Horarios comerciales y 200 metros: así se ha estrellado el gigante Klépierre en Valencia

Klépierre, el gigante francés del 'retail', cerró en marzo de 2015 la adquisición de la holandesa Corio por 7.200 millones de euros con la intención de elevar su presencia en los mercados europeos. Con 57 centros comerciales repartidos por capitales y ciudades de Holanda, Portugal, Alemania, Francia, Italia y Turquía, la operación sirvió para reforzar la pata ibérica de la cartera de la enseña gala en España, con un portfolio total de 1.400 millones en centros de compras actualmente. En la cartera española de la enseña gala figuran desde el Maremagnum de Barcelona al Nuevo Condomina de Murcia, pasando por los centros madrileños de La Gavia, Príncipe Pío o Plenilunio, así hasta cerca de una decena de establecimientos en total.

Sin embargo, la aportación ibérica de Corio en la macrooperación de compra llevaba 'bicho' dentro. La filial Corio Real Estate España cerró el mismo año del traspaso de propiedad con un resultado negativo de 26,6 millones de euros. La mercantil, que agrupa a algunos de los principales centros ahora controlados por Klépierre, presentaba un patrimonio neto negativo de 241 millones de euros y deudas con su matriz de más de 300 millones. No es que el negocio no funcionase (11 millones de resultado de explotación), sino que no lo hacía al ritmo conveniente como para compensar la mochila financiera y amortizaciones. Y esto ocurría porque algunas de estas unidades productivas no terminaban de seguir el ritmo.

Klépierre ha vendido a Carmila (Carrefour) su centro comercial Gran Vía de Hortaleza, pero no el Gran Turia de Valencia, donde el híper posee una tienda

Mientras Maremagnum, El Ferial (Parla) o Gran Vía de Hortaleza presentaban fondo de comercio positivo, el centro comercial Gran Turia de Xirivella (Valencia) aparecía con la casilla en blanco. Desde entonces, Klépierre no ha vuelto a presentar cuentas en el registro, pero nada indica que las cosas hayan mejorado en el complejo valenciano. Construido en 1993, su cercanía al núcleo urbano de Valencia (está justo en el límite entre dos términos municipales) permitió a este establecimiento disfrutar de una primera infancia y adolescencia de alegrías. Con la presencia de un hipermercado Carrefour de 18.000 metros cuadrados, Gran Turia comercializaba 58.000 metros de superficie alquilable en su galería comercial de dos plantas. Sin embargo, con los años, el aumento de la competencia y la Ley de Comercio, que declaraba a la vecina Valencia como una de las zonas de gran atracción turística ZGAT (con la diferencia en aperturas festivas que ello implicaba), han tenido como resultado un declive progresivo del centro sin que Corio, primero, y Klépierre, después, hayan encontrado la fórmula para rentabilizarlo.

En 2013, casi dos años antes de que Klépierre anunciase la absorción, Corio puso encima de la mesa un plan de reforma del centro comercial con una inversión de 65 millones que pretendía transformar su oferta, dirigirla hacia el ocio como elemento de atracción y recuperar el tráfico de clientes perdido a lo largo los años. El plan quedó aparcado en un cajón. Oficialmente, la razón fue que el dueño holandés no iba a acometer un desembolso de este tipo si antes no resolvía el agravio comparativo que le suponía no disfrutar de la libertad de horarios comerciales que sí tenían sus competidores del término municipal del que apenas le separan 200 metros. El conflicto derivó en una queja ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que a su vez presentó una demanda ante la Audiencia Nacional por vulneración de la Ley de Unidad de Mercado.

El agravio de horarios, en la Audiencia Nacional

La demanda ha seguido su curso y no ha sido retirada con el cambio de propiedad, señalan fuentes de la CNMC, que explican que, en la actualidad, sigue en tramitación en el área de contencioso-administrativo de la Audiencia. Por el camino, la Generalitat valenciana, contraria a la libertad de horarios comerciales desde que se produjo el cambio de inquilinos en el Consell en 2015, ha suscrito un acuerdo con la gran patronal de distribución (Anged), comerciantes y sindicatos para reducir a entre 40 y 38 los festivos aperturables en los municipios de gran afluencia turística. El centro de Klépierre, como otros situados en poblaciones del cinturón metropolitano de Valencia, seguirá sufriendo un agravio, pues solamente podrá dar servicio 11 domingos o festivos.

"No es solo un problema de horarios comerciales, también de modelo y de ubicación", señala un directivo de centros comerciales que ha seguido la evolución de Gran Turia, convertido hoy en el fantasma de los centros comerciales en la provincia de Valencia. El híper de Carrefour se ha quedado reducido a la mitad. La distribuidora francesa es dueña de su espacio, pero ha renunciado a una de las plantas. Una decisión que ha agravado más si cabe la salud de la galería comercial, con una ocupación inferior al 50%.

¿Está tratando Carrefour de presionar a Klépierre para quedarse con toda la gran superficie?

Este mismo mes, Klépierre se ha deshecho de otro de sus centros, el Gran Vía de Hortaleza, vendido a Carmila, la gestora de inmobiliaria de Carrefour dedicada a explotar galerías comerciales anexas a sus tiendas. Hasta ahora, Gran Turia no ha cambiado de manos, pero su declive y el silencio de su dueña sobre su futuro (la multinacional francesa no ha dado respuesta a las consultas de El Confidencial) lo ponen a tiro de algún inversor oportunista interesado en tratar de reflotarlo.