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Se suspende la tomatina de Buñol 2020 por el coronavirus
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UNANIMIDAD EN EL AYUNTAMIENTO

Se suspende la tomatina de Buñol 2020 por el coronavirus

La propagación del covid-19 lleva a suspender uno de los eventos nacionales con más repercusión internacional del calendario de fiestas

Foto: Las calles de Buñol no vivirán este año la guerra de tomates (Reuters/Juan Medina)
Las calles de Buñol no vivirán este año la guerra de tomates (Reuters/Juan Medina)

El goteo de cancelaciones de grandes eventos nacionales e internacional por causa del coronavirus no deja de sucederse. Si este lunes conocíamos la suspensión de los Sanfermines en Pamplona y de la Oktoberfest de Múnich, ahora ha sido la tomatina de Buñol la que ha seguido el mismo destino: este año no se lanzarán millones de tomates en esta pequeña localidad valenciana.

La decisión se ha tomado después de que la teniente de alcalde de Buñol, María Valles, lo planteara al gobierno municipal. Tal y como explica el propio ayuntamiento en su cuenta de Facebook, la propuesta encontró "unanimidad en el gobierno. No obstante, la decisión estaba supeditada a comunicarlo al resto de portavoces" en una reunión que se celebra este miércoles y a un posterior acuerdo institucional que se produciría en el pleno del lunes 27 de abril.

El comunicado que firma la alcaldesa de Buñol, Juncal Carrascosa, añade que "todas las decisiones que se han tomado durante esta crisis del Covid-19 se han hecho pensando siempre en el bien común y con la esperanza de que en un futuro próximo recobraremos la normalidad y todo saldrá bien".

Una fiesta de repercusión mundial

La tomatina de Buñol tiene 75 años de historia ya que se remonta a 1945. Sin embargo, todo comenzó como algo accidental, tras una discusión entre vecinos que subió de tono y que recurrieron a un puesto de venta ambulante que había cerca para lanzarse todo aquello que tuvieran a mano.

Foto: Miles de personas celebran el comienzo de los Sanfermines del pasado año. (EFE)
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El mismo día de 1946, algunos jóvenes del pueblo quisieron recordar lo sucedido un año antes y volvieron con los tomates que ellos mismos habían comprado a lanzárselos en mitad de la calle. La policía les disolvió, pero ellos volvieron a llevar a cabo su pequeña fiesta cada año. A principios de los 50 se suspendió oficialmente la tomatina, pero desde 1957, tras el denominado ‘entierro del tomate’, la fiesta se permitió y comenzó a crecer.

Sin embargo, fue a partir de 1983 cuando la fiesta dio un salto exponencial gracias a un reportaje que se emitió en el programa de Televisión Española Informe Semanal. Desde entonces, miles de personas de todo el mundo marcan esa fecha en el calendario con la intención de vestir de rojo las calles y casas de Buñol.

Buñol ha tenido que limitar el número de visitantes a un máximo de 20.000 ante la avalancha de personas de los últimos años

De hecho, el éxito ha sido tal que el Ayuntamiento de Buñol tuvo que limitar el número de visitantes a 20.000 personas, ya que cada vez eran más los asistentes que procedían desde todos los puntos del planeta. También la repercusión global de la tomatina ha crecido, retransmitiéndose en directo en decenas de países de todo el mundo.

El goteo de cancelaciones de grandes eventos nacionales e internacional por causa del coronavirus no deja de sucederse. Si este lunes conocíamos la suspensión de los Sanfermines en Pamplona y de la Oktoberfest de Múnich, ahora ha sido la tomatina de Buñol la que ha seguido el mismo destino: este año no se lanzarán millones de tomates en esta pequeña localidad valenciana.

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