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Alfonso Rus, el ocaso del alcalde del Ferrari
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SUSPENDIDO DE MILITANCIA ALFONSO RUS

Alfonso Rus, el ocaso del alcalde del Ferrari

La suspensión de militancia de Alfonso Rus tras la aparición de unas grabaciones en las que se habla del cobro de comisiones supone el fin de un personaje muy peculiar de la política valenciana

Foto: Alfonso Rus, en un acto del PP celebrado esta misma semana. (Efe)
Alfonso Rus, en un acto del PP celebrado esta misma semana. (Efe)

Alfonso Rus, detenido este martes, tuvo un Ferrari. Lo compró antes de ser alcalde de Xàtiva (Valencia) fruto de sus beneficios como empresario. Cuando entró en política y comenzó a frecuentar la sede del Partido Popular en Valencia alguien le advirtió de que igual no era una buena idea llegar a la puerta con el deportivo y Rus dejó de usarlo.

Sin embargo, el carácter fanfarrón y exageradamente extrovertido del empresario no desapareció. De hecho esa forma de ser es la que le sirvió para incrementar su poder en el partido de forma exponencial hasta convertirse en el presidente provincial y en un auténtico contrapoder en su misma formación desde la Diputación de Valencia. Nada en la dirección del PP de la Comunitat Valenciana se podía decidir sin su consentimiento.

En ese escenario se ha movido un inseguro Alberto Fabra en sus algo más de tres años como presidente del PPCV y de la Generalitat Valenciana. Los intentos por controlar el partido, al que llegó designado por Génova tras la dimisión forzada de Francisco Camps, siempre chocaron con Rus. Por eso cuando en las últimas semanas los mentideros políticos de Valencia ponían en el disparadero al líder provincial por un supuesto caso de corrupción, con grabaciones incluidas, se adelantaba una guerra interna en el PP que solo era cuestión de tiempo que estallara.

Lo hizo esta misma semana. Los confirmación de rumores sobre la existencia de unas grabaciones en las que dos personas de la estrecha confianza de Rus comentaban el cobro de comisiones a empresas que después se repartían entre ellos y la publicación de un audio en el que se escucha a Rus contar billetes -hasta 12.000 euros, "dos millones de pelas"- desencadenaron la batalla.

El caso Imelsa (empresa pública de la Diputación de Valencia a través de la que supuestamente se realizaba el cobro de comisiones) está siendo investigado por la Fiscalía Anticorrupción. No hay denuncia formal en un juzgado ni imputaciones. Pero el contenido de las grabaciones, que realizó un excolaborador de Rus ahora en paradero desconocido, fueron suficientes para que Fabra tomara la decisión de pedir a su presidente provincial que dimitiera.

Rus se negó. Este mismo sábado, desbocada la presión mediática, de todos los partidos de la oposición y de la dirección del PP valenciano, el líder provincial emitió un comunicado en el que retaba a su partido. Rechazaba cualquier responsabilidad en el caso recordando que no está ni imputado ni se reconoce en las informaciones que le sitúan en el caso, y anunciaba que no renunciaría ni a su cargo público ni orgánico.

Solo unas horas más tarde el comité de garantías del PPCV, reunido de urgencia y con el conocimiento de Génova, elevó una propuesta a la dirección nacional para que se suspendiera de militancia a Rus por los hechos. Todo a 22 días de unas elecciones en las que Rus opta a la reelección a la alcaldía de Xàtiva y, con ella, a la presidencia de la Diputación.

La decisión del PPCV supone la defenestración de Rus. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, dio una pista del ocaso del alcalde del Ferrari horas antes de materializarse. Aseguró sentirse abochornada por las grabaciones. Era la señal de que en Génova habían dado el visto bueno, según los círculos del PP valenciano dada la estrecha relación de la alcadesa con Mariano Rajoy. Precisamente el presidente del PP viaja el martes a Valencia a un acto del partido.

Las consecuencias de todos los hechos desencadenados en las últimas horas son aún imprevisibles. Fuentes del partido aseguran que Rus se ha quedado solo, si bien no saben cuál será su reacción de resistencia. De momento la candidatura del PP en Xàtiva es una incógnita. También lo es la dirección del partido en la provincia de Valencia, controlada por Rus y, en su ausencia, por su número dos, Vicente Betoret.

Pero lo cierto es que todo este escenario supone el ocaso de un personaje muy peculiar de la política valenciana. "Si alguien ha puesto la mano en la caja, que se la corten", dijo una vez en público. Y aunque él niega la mayor, esa exigencia es la que Fabra esgrime que ha aplicado. Las próximas horas serán decisivas para saber hasta qué punto Rus está dispuesto a plantear batalla.

Alfonso Rus, detenido este martes, tuvo un Ferrari. Lo compró antes de ser alcalde de Xàtiva (Valencia) fruto de sus beneficios como empresario. Cuando entró en política y comenzó a frecuentar la sede del Partido Popular en Valencia alguien le advirtió de que igual no era una buena idea llegar a la puerta con el deportivo y Rus dejó de usarlo.

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