Pablo.

Pese a la euforia popular y la presencia que el probable nuevo líder regional conservador tendrá en los medios de comunicación como consecuencia del proceso congresual previsto para finales de junio, los responsables del Consell valenciano de izquierdas observan el devenir de los acontecimientos con vigilancia, pero todavía sin activar las señales de alarma. El Botànic se ha puesto en guardia, pero cree que es muy pronto para extraer conclusiones que creen precipitadas. El mensaje que se traslada desde el entorno de Ximo Puig, que gobierna con Compromís y Podemos, es que Madrid no ha hecho sino confirmar la senda de 26 años de gobiernos del Partido Popular en un momento en que los ejecutivos autonómicos están saliendo mucho mejor parados, por no decir reforzados, de la gestión de la crisis de pandemia del coronavirus.

Dirigentes del PP se muestran prudentes y admiten que los análisis están contaminados

"Habrá que ver hasta dónde llegan la inflamación y el suflé. Nosotros tenemos que seguir como hasta ahora, centrados en la vía valenciana y sin cometer errores no forzados", señalan con un símil tenístico desde el Palau de la Generalitat. "España es mucho más que Madrid. En la política valenciana, tenemos una hoja de ruta de Gobierno progresista que gobierna para la mayoría más allá de cualquier sectarismo. Aquí, la igualdad y la libertad van de la mano", respondía Puig este miércoles en una entrevista en la Cadena SER a la pregunta sobre si la victoria de Ayuso podría tener efecto más allá de la M-40.

El barón socialista, que ha tratado de situarse como una alternativa de gestión al modelo de la presidenta madrileña, va a tener que modular su discurso de contraposición ahora que las urnas han dado un respaldo tan amplio al discurso de la dirigente popular. Hoy, en la misma entrevista radiofónica, insistía en cuestionar la gestión de la pandemia en Madrid y señalaba que quizá "se han valorado otras cosas" entre el electorado.

Foto: Isabel Bonig, con Pablo Casado y Carlos Mazón.

Fuentes populares admiten que el 'efecto Ayuso' será limitado en el tiempo y que la agenda política cambiará en el medio plazo. Algún alto referente del PP regional incluso ha aplazado el encargo de trabajos demoscópicos de ámbito local hasta septiembre para evitar que salgan conclusiones contaminadas por el proceso electoral madrileño y ofrezcan un paisaje que no se correspondería con la realidad en unas municipales o unas autonómicas.

Quizá sea pronto para determinar si Madrid es "el kilómetro cero del cambio en España", como dice Ayuso, u otra estación más en el trayecto de la política española. La siguiente parada podría ser Andalucía, porque en Valencia ya muy pocos ven elecciones antes de bien entrado 2022.

"Si fuera Ximo Puig, tomaría nota". La frase es de la todavía secretaria general del Partido Popular en la Comunidad Valencia, Eva Ortiz, este miércoles en el Parlamento autonómico, y resume el cóctel entre deseo y estrategia política que la contundente victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones de Madrid ha suscitado entre los conservadores de toda España. Los dirigentes territoriales populares en la oposición se han lanzado a tratar de aprovechar la ola capitalina para desgastar y recuperar posiciones ante la perspectiva de un hipotético cambio de ciclo político en el conjunto de España más allá de la burbuja madrileña, algo que está por contrastar.

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