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Los promotores de toda la vida no se creen la burbuja de la recuperación del ladrillo
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no hay más demanda de obra nueva y gana el alquiler

Los promotores de toda la vida no se creen la burbuja de la recuperación del ladrillo

Fondos especulativos, papel de la banca, ausencia de financiación y rentas más bajas…La antaño poderosa Asociación de Promotores de Valencia considera una quimera iniciar nuevos proyectos

Foto: Juan Manuel Luis Hortolano y José Luis Miguel. (APCV)
Juan Manuel Luis Hortolano y José Luis Miguel. (APCV)

Hubo un tiempo en que la Asociación de Promotores y Agentes Urbanizadores de Valencia tocaba dinero y poder. Disponían de amplias oficinas en el centro de la ciudad y entre sus asociados figuraban algunas de las mayores fortunas de España, como es el caso de Bautista y Juan Soler o Andrés Ballester. Eso era en la época de la burbuja inmobiliaria, cuando las promociones inmobiliarias crecían como champiñones y el crédito bancario fluía casi regalado por unas entidades financieras ansiosas de engordar su balance. De todo eso ya no queda nada y el sector ha experimentado un profundo cambio y, aunque algunos de los asociados permanecen (IGSA, Salvador Vila, Rover Alcisa) la capacidad económica y de influencia como ‘lobby’ se ha mermado hasta el punto de que hoy la asociación ocupa un discreto despacho de veinte metros cuadrados en un centro de negocios de Valencia.

Foto: La zona residencial que rodea a la Ciudad de las Ciencias de Valencia también ha visto crecer la demanda residencial. (EFE)

José Luis Miguel, presidente de la APCV (adscrita a Asprima), ha comparecido este viernes ante los medios de comunicación para lanzar la advertencia de que la realidad para el sector de toda la vida es mucho más dura que las noticias de recuperación inmobiliaria que en los últimos meses circulan por los medios de comunicación: ni se están poniendo en marcha nuevos proyectos ni la demanda de vivienda ha llegado todavía a la obra nueva en la Comunidad Valenciana a excepción de algunas zonas de la costa, como Alicante. “Han cambiado mucho las reglas del sector. Ahora hay nuevos competidores, los fondos de inversión, con un alto componente especulativo, las entidades financieras, que acaparan el suelo; el propio hecho que ya no se financia suelo; o los cambios legislativos constantes”, dice.

placeholder Una de las fotografías de tendencias del sector del informe de Socioestudios para los promotores.
Una de las fotografías de tendencias del sector del informe de Socioestudios para los promotores.

El presidente de los promotores aconseja en ocasiones a sus asociados esperar y ver. “Lo recomendable es que quine tenga un suelo lo mantenga. Hay muchos planeamientos en contra del desarrollo de nuevos suelos. Son instrumentos que restringen el desarrollo de nuevas ubicaciones. Una buena decisión para nosotros sería no hacer nada”, sentenció en su comparencia. "Lo que debemos hacer los promotores es aprovechar aquellos nichos que van dejando esos nuevos operadores, como el extrarradio de las ciudades con actividad industrial y la rehabilitación de las viviendas de los centros históricos”, explicó Miguel.

Un estudio encargado por los promotores a la consultora Socioestudios revela que el incremento de la demanda de vivienda se está concentrando básicamente en pisos de segunda mano. Si en la recta final del boom, en los años 2006-2007, la vivienda usada representaba el 38% de todo lo que se vendía frente al 62% de obra nueva, esa relación se ha invertido completamente. Hoy más de ocho de cada diez inmuebles que se venden son de segunda mano, explicó el autor del estudio José Manuel Luis Hortolano, también profesor de Sociología y Antropología Social de la Universidad de Valencia.

Foto: Terrenos del Manhattan de Cullera, uno de los PAI paralizados por la crisis. (EFE)

“El mercado más vital es el de segunda mano y hay que tener en cuenta desde dónde venimos. Aunque se habla de un repunte de la demanda, se trata de una demanda débil todavía, porque cuando se pide financiación se exige a los clientes unos ratios de solvencia que no pueden tener”, añadió Hortolano. El descenso en las rentas medias acumulado durante la crisis está provocando que cada vez más los nuevos hogares se constituyan a través del alquiler y no de la propiedad de los inmuebles. En la Comunidad Valenciana el porcentaje de población que vive en vivienda familiar propia ha bajado del 84% al 77%, rompiendo así la tendencia y la cultura de la compra de inmueble tradicional en España.

El problema para los promotores de tamaño medio o pequeño es que embarcarse en la promoción de viviendas dedicadas al alquiler requiere de altas concentraciones de capital previo del que no disponen. “No hay crédito promotor de 20 o 25 años”, apuntó Hortelano.

Hubo un tiempo en que la Asociación de Promotores y Agentes Urbanizadores de Valencia tocaba dinero y poder. Disponían de amplias oficinas en el centro de la ciudad y entre sus asociados figuraban algunas de las mayores fortunas de España, como es el caso de Bautista y Juan Soler o Andrés Ballester. Eso era en la época de la burbuja inmobiliaria, cuando las promociones inmobiliarias crecían como champiñones y el crédito bancario fluía casi regalado por unas entidades financieras ansiosas de engordar su balance. De todo eso ya no queda nada y el sector ha experimentado un profundo cambio y, aunque algunos de los asociados permanecen (IGSA, Salvador Vila, Rover Alcisa) la capacidad económica y de influencia como ‘lobby’ se ha mermado hasta el punto de que hoy la asociación ocupa un discreto despacho de veinte metros cuadrados en un centro de negocios de Valencia.

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