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El tramo maldito del Corredor Mediterráneo que deja coja la operación Cataluña de Rajoy
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El tramo maldito del Corredor Mediterráneo que deja coja la operación Cataluña de Rajoy

Fomento sigue sin tener fecha para la conexión Vandellós-Castellón, menos de 150 kilómetros de trazado que ahora abren una brecha insalvable en el gran proyecto ferroviario

Foto: Rajoy con el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo. (EFE)
Rajoy con el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo. (EFE)

Las infraestructuras de transporte no solamente sirven para mover pasajeros y mercancías. También cohesionan territorios. Refuerzan lazos comerciales y contribuyen a integrar núcleos económicos y poblacionales. Esta filosofía, más allá de los intereses puramente materiales, está también detrás de los colectivos civiles y empresariales que, tras años de demoras en el proyecto, han dado un paso adelante para subir el tono en la reivindicación de la finalización del Corredor Mediterráneo, una de las iniciativas a la que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha abrazado para restar potencia al argumento victimista del independentismo catalán.

Aún lejos de apostar claramente por esa visión en red, o “circular”, como la han calificado el dueño de Mercadona, Juan Roig, sus socios de la Asociación Valenciana de Empresarios o el presidente de la patronal catalana Joaquim Gay de Montellà, el Ministerio de Fomento ha seguido dando prioridad a los tramos incluidos en el Corredor que confluyen con el modelo radial de infraestructuras que caracteriza a España. La conexión sur de Cataluña con la Comunidad Valenciana, Murcia o Andalucía sigue sin tener fecha de cierre como consecuencia de la indefinición en los plazos y soluciones técnicas en un tramo relativamente corto de un trazado de más de 1.000 kilómetros desde el sur a la frontera francesa.

Foto: Un pasajero espera sentado a su tren en la estación de Sants, en Barcelona. (Efe)

En el desembarco cargado de promesas de inversión que el martes realizó Mariano Rajoy en Barcelona se cuidó mucho de matizar que su promesa era tener habilitado en la primavera de 2020 el “tramo catalán” del Corredor, esto es, las obras pendientes para disponer un tercer carril en ancho internacional entre Tarragona y Vandellós. Con esto se conecta y se agilizan todos los tráficos desde el sur de Cataluña hasta el norte y también hasta el centro, a través de Lleida y Zaragoza hasta Madrid.

placeholder Estado de las obras del Corredor Mediterráneo a noviembre de 2016. (elcorredormediterraneo.com)
Estado de las obras del Corredor Mediterráneo a noviembre de 2016. (elcorredormediterraneo.com)

Pero Fomento sigue sin poner fecha a la conexión entre Castellón y Vandellós, un tramo de 150 kilómetros clave para cerrar la conexión levantina de España, que concentra el 60% de las exportaciones hacia la Unión Europea, el mismo porcentaje de actividad industrial y casi el 50% del PIB y la población españolas. Es decir, sin esta parte del trazado, Cataluña sigue sin estar conectada con las autonomías del sureste, que quedan descolgadas en la conexión ferroviaria internacional de Europa. La integración territorial del este español mediante la renovación de la red ferroviaria quedaría, por tanto, inconclusa. “Estamos esperando a que el ministerio de una solución a este cuello de botella que permita enlazar todos los trenes del sur de Castellón con la red de Tarragona. En cualquier caso todo indica que no será doble plataforma, sino como mucho un tercer hilo, un corredor pobre, por decirlo de alguna manera”, señala a El Confidencial el secretario autonómico de Obras Públicas, Josep Vicent Boira.

El "más atascado"

El ministro Íñigo De la Serna se ha esforzado desde que tomó posesión en Fomento en mostrar su compromiso con el conjunto del proyecto del Corredor Mediterráneo. Este mismo lunes, como aperitivo al aterrizaje gubernamental en Cataluña, el titular de Fomento viajó a tierras valencianas para participar en las pruebas del AVE Valencia-Castellón, cuya puesta en servicio oficial está cerca pero tampoco tiene fecha. De la Serna reconoció aquí que el tramo Castellón-Vandellós “es el más atascado” del conjunto del Corredor. De hecho, está todavía en fase de redacción de proyecto sin que se haya ofrecido una solución técnica potente para habilitar una ancho internacional de mercancías compatible a la vez con un AVE que conecte Barcelona y Valencia, las segunda y tercera capital de España, y también Alicante, como reclaman los empresarios.

placeholder Vicente Boluda (i), y el presidente del Cercle d'Economia, Juan José Bruguera (d), posan con letreros reivindicativos del Corredor Mediterráneo en un acto en Tarragona. (EFE)
Vicente Boluda (i), y el presidente del Cercle d'Economia, Juan José Bruguera (d), posan con letreros reivindicativos del Corredor Mediterráneo en un acto en Tarragona. (EFE)

Esta falta de concreción ha desatado críticas desde Valencia, donde este miércoles el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha denunciado que el 80% del volumen total de inversiones realizadas hasta ahora por el Estado en el Corredor Mediterráneo ha ido a parar a tramos correspondientes a ejes radiales que conectan con Madrid. Josep Vicent Boira, ha denunciado incluso que se están pagando obras de la conexión entre Atocha y Chamartín con fondos europeos destinados al Corredor Mediterráneo, gracias a la inclusión del ramal central en las Redes Transeuropeas de la Comisión Europea, como refleja este documento.

Ataque de celos en Valencia

En este sentido, el tuit del ministro de Fomento el día de su visita a Castellón, vinculando el Corredor Mediterráneo con las conexiones a Madrid (“El #corredormediterraneo avanza. Castellón estará a 2h 25 min de Madrid gracias a este nuevo tramo que he visitado hoy”) no ha sentado nada bien en el Gobierno del Botánico que ha interpretado que el Ejecutivo central sigue en clave radial sin apostar claramente por las conexiones entre territorios periféricos.

La lluvia de promesa en Cataluña ha desatado además un ataque de celos en Valencia y otras autonomías, donde se han lanzado mensajes de sentimiento de agravio. El Gobierno valenciano ha recordado a Rajoy que desde 2012 solamente se han ejecutado algo más de 15 millones de euros en las Cercanías valencianas, frente a los 3.900 millones que planea invertir en Cataluña hasta 2025 el Ejecutivo central.

Antes algunas de estas críticas, Rajoy se ha tenido que pronunciar desde Malta para asegurar que el aumento de las inversiones será también "para el conjunto de España".

Las infraestructuras de transporte no solamente sirven para mover pasajeros y mercancías. También cohesionan territorios. Refuerzan lazos comerciales y contribuyen a integrar núcleos económicos y poblacionales. Esta filosofía, más allá de los intereses puramente materiales, está también detrás de los colectivos civiles y empresariales que, tras años de demoras en el proyecto, han dado un paso adelante para subir el tono en la reivindicación de la finalización del Corredor Mediterráneo, una de las iniciativas a la que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha abrazado para restar potencia al argumento victimista del independentismo catalán.

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