El PP cierra la campaña reivindicando como suya una victoria del constitucionalismo

Es posible el éxito a pesar de la derrota. Es posible ganar aunque se pierda. El PP cerró este miércoles la campaña transmitiendo un mensaje casi metafísico, un anticipo de la narrativa post electoral que prepara Génova: el batacazo que vaticinan las encuestas (y que le condenan a competir con la CUP por el sexto puesto) no tiene importancia siempre que los constitucionalistas sumen escaños suficientes para sacar a los independentistas de la Generalitat y para cerrar, al menos por ahora, la crisis que ha mantenido al país en vilo desde finales de septiembre. La idea flotaba en el ambiente en el acto de cierre de campaña y, sobre el estrado, la verbalizaba Xavier Garcia Albiol sin circunloquios: "El próximo jueves no se trata de quién gana las elecciones (...) Se trata de sumar para poder llevar a cabo un gobierno alternativo al independentismo después de 40 años (...) En Cataluña ganar no significa gobernar. Lo más importante es que las fuerzas constitucionalistas podamos sumar el día 21".

El PP espera que la crisis catalana le permita ganar en otras latitudes lo que pierde en Cataluña y cerró campaña en un mitin optimista, breve, formato banquete, en el recinto de la Fira de Barcelona. Acudieron varias caras conocidas del PP como el delegado de gobierno Enric Millo o la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat. Y cerró la actuación Mariano Rajoy, omnipresente en lo últimos días. El presidente no se salió del guión repetido en los últimos días. "El primer punto de nuestro programa electoral es la unidad de España. El segundo es la soberanía nacional que dice que quien tiene que decidir lo que es España son los españoles". Reivindicó el voto al PP como el "voto seguro, el voto eficaz", un partido "predecible, seguro y serio" y dijo que los constitucionalistas son "los representantes del lado bueno de esta historia, que lo hay".

Queda poco ya para el jueves y de momento el resultado es empate a cero

Rajoy lamentó "profundamente" el "sufrimiento sentido por muchos catalanes en los últimos meses", que consideró consecuencia de "una afrenta de unos pocos contra muchos". Pronosticó que "Cataluña va a ganar" porque "estas elecciones ya han roto al separatismo" y porque "los catalanes han recuperado su voz". Y prometió que las del jueves "serán unas elecciones democráticas, con todas las garantías" que convocó "como presidente de la nación porque otros no fueron capaces de cumplir con su responsabilidad". Terminó barajando pactos post electorales, sin sorpresas: "Estamos abiertos a hablar con los partidos constitucionalistas". Y concluyó: "Queda poco ya para el jueves y de momento el resultado es empate a cero".

[El cierre de campaña de los partidos para el 21-D, en imágenes]

Antes que él habló el candidato popular en Cataluña, Xavier García Albiol, que preparó al auditorio para su frase más desinhibida asegurando que no le importa que le llamen "duro" y "radical": "Si hay alguien que se ha partido la cara es el PP. Nos hemos partido la cara y lo volveríamos a hacer las veces que haga falta. Frente al PP no vais a poder". Después dijo que Carles Puigdemont y Oriol Junqueras se creían "por encima del bien y del mal" y les interpeló: "Mirad como estáis, uno detenido y en la cárcel provisional y otro a mil kilómetros de Cataluña porque le tiene miedo a la democracia y al PP".

Habló de una campaña "muy intensa" en la que "el Partido Popular ha estado a la altura de las circunstancias" y para llegar a "unas elecciones que han servido para recuperar la democracia en Cataluña que los independentistas habían puesto en riesgo". Reivindicó una vez más el 155 y el papel de Rajoy, de quien dijo que ha sido el único que "ha tenido el valor de plantar cara al independentismo" y de "poner el punto sobre las íes al independentismo". "El PP", culminó, "ha parado el 'procés' independentista", un proceso que "está a punto de llegar al punto y final".