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El PSC pasa al cuerpo a cuerpo con Rivera y hace bandera de su propuesta "catalanista"
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ARRANQUE OFICIAL DE LA CAMPAÑA DEL 21-d

El PSC pasa al cuerpo a cuerpo con Rivera y hace bandera de su propuesta "catalanista"

La dirección cree que hay que centrar los ataques en el líder de Cs, que ha "tapado" a Arrimadas y que encarna un perfil "más duro". Iceta hará hincapié en cuestiones como la mejora de la financiación

Foto: Miquel Iceta y Ximo Puig, en la III Convención Federalista organizada por la Fundación Campalans, este 2 de diciembre en Barcelona. (Jordi Play | PSC)
Miquel Iceta y Ximo Puig, en la III Convención Federalista organizada por la Fundación Campalans, este 2 de diciembre en Barcelona. (Jordi Play | PSC)

El PSC persigue un objetivo desde que se convocaron las elecciones del 21-D. Disputar la segunda plaza a Ciudadanos, reconquistar la posición preeminente en el campo constitucionalista. Y lo cree posible, lo que aumentaría las opciones de investidura de Miquel Iceta. Eso explica que la campaña tenga un claro cariz presidencialista, y que los ataques a Ciudadanos —más duros los dirigidos desde el PSOE que los lanzados por el propio PSC, en una especie de reparto de papeles: poli malo y poli bueno— hayan arreciado en las últimas semanas y continúen en la recta final. Pero ahora que arranca la campaña oficial, se afina un poco más en esa estrategia: las críticas se centrarán más en Albert Rivera, al que identifican como más duro y más claramente escorado a la derecha, que con la candidata, Inés Arrimadas, a la que luego pedirán su apoyo si no hay mayoría absoluta independentista. Y, al tiempo, para atrapar votos entre los antiguos electores nacionalistas, el PSC hará hincapié en su oferta "catalanista" moderada, como ha venido haciendo en la última semana con su reclamación de una quita de la deuda y de un consorcio tributario.

Ya tras el paso de Arrimadas por 'Mi casa es la tuya' —como Iceta—, en Telecinco, fuentes de la cúpula de los socialistas catalanes apreciaban que la cabeza de cartel de la formación naranja se había visto "eclipsada", en su charla con Bertín Osborne, por su jefe de filas. Era una forma de decir que a la aspirante le falta autonomía, que el presidente de Cs no le deja espacio y que la "teledirige". Este domingo, en una entrevista con 'La Razón', el primer secretario incidía en esa línea. "No sé por qué [Rivera] se dedica a fastidiar la campaña de Inés Arrimadas", contesta Iceta al comentario de que su propuesta de consorcio tributario con el Estado ha suscitado fuertes críticas del líder centrista.

"Albert está opacando a Inés y ella está desdibujada en el arranque de campaña. No tiene posiciones propias", subrayan en el sanedrín de campaña

No era, desde luego, una valoración hecha a humo de pajas. En el comité de campaña del PSC, que capitanean el secretario de Organización, Salvador Illa, y la número dos por Barcelona, Eva Granados, se hace ese mismo análisis y se ha decidido utilizarlo como herramienta de combate. "Rivera está tapando a Arrimadas. Y es él quien está cogiendo la campaña por los cuernos. A fin de cuentas, Cataluña es su territorio. Inés, además, tiene un perfil más conciliador. Lo que percibimos, desde luego, es que él la está opacando mucho y que ella está muy desdibujada en el arranque de campaña. No tiene posiciones propias ni tiene un hueco claro", subraya a este periódico uno de los miembros del sanedrín del PSC.

Foto: Miquel Iceta e Inés Arrimadas, charlando en el sofá y en la cocina de 'Mi casa es la tuya' con Bertín Osborne. (EC)

El PSOE, a degüello

El cuerpo a cuerpo con Rivera tiene varias ventajas para los socialistas catalanes. Primero, porque a su juicio hace más creíble la sentencia de que Cs es "la derecha", tanto o más que el PP, uno de los ejes discursivos de PSOE y PSC en este camino hacia el 21-D. En la dirección explican que Rivera tiene el flanco débil de su pacto con Mariano Rajoy —incumplido por cierto en más de un 85%, según se encargó de machacar Ferraz—, mientras que Arrimadas no tiene ese hándicap y cuenta con un perfil "más amable, menos duro".

Al elevar el tono hacia Rivera, permite encargar el combate duro al PSOE y evita cargar en exceso contra Arrimadas, de la que Iceta precisará su voto

Dos, porque al elevar el tiro hacia el presidente de la formación naranja quien puede protagonizar el combate dialéctico es Pedro Sánchez y su ejecutiva. Y ya lo hace. El secretario general atiza con mucha frecuencia a Cs y coloca a Rivera "a la derecha del PP", lo ridiculiza incluso llamándole "media naranja" de Rajoy. Su número dos, Adriana Lastra, llevó el argumento al extremo al equiparar al jefe naranja con José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange, aunque luego tuvo que recular y pedir disculpas. Los socialistas creen fundamental afianzar en el electorado la asociación de Cs con "la derecha", porque el PP y Rajoy son muy impopulares en Cataluña. Claro que dibujar esa línea tiene su contraindicación: en 2016 fue Sánchez quien firmó un acuerdo con Rivera y quien hasta la reelección del jefe del Ejecutivo incluía a Cs dentro de la categoría de partidos "del cambio", en pie de igualdad con Unidos Podemos.

Foto: La candidata de Ciudadanos a la Generalitat, Inés Arrimadas. (EFE)

Tercer elemento importante: golpear a Rivera, como convienen distintos dirigentes del PSC, "no tiene tanto coste". El líder centrista no es candidato el 21-D y seguirá como diputado en el Congreso. Hacer recaer en él los ataques evita cargar en exceso contra Arrimadas, a la que Iceta puede tener que pedir su apoyo si no se reeditara una mayoría absoluta secesionista en el Parlament.

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Además, la estrategia permite mantener el desdoblamiento de papeles entre los dos partidos hermanos. El PSOE, más duro contra Ciudadanos y su presidente, y el PSC, menos directo e hiriente. De hecho, fue Iceta quien hace justo una semana abrió la puerta a "otras posibilidades" de investidura —una alternativa, por otro lado, remota, ya que los 'comuns' nunca apoyarían a Cs, pero se lo podrían pensar con el PSC—, mientras que Ferraz ha emitido un mensaje más rotundo: no a hacer Arrimadas presidenta. El primer secretario siempre recrimina a la formación naranja su falta de propuestas para salir del conflicto, ya que no basta, a su juicio, con decir no a la secesión de Cataluña, pero reconoce que personalmente se lleva bien con la candidata centrista, que es incluso una "mujer fantástica".

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El candidato presidenciable

Pese a los ataques, en el comité de campaña del PSC no creen que haya especiales dificultades para entenderse con Cs llegado el caso tras el 21-D: "Ellos hacen 'marketing' político, en el buen sentido de la palabra, y son tremendamente pragmáticos". La dirección del PSC no esconde que la frontera con los naranjas no está taponada, porque Arrimadas no está desplomándose en los sondeos, por lo que necesita incidir en lo que entienden como una "reorientación ideológica de su proyecto", hacia la derecha, y también en que es Iceta quien goza de la condición de presidenciable, y no ella.

Las críticas irán más hacia Cs, con quien el PSC se disputa la plata. Los 'comuns' se siguen "hundiendo solos": Iceta deberá "explotar sus contradicciones"

El sanedrín de campaña ha determinado que, además de combatir durísimamente a los independentistas —ellos son los que, lógicamente, más están en la diana del PSC—, ha de seguir su estrategia de disputa con Cs. No tanto con los 'comuns', a quienes ven "hundiéndose ellos solos". Lo que le toca hacer a Iceta, analizan, es "explotar sus contradicciones". Pero el nicho de la izquierda no independentista creen que apoyará a los socialistas. Una prueba que citaban este domingo: en el estreno, este domingo en Barcelona, de 'Federal', el documental firmado por Albert Solé, "no acudió ni uno de los referentes de Podemos".

placeholder Albert Rivera y Pedro Sánchez charlan durante el último desfile del 12-O, en Madrid. (Reuters)
Albert Rivera y Pedro Sánchez charlan durante el último desfile del 12-O, en Madrid. (Reuters)

El último elemento de confrontación con Cs ha sido la mejora de la financiación autonómica. El estado mayor del PSC está convencido de que el hecho de que hayan tenido recorrido mediático sus propuestas, pese a que hayan generado ruido dentro del PSOE, es "positivo", puesto que refuerza su perfil de fuerza "catalanista". En esta semana, se han destacado dos ideas: una quita de la deuda de Cataluña y de otras comunidades autónomas y una Hacienda federal con la que la Generalitat asuma "toda la responsabilidad fiscal y de gobierno que ello supone, y por tanto también la recaudación y gestión —en consorcio con la Administración central del Estado, tal como dice el Estatut— de todos los impuestos" que se pagan en Cataluña, según defendía en 'El Mundo'.

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Iceta ha recibido el apoyo del PSOE, como era esperable, dada la coordinación total con Sánchez. Ferraz encontró "positivo y legítimo", según su secretario de Economía, Manu Escudero, que el PSC ponga sobre la mesa la infrafinanciación de las comunidades y apueste por una posible solución. Pero la dirección se abre a otras opciones. Cree que es responsabilidad del Gobierno central el hacer la propuesta técnica, y entiende que han de resolverse los casos de mala financiación de ciertas CCAA, bien vía condonación de la deuda o con fórmulas como la compensación a futuro. "Hay que afrontar el problema, pero no decimos cómo", considera Escudero. El dirigente también advertía de que lo que propone el PSC no es una Hacienda catalana, sino un consorcio tributario, que está contemplado en el Estatut y en la 'Declaración de Barcelona' que ambas formaciones firmaron en julio.

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Esperanzados con el 21-D

Las dos propuestas han agitado las aguas en el resto del PSOE, no obstante. Algunas federaciones, como Andalucía, Extremadura o Aragón, han chocado o cuestionado estas medidas y han recordado que la reforma del sistema de financiación ha de preservar la igualdad entre los ciudadanos, vivan donde vivan. "Nosotros no pedimos nada que no pidamos para otros", volvía a tranquilizar Iceta este sábado, quien subrayaba el carácter federal de su oferta.

El candidato seguirá defendiendo una mejor financiación para Cataluña frente a Cs y PP, y frente a los secesionistas, "que han renunciado a ello"

Rivera ha combatido con dureza el programa del PSC, partido que pretende ser "una mala copia de los nacionalistas y una mala copia no gana elecciones", decía el sábado en Barcelona. Iceta no se ha achantado ni por la distorsión interna en el PSOE ni por los ataques de los naranjas y de los populares. "Ciudadanos y el PP no mejorarán la financiación de Cataluña y los independentistas han renunciado a ello", así que "los que quieran mejorar la financiación deberán centrarse en los socialistas", señalaba el primer secretario.

El candidato ahondará en esa línea, convencido de que ha de dirigirse al electorado catalanista templado desengañado del rumbo independentista imprimido por los herederos de Convergència. "Queremos hacer una campaña en positivo, explicar las propuestas, explicar nuestro proyecto de reconciliación de Cataluña, incidir en que hay que cambiar el rumbo porque no podemos seguir en la colisión, recordar nuestro proyecto de catalanismo pragmático", resume uno de los capitanes del sanedrín del 21-D.

Miquel Iceta: "Nosotros no pedimos nada que no pidamos para otros"

Los socialistas afrontan las elecciones autonómicas esperanzados. Las encuestas animan y aseguran que habrá subida. La duda es si será suficiente, en caso de que se confirme, para superar a Ciudadanos. Confían en que su estrategia funcione.

Campaña en todos los territorios... y con Manuel Valls y Anne Hidalgo como sorpresas de la recta final

El comité de campaña del PSC asegura que el candidato estará "en todos los territorios", en las cuatro provincias catalanas, aunque obviamente será zona prioritaria el área metropolitana de Barcelona, la que Cs le arrebató en 2015. Pero no se centrará en ese cinturón, promete, "más que en otras ocasiones". De hecho, la dirección espera crecer en Barcelona, sí (hace dos años consiguió 12 de sus 16 escaños totales), pero también en Tarragona, Lleida y, en menor medida, Girona

Miquel Iceta arranca campaña oficial este lunes por la tarde en un feudo histórico, L'Hospitalet de Llobregat. El martes, le arropará el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, en el Baix, en la localidad de Sant Andreu de la Barca, otro municipio joya para el PSC. El miércoles, el candidato irá al Vallès Oriental (a Canovelles). El jueves, se repartirá entre un acto sectorial, con mayores, por la mañana, y el primer debate de candidatos, en TVE. El viernes, estará en Sant Boi y en Terres de l'Ebre (Tarragona). El sábado 9, Iceta y Pedro Sánchez recorrerán Tarragona y el Maresme (Mataró). Y el domingo toca Lleida. 

La segunda semana, la más decisiva, ya pasado el puente de la Constitución y de la Inmaculada, arrancará en el Barcelonès Nord (Badalona), con el exministro Ángel Gabilondo. El martes, estará en el Vallès Oest (Rubí), con la presidenta balear, Francina Armengol. A partir del 15 de diciembre, el primer secretario recibirá el apoyo de Josep Borrell (a quien el PSC ve como un potente activo para arañar votos a Ciudadanos, dado su discurso más jacobino), además del segundo fin de semana de campaña con Sánchez. Los dos líderes protagonizarán en Barcelona el acto central de la campaña, el domingo 17. El cierre será en Cornellà, donde Iceta comenzó su carrera institucional

Faltan por encajar las grandes sorpresas de la recta final: los apoyos del ex primer ministro socialista francés Manuel Valls —ahora en las filas del presidente, el centrista Emmanuel Macron—, y la alcaldesa de París, la socialista Anne Hidalgo, que ya respaldó a Sánchez en su campaña de primarias

El PSC persigue un objetivo desde que se convocaron las elecciones del 21-D. Disputar la segunda plaza a Ciudadanos, reconquistar la posición preeminente en el campo constitucionalista. Y lo cree posible, lo que aumentaría las opciones de investidura de Miquel Iceta. Eso explica que la campaña tenga un claro cariz presidencialista, y que los ataques a Ciudadanos —más duros los dirigidos desde el PSOE que los lanzados por el propio PSC, en una especie de reparto de papeles: poli malo y poli bueno— hayan arreciado en las últimas semanas y continúen en la recta final. Pero ahora que arranca la campaña oficial, se afina un poco más en esa estrategia: las críticas se centrarán más en Albert Rivera, al que identifican como más duro y más claramente escorado a la derecha, que con la candidata, Inés Arrimadas, a la que luego pedirán su apoyo si no hay mayoría absoluta independentista. Y, al tiempo, para atrapar votos entre los antiguos electores nacionalistas, el PSC hará hincapié en su oferta "catalanista" moderada, como ha venido haciendo en la última semana con su reclamación de una quita de la deuda y de un consorcio tributario.

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