Buffett y matriz en Luxemburgo: el negocio de la residencia del fiestón covid en Valencia

El rastreo de participantes y contactos estrechos derivados de la fiesta que el último sábado por la tarde de septiembre reunió a cientos de jóvenes en la azotea de la residencia Galileo Galilei de Valencia sigue arrojando positivos por coronavirus. Con 700 test realizados, ya son 168 las personas contagiadas, bien porque estuvieron presentes en el evento, bien por su relación con otros enfermos, la mayoría asintomáticos o con síntomas leves por ahora.

El brote masivo, el mayor de cuantos se han dado en la Comunidad Valenciana en los últimos meses, ha obligado a la suspensión de clases presenciales en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), una decisión que afecta a más de 25.000 alumnos, y a poner en cuarentena aulas de otras universidades como la Católica o la CEU Cardenal Herrera. Además, se han suspendido las prácticas que los alumnos de Ciencias de la Salud estaban haciendo en los centros sanitarios públicos y privados en convenio con las universidades.

La 'consellera' de Justicia, Interior y Administración Pública, Gabriela Bravo, ha encargado a la Policía autonómica que abra una investigación con el objetivo de averiguar los hechos acaecidos en el colegio mayor y para determinar y "depurar", en su caso, las responsabilidades de las supuestas personas organizadoras o participantes. Esta investigación también determinará las posibles sanciones derivadas de la aplicación del Decreto ley 11/2020 de régimen sancionador específico contra los incumplimientos de las disposiciones reguladoras de las medidas de prevención del covid-19, explicó ayer martes el departamento que dirige Bravo en un comunicado. Agentes del cuerpo policial se presentaron el martes en el colegio mayor para recabar información.

Este miércoles, la 'consellera' Bravo apuntaba también a la propiedad de la residencia y señalaba que está en el ojo de la investigación para dilucidar “su responsabilidad en tolerar fiestas que suponen aglomeraciones donde no se cumplen las medidas de seguridad”.

El brote y la polémica sobre cómo pudo producirse tal concentración de jóvenes en la azotea del edificio desde aproximadamente las seis de la tarde hasta lasnoche han significado una primera crisis de calado para los que, desde principios de este año, son los nuevos propietarios de la residencia. El colegio mayor está gestionado por la mercantil MiCampus Galileo Galilei, que desde principios de 2020 está bajo la órbita de Stoneshield Capital, un fondo respaldado por el multimillonario estadounidense Warren Buffett y otros inversores vinculados a Lone Star con una capacidad prevista de 300 millones de euros.

Una de sus operaciones fue la compra al fondo de pensiones canadiense CPPIB del colegio mayor Galileo Galilei, uno de los más grandes de Valencia, con capacidad para casi 600 residentes y un valor de 32 millones de euros. Se trata de un negocio que, aunque sufrió durante sus primeros años, presentó el año pasado una cuenta de resultados muy jugosa. Facturó algo más de siete millones de euros, pero llevó a beneficio neto después de impuestos 2,3 millones.

El Galileo Galilei formaba parte de la cartera de Liberty Living, uno de los mayores propietarios de residencias, con sede en Reino Unido, y participado por el fondo canadiense. El Galileo Galilei tiene como principal accionista a una sociedad madrileña denominada Student Property Income, que gestiona otras residencias que han quedado bajo el paraguas de Stoneshield, como la del campus de Burjassot (Valencia) y otros colegios mayores en Bilbao, Sevilla, Málaga, Pamplona o Burgos. El rastro societario de todos estos activos inmobiliarios pasa por Campus Newco, sociedad 'holding' con sede en la plaza de la Independencia de Madrid que tiene como socio único a Stoneshield Southern Real Estate Holding, con sede en Luxemburgo.

Fuentes cercanas al colegio mayor confirmaron todos estos datos societarios y señalaron que la dirección del centro no autorizó en ningún momento la celebración de la fiesta en la azotea. Indicaron que hay acceso a esta desde dos escaleras de emergencia y que los responsables de seguridad, que se encontraban en los bajos, fueron avisados de la concentración de residentes y procedieron a disolverla, algo que ocurrió a las nueve de la noche, según dijeron. "Los residentes sabían que eso no se podía hacer. De hecho, firman un documento con las normas de cumplimiento cuando contratan los servicios del colegio mayor", dijeron.