Valencia, en vilo: Ford ataca el corazón de Europa con despidos en Alemania y Francia

Ni los intentos de mediación de ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, ni la supuesta oferta salvadora presentada por la compañía Punch Powerglade, han amilanado a Ford. La multinacional americana con sede en Detroit trasladó este jueves al comité de empresa el cierre de la factoría de transmisiones de Blanquefort y el despido de sus 850 trabajadores a partir del mes de agosto de 2019. "A pesar de las conversaciones exhaustivas y rigurosas de los últimos nueve meses y los mejores esfuerzos de ambas partes, el plan propuesto por el posible comprador presenta riesgos significativos", señaló el fabricante estadounidense en un comunicado dirigido a los trabajadores difundido por Europa Press.

La solución drástica, que venía rumiándose desde hace meses y que el Ejecutivo de Emmanuele Macron ha tratado de evitar, se suma a otro importante hachazo a la división europea de la empresa automovilística con la eliminación de un turno de trabajo en la factoría alemana de Saarlouis y la salida de 1.600 empleados por la supresión del modelo C-MAX. La extinción laboral se ejecutará principalmente a través de la no renovación de temporales y la jubilación de empleados indefinidos. La compañía sigue sin ver rentables algunos de sus modelos, como el propio C-MAX o el Focus, que no está consiguiendo colocar en el mercado al ritmo deseado, un factor que se suma a la caída de ventas en el Reino Unido y las incertidumbres de la guerra comercial abierta por la Administración de Donald Trump en Estados Unidos, hacia donde parece estar replegándose.

La magnitud de los ajustes está generando mucha preocupación en la factoría de Almusssafes (Valencia), la más grande en capacidad productiva y empleo de la estructura europea. La planta española sigue a la espera de conocer los planes de recorte que le corresponden, aunque en ámbitos laborales se especula con que Ford podría esperar a después de febrero para comunicarlos, después de que se hayan celebrado las elecciones sindicales para renovar el comité de empresa, en el que actualmente tiene mayoría la sección sindical de UGT, la única que está participando en los encuentros con la cúpula de la empresa celebrados en Colonia y Detroit.

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El cierre francés ha provocado una dura reacción del ministro galo de Finanzas, que no dudó en calificar de "traición" ante los 850 empleados de Blanquefort el golpe de Ford. "Me he rebelado, me disgusta esta decisión que solo se justifica por el deseo de Ford de aumentar el precio de sus acciones", dijo Le Maire en declaraciones recogidas por el diario 'Le Monde'. "Quiero denunciar la cobardía de Ford, con quien he solicitado hablar durante tres días y que ni siquiera ha tenido el valor de hablar por teléfono con el ministro de Economía y Finanzas", continuó. "Quiero denunciar la mentira de Ford, que dice que la oferta de recuperación no es creíble mientras llevamos meses trabajando".

El anuncio de Ford ha sido aprovechado por la líder de extrema derecha francesa, Marine Le Pen, para reclamar a la multinacional el retorno de los fondos públicos recibidos por la planta de Blanquefort. "Es hora de que estas empresas globalizadas asuman sus responsabilidades y que el Estado exija el reembolso de los fondos públicos concedidos", señaló a través de su cuenta de Twitter.

Según dados difundidos por la compañía, Ford comercializó un total de 116.000 vehículos en el conjunto de Europa durante el pasado mes de noviembre, lo que supone una bajada del 10,6% en comparación con el mismo mes de 2017. Entre enero y noviembre, las entregas de la firma del óvalo azul alcanzaron un volumen de 1.396.800 unidades en el mercado europeo, una caída del 2,9% respecto a 2017. El principal mercado europeo en noviembre para Ford fue Alemania, con 27.900 unidades, mientras que la segunda plaza fue para Reino Unido, con 23.400 unidades, seguido de Italia, con 11.500 unidades, de Francia, con 9.100 unidades, y de España, con 7.400 unidades.