De Cosco al carnicero de Mercadona: por qué los chinos ya no pegan 'pelotazos' en España
China prohibe a sus empresas el fútbol y especular con el mercado inmobiliario. Quiere inversiones en sectores que generen conocimiento y valor. España es objetivo en alimentario e infraestructuras
Es cuestión de meses; quizás de semanas. Cosco Shipping Company va camino de ampliar hasta el 100% su participación en la principal concesionaria de puertos españoles, Noaum Ports. La compañía estatal china compró el pasado verano el 51% de la empresa que controla la mayor terminal de contenedores del Puerto de Valencia, la de Bilbao y la de las Palmas, además del puerto seco de Coslada (Madrid) y una plataforma ferroviaria en Zaragoza. Pagó a JP Morgan y el fondo holandés Dutch Stichting Pensioendfonds ABP algo más de 203 millones de euros y tomó el control ejecutivo con el aterrizaje de un consejero delegado de la casa, Kai Sun.
La operación llevaba adosada una opción de venta por parte de JP Morgan y ABP por el restante 49%, negociada con la intención por parte de ambos inversores institucionales de rentabilizar aún más su paquete si Cosco lograba elevar el valor de la compañía. Esto no solo está ocurriendo, sino que la empresa estatal parece dispuesta a pagar sin problemas por la totalidad de Noatum con la intención de quedársela al completo. Lo hará por encima de lo que desembolsó por su inicial 51%, según explican fuentes conocedoras de las intenciones de la naviera asiática.
La concesionaria española, que otorga a Cosco una posición privilegiada en el transporte marítimo desde el Mediterráneo Occidental hasta Asia y también América, encaja perfectamente en la nueva estrategia de inversión exterior marcada por el Gobierno que preside Xi Jinping. En esa ecuación, en la teoría imposible pero en realidad viva, entre economía planificada y capitalismo salvaje que practica el gigante asiático, su élite política ha decidido que hay que cambiar las prioridades.
Tras años canalizando hacia operaciones de corte especulativo los excesos de capital obtenidos gracias a la exportación masiva de productos manufacturados hacia los países occidentales, China lleva varios ejercicios en los que ha cambiado el paso. Se acabaron los pelotazos en el ladrillo, las operaciones oportunistas y los clubes de fútbol (salvo la compra de jugadores para su liga, claro). "En 2015 y 2016 se observó una consolidación de las tendencias de la inversión extranjera china. La inversión en los sectores avanzados de fabricación y servicios creció; se canalizaron más fondos a Europa y Estados Unidos que a los países emergentes", señala el último informe publicado por la escuela Esade sobre el comportamiento de la inversión china en la Unión Europea, un trabajo dirigido por la profesora Ivana Casaburi.
China ya disfruta de una clase media que demanda una economía más madura y respetuosa con su entorno. Tecnología, conocimiento, especialización, medio ambiente, servicios avanzados, procesos de gestión empresarial… Esos son los nuevos mantras y los objetivos de las empresas chinas a la hora de enfocar sus inversiones en el extranjero. A ello hay que sumar una estrategia de posicionamiento y generación de infraestructuras de transporte con visión global en el que la conexión euroasiática ('One Belt, One Road' o la Nueva Ruta de la Seda) ocupa un lugar preferencial para la exportación e importación de productos de más calidad. La toma de Noatum por Cosco se explica por esta estrategia.
China quiere inversiones en sectores que generen conocimiento y valor. España es objetivo en alimentación e infraestructuras
"China ha sido la fábrica del mundo con una importante factura medioambiental, de polución y de contaminación de suelos, de ríos y de aire. Pero ya se han convertido en un mercado en sí mismo y ahora tienen una apreciación distinta", explica a El Confidencial Francisco Martínez Boluda, director durante cuatro años de la oficina de Uría Menéndez en Pekín y ahora socio responsable del Grupo de Práctica Asiática en el bufete. "Quieren aquello que no tienen y ser una sociedad de consumo. De una economía basada en inversión pública y manufactura estamos pasando a una de servicios y alta tecnología. Lo hicieron Japón y Corea antes pero en unas dimensiones menos perturbadoras. Tienen que conseguir productos que esa clase media necesita y productos e industrias del futuro menos contaminantes", añade. "¿Y quién tiene esto? Pues Estados Unidos y Europa".
Más allá del efecto estadístico que genera que algunas operaciones se firmen un ejercicio u otro, el volumen de inversión china en Europa es muy considerable (rozó los 36.000 millones de dólares en 2016) y la guerra comercial con Estados Unidos está reorientando las operaciones hacia el Viejo Continente.
¿Está comprando China 'joyas' europeas?
La entrada de China en sectores no especulativos es aparentemente una buena noticia para empresas y segmentos productivos necesitados de capital. Pero a la vez ha encendido algunas alarmas en la Unión Europea ante la posibilidad de que compañías controladas por el Estado chino se hagan con la propiedad de sectores estratégicos, especialmente en materia de telecomunicaciones, alta tecnología o industria de bienes de equipo. Líderes comunitarios, como el presidente francés Emmanuel Macron, han alentado el cierre de algunos sectores a la inversión exterior china. Alemania incluso ha vetado algunas operaciones de entrada del gigante asiático en empresas. La Comisión Europea ha acordado un mecanismo no oficial de comunicación para vigilar las compras que realizan las corporaciones chinas y fijar si pueden afectar a la seguridad o la posición estratégica de la Unión.
España puede encontrarse en una situación diferente a la de Alemania. Entre otras operaciones el despacho de Uría Menéndez asesoró hace un par de años en la compra de la bodega riojana Marqués del Atrio por parte de la china Changyu Pioneer Wine y, más recientemente lo ha hecho en la OPA sobre Clínica Baviera de la también asiática, Aier Eye. Son dos ejemplos sectoriales. "En el agroalimentario o en modelo de gestión sanitaria es donde España puede entrar; también en empresas de tecnología media más barata que la alemana", señala Martínez Boluda.
Esta apuesta por el agroalimentario explicaría el interés declarado por empresas cárnicas eficientes como Incarlopsa, el proveedor de jamón serrano de Mercadona. La operación, movida por un grupo de inversores chinos, no ha cuajado, pero revela la búsqueda de toma de control de una compañía asociada a la empresa líder de la distribución en España de la que es posible aprender mucho en términos de gestión, producción y logística. Incarlopsa maneja además un producto de demanda creciente en China, gran consumidor de cerdos, como es el jamón.
Javier Navarro Casanova, director en Valencia de GBS Finanzas, la consultora cofundada por Juan Antonio Samaranch (hijo) con sólidos contactos con inversores chinos, comparte la opinión de que el sector agroalimentario está en la diana. "Es uno de los sectores más fuertes y potentes en España, al igual que el turismo y el hotelero", señala. GBS asesoró también en la operación de Marqués del Atrio y en otra compra que fue un anticipo de por dónde iban a ir los tiros, la de Miquel Alimentació, la distribuidora que cayó en manos del gigante Bright Food, con sede Shanghái.
Las empresas de infraestructuras también están en el radar chino. Las españolas son interesantes porque pueden servir de puerta de entrada para otro mercado observado por el país asiático: Latinoamérica. Martínez Boluda, que conoce la operación de Cosco y Noatum, cree que esta variable también está en la entrada en el operador español y en la invitación a España para entrar en el Asian Infraestructure Investment Bank (AIIB), una suerte de gigante financiero dirigido a financiar grandes proyectos en infraestructuras. China lidera esta entidad en la que participan países europeos como el Reino Unido, Alemania, Francia e Italia, pero también estados del cono sur americano como Brasil, Chile, Perú o Bolivia.
Por ello, no sería extraño que en los próximos ejercicios pudiera verse una alianza entre una gran corporación china y alguno de los 'campeones' nacionales españoles especializados en obras públicas y servicios. Ya ocurrió a menor escala con la compra de Urbaser (filial de ACS) por parte de China Tianying.
Es cuestión de meses; quizás de semanas. Cosco Shipping Company va camino de ampliar hasta el 100% su participación en la principal concesionaria de puertos españoles, Noaum Ports. La compañía estatal china compró el pasado verano el 51% de la empresa que controla la mayor terminal de contenedores del Puerto de Valencia, la de Bilbao y la de las Palmas, además del puerto seco de Coslada (Madrid) y una plataforma ferroviaria en Zaragoza. Pagó a JP Morgan y el fondo holandés Dutch Stichting Pensioendfonds ABP algo más de 203 millones de euros y tomó el control ejecutivo con el aterrizaje de un consejero delegado de la casa, Kai Sun.
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