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Soler y Soriano: historia de los dos morosos de Hacienda que presidieron el Valencia CF
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Soler y Soriano: historia de los dos morosos de Hacienda que presidieron el Valencia CF

La aparición de los Soler y Vicente Soriano en la lista de Montoro es el penúltimo capítulo de una bronca que incluye detectives privados, un extraño caso de intento de secuestro y ruinas personales

Foto: Fotografías de archivo de Vicente Soriano (i) y Juan Soler. (EFE)
Fotografías de archivo de Vicente Soriano (i) y Juan Soler. (EFE)

La lista de deudores con la Agencia Tributaria publicada el pasado 23 de diciembre por el Ministerio de Hacienda salpica de lleno a dos apellidos conocidos en el mundo del fútbol y, en especial, en la afición valencianista. Bautista Soler, Juan Soler y Vicente Soriano, los dos últimos expresidentes del Valencia CF, figuran como morosos de la caja pública de forma directa o indirecta.

El primero lo hace a título personal por importe de 1,1 millones de euros. Pero dos sociedades a las que está vinculado también aparecen. Se trata de Essiv Ingest, una mercantil ahora en liquidación con una deuda tributaria de cinco millones de euros, y de Cumbres del Mediterráneo, a la que la Agencia Tributaria reclama 2,3 millones. Soriano es presidente y consejero delegado de esta última sociedad. La suma total eleva los pagos pendientes con Hacienda por encima de los ocho millones de euros.

Juan Soler, el promotor hijo de Bautista (un incondicional de la lista Forbes de grandes fortunas españolas, ex de Metrovacesa y ex de la gala Gecina), tampoco escapa a la vigilancia de la Agencia Tributaria. La sociedad matriz de sus negocios se llama Urbanas de Levante y adeuda 11,8 millones de euros al Fisco, según el listado publicado por orden de Montoro. La mercantil está en plena fase de liquidación tras entrar en concurso de acreedores. El juez ha subastado hasta su chalet de descanso familiar en la localidad valenciana de Turis. Hubo un tiempo en que el Kirios, un Astondoa 102 GLX de 31 metros de eslora, era el yate más grande atracado en el Club Náutico de Jávea. En 2009 lo puso a la venta. Juan Soler es un hombre arruinado, económica y personalmente. Enfermo y, según corre por los burladeros de la burguesía local valenciana, sostenido por su padre.

El patriarca Bautista Soler (ex Gecina) es otro de los perseguidos por el Fisco. Las empresas dueñas de la tenedora Mag Import adeudan 19,6 millones

Y eso que el patriarca Bautista es otro de los perseguidos por el Fisco. Sus empresas Mercado de Construcciones e Inmobiliaria Lasho adeudan a la Agencia Tributaria 5,4 millones y 14,2 millones de euros, respectivamente. Estas dos sociedades son las accionistas de Mag Import, la mercantil con la que Bautista Soler participaba en la inmobiliaria francesa Gecina. Esa participación, como la de su compañero de andanzas Joaquín Rivero (Alteco), está ahora en manos de fondos buitre como Blackstone o Ivanhoe, que ejecutaron las acciones como garantía de los millonarios préstamos bancarios que sirvieron para solventar el conflicto con los Sanahuja en Metrovacesa. Pero esa es otra historia.

Juan Soler vive obsesionado con Soriano. Le atribuye todos los males de su situación económica. El fútbol, o mejor dicho, el Valencia CF. Ese fue el principio del fin

Juan Soler vive obsesionado con Soriano. Le atribuye todos los males de su situación económica. Soriano y el fútbol, o mejor dicho, el Valencia CF. Ese fue el principio del fin. En 2004 accedió a la presidencia del club con el talonario en la mano. Suya es la génesis de la Operación Mestalla: Estadio nuevo a cambio de recalificación de terrenos. El pelotazo soñado, el gran dorado de cualquier especulador. Lo arrastró a él, a Soriano y después también a Rodrigo Rato. Aún no está claro si también hará lo propio con Peter Lim. En 2009 le vendió sus acciones en el club a Vicente Soriano por 72 millones de euros, pero éste en lugar de pagarle con dinero lo hizo con “papelitos”, con pagarés que conducían a ninguna parte.

Soriano, que alcanzó la presidencia del Valencia CF ese mismo año, planeaba revender los títulos a un enigmático magnate uruguayo, Víctor Vicente Bravo, y a su empresa Dalport para obtener una buena plusvalía. Bravo también llegó a Valencia con pagarés, supuestos “papelitos” de la multinacional Ford avalados por el Estado de Nevada, ahí es nada.

Y en nada se quedaron los “‘papelitos”. La Generalitat valenciana en manos de Francisco Camps forzó una ampliación de capital que diluía los títulos de Dalport y Bravo se borró del mapa (tres años después sus allegados anunciaron su muerte en accidente de tráfico en la provincia argentina de San Luis) y con él la solvencia de los pagarés americanos. Soriano intento deshacer la operación con Soler, pero éste se negó. Quería su dinero. Lo necesitaba para poner a salvo su emporio empresarial, asfixiado por más de 100 millones de pasivo con los bancos y el desplome de la actividad inmobiliaria.

Una informe de una agencia de detectives atribuye a Soriano una fortuna oculta de 30 millones. El empresario lo niega e insiste en que es insolvente

Ante los impagos, Soler llevó a Soriano a los tribunales civiles. Tiene a su favor ya dos sentencias del Tribunal Supremo que obligan al segundo a desembolsarle 65 millones de euros. Pero Soriano nunca ha querido pagar. Ha alegado que también está arruinado y se ha declarado insolvente. La familia Soler encargó hace tres años a una conocida agencia de detectives privados de Valencia, Distrito 46, un informe sobre posibles propiedades ocultas y evasión de capitales a Suiza y Andorra de Vicente Soriano.

Este documento ha sido un incorporado a una querella por insolvencia punible y alzamiento de bienes contra el empresario y sostiene que escondió 30 millones en cuentas en el extranjero tras hipotecar patrimonio a nombre de sociedades controladas por testaferros. Desde 2010 algunas mercantiles ligadas a Soriano (Viss Business Capital, Viss Desarrollos, Viss Sport Development, Interviss Mediterránea o la citada Eviss Ingest) conducen a una tal Desamparados Bodí Doménech, que figura como única accionista. Todas tiene el domicilio en la misma calle de Valencia, razón social de los negocios del expresidente valencianista.

El hijo de Juan y nieto de Bautista intenta ahora cobrar la deuda de 72 millones por el impago de las acciones del Valencia CF y se ha querellado contra Soriano

Soriano lo ha negado todo ante el juez. Insiste en su insolvencia. Pero los Soler no sueltan la presa. Ahora es el hijo de Juan, nieto de Bautista, el que trata de cobrar a toda costa tras tomar el relevo de su padre, enfermo y deprimido.

El epílogo más escabroso de la larga batalla que libran estos empresarios valencianos ha sido la causa abierta por una presunta tentativa de secuestro a Vicente Soriano para obligarle a aflorar su supuesta fortuna oculta para pagar sus deudas. El origen está en la denuncia de un confidente de la policía que presentó una grabación en la que conversaba con Juan Soler sobre el posible intento de retención ilegal. Tras la sospecha de intentos de extorsión y la negativa del confidente (que pasó de testigo protegido a imputado) a ratificarse en el tribunal en sus acusaciones, el juez archivó el caso el pasado verano. Soriano recurrió este archivo. Lo único claro de este turbio asunto es que el colaborador policial no es trigo limpio. En septiembre fue condenado a 11 años de cárcel por robo con fuerza y retención ilegal en otro caso penal.

La lista de deudores con la Agencia Tributaria publicada el pasado 23 de diciembre por el Ministerio de Hacienda salpica de lleno a dos apellidos conocidos en el mundo del fútbol y, en especial, en la afición valencianista. Bautista Soler, Juan Soler y Vicente Soriano, los dos últimos expresidentes del Valencia CF, figuran como morosos de la caja pública de forma directa o indirecta.

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