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Grito desesperado del pesquero español con doce migrantes en Libia: "Viene un temporal"
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Grito desesperado del pesquero español con doce migrantes en Libia: "Viene un temporal"

El Nuestra Madre Loreto, que el jueves rescató a doce migrantes naúfragos frente a Libia, sigue sin puerto por el rechazo de Malta e Italia. Los tripulantes temen un motín si aparece un barco libio

Foto: El pesquero de Santa Pola, Nuestra Madre Loreto. (Manuel Hernández Lafuente)
El pesquero de Santa Pola, Nuestra Madre Loreto. (Manuel Hernández Lafuente)

El tiempo corre en contra del buque de Santa Pola Nuestra Madre Loreto. Desde el pasado jueves su tripulación, de trece marineros y el capitán Pascual Durá, vive en la incertidumbre. Cumpliendo con su obligación legal "y moral" como gente de mar, el pesquero español rescató del agua y una muerte segura a doce migrantes que habían abandonado una patera acosada y hostigada por una patrullera libia frente a las costas del país norteafricano. Desde entonces, sus intentos y llamadas de socorro para encontrar un puerto seguro han sido baldías. Dos países europeos, Italia y Malta, los más cercanos a su posición, se han negado a darles entrada. La situación es cada vez más complicada, con víveres que comienzan a escasear y el aviso de un fuerte temporal para las próximas horas.

"Nos quedan unos días. Estirando al máximo una semana. No creo que mucho más", dice el capitán del Nuestra Madre Loreto

El ministro de Exteriores, Josep Borrell, envuelto en la gestión política de la multa que le ha impuesto la CNMV por la venta de sus acciones en Abengoa, trató este lunes pasado de relativizar la crisis del pesquero señalando que "no está en una situación de emergencia". "No estamos ante el caso de un barco que está a punto de hundirse. Continúa pescando, que es a lo que fue allí", afirmó para admitir que el hecho de encontrarse frente a la costa de Libia "complica la situación".

placeholder Cooperantes de Open Arms, el pasado sábado, cuando atendieron a los inmigrantes. (Open Arms)
Cooperantes de Open Arms, el pasado sábado, cuando atendieron a los inmigrantes. (Open Arms)

Sin embargo, esa percepción no parece coincidir con la de los tripulantes del pesquero alicantino. "Nos quedan unos días. Estirando al máximo una semana. No creo que mucho más", señala Durá a El Confidencial en conversación telefónica. El plan de trabajo antes de toparse con los náufragos era tocar puerto para avituallarse el día 3 de diciembre con la intención de seguir faenando unos días más y regresar a España entre el 21 y el 22 de diciembre con pescado y marisco para la campaña de Navidad. Sin embargo, ahora nadie les autoriza a tocar tierra y nadie del Gobierno se ha dirigido directamente a la tripulación para explicarse cómo se está desarrollando la negociación. Su contacto es a través de Salvamento Marítimo y, según sus noticias, la solución que se plantea es desembarcar en las costas de Libia. "Hay desesperación y nervios tanto por rescatados como por nosotros. Seguimos sin noticias y la única novedad es que se está negociando, creo que con Libia".

Foto: Pablo Casado en una visita a Córdoba. (EFE)

La solución libia es la más temida por la tripulación del Nuestra Madre Loreto. Fue un barco de este país el que provocó el naufragio de la patera y es de Libia de donde provienen los migrantes, originarios de diversos países africanos. Allí suelen pasar meses hasta que logran embarcarse en pateras rumbo a las costas europeas, normalmente Italia o Malta. El cierre de puertos decretado por ambos países para los barcos de ONG o, como en este caso, buques pesqueros o comerciales que cumplen con la obligación de rescate que marca el derecho marítimo internacional está provocando situaciones dramáticas. Durá teme que pueda producirse un motín o una respuesta incontrolada de los náufragos si detectan que un buque patrullero libio se acerca para llevárselos y se sienten amenazados. Se comunica con sus pajajeros chapuerrando inglés y a través de un pescado senegales que forma parte de la tripulación. "Pero no se entiende con todos, solo con los senegales; el resto habla otros idiomas".

La solución libia no convence

"Si viene a plena luz del día van a ver la bandera. Aunque haya mal tiempo, si ven un barco con bandera libia tal vez vayan a amotinarse. Quizás haciendo alguna maniobra de noche…", relata con cierta desesperación el capitán. Durá no es nada partidario de que regresen a Libia y prefiere un puerto europeo seguro pero Italia y Malta no quieren saber nada y España tampoco está dando un solución propia al buque.

El bloqueo, casi a la misma distancia de Malta, Italia o Libia, según la posición actual que detecta el buscador Vessel Finder, está afectando seriamente al plan de trabajo del barco. La pesca se ha restringido a las aguas cercanas mientras se resuelve la crisis. Durá advierte de las consecuencias sobre su propia tripulación. "¿Ahora estamos haciendo algo de trabajo, mal trabajando en la zona en la que tenemos que permanecer. Lo hacemos por sacar algo. ¿Quién va a pagarnos a nosotros las pérdidas?", se pregunta. "Tengo que dar una salida a los tripulantes porque volverán a casa con menos de lo que estaba previsto", afirma. El capitán explica que con el temporal que les viene, en una situación normal, seguirían faenando, pero que los migrantes que lleva a bordo no están acostumbrados a manejar el mal tiempo y tendrán que dejar de trabajar para garantizar su seguridad.

El pasado 24 de noviembre, el buque Open Arms, de la ONG española del mismo nombre, subió médicos al Nuestra Madre Loreto para comprobar que la situación sanitaria era correcta. Según Durá, el barco pidió autorización al Gobierno de España para hacerse cargo de los migrantes y llevarlos a costas españolas, pero no les fue concedida. La igual que ocurrió con el Aquarius, la Generalitat valenciana se ha ofrecido para acoger a los migrantes rescatados por el pesquero español, según señaló la vicepresidenta Mónica Oltra en declaraciones a la televisión autonómica À Punt.

El tiempo corre en contra del buque de Santa Pola Nuestra Madre Loreto. Desde el pasado jueves su tripulación, de trece marineros y el capitán Pascual Durá, vive en la incertidumbre. Cumpliendo con su obligación legal "y moral" como gente de mar, el pesquero español rescató del agua y una muerte segura a doce migrantes que habían abandonado una patera acosada y hostigada por una patrullera libia frente a las costas del país norteafricano. Desde entonces, sus intentos y llamadas de socorro para encontrar un puerto seguro han sido baldías. Dos países europeos, Italia y Malta, los más cercanos a su posición, se han negado a darles entrada. La situación es cada vez más complicada, con víveres que comienzan a escasear y el aviso de un fuerte temporal para las próximas horas.

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