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El PSC se remueve con el fichaje de Espadaler mientras busca encaje a Sánchez en campaña
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HACIA LAS ELECCIONES DEL 21-D

El PSC se remueve con el fichaje de Espadaler mientras busca encaje a Sánchez en campaña

El acuerdo con los herederos de Unió desencadena la salida del alcalde de Gimenells, que emigra sorpresivamente al PP. PSOE y PSC han de pactar aún la presencia del líder madrileño en Cataluña

Foto: Miquel Iceta se abraza con el número tres de su lista, Ramon Espadaler, ante Àngel Ros y Oriol Molins, este 9 de noviembre. (EFE)
Miquel Iceta se abraza con el número tres de su lista, Ramon Espadaler, ante Àngel Ros y Oriol Molins, este 9 de noviembre. (EFE)

El 'procés' ha hecho implosionar en pocos años todo el sistema político catalán. Y uno de los pilares más sensibles, el PSC, sufrió una terrible sangría a partir de 2012, momento a partir del cual comenzó la diáspora de cuadros y militantes más soberanistas. El enfermo se estabilizó a partir de 2014, con la llegada de Miquel Iceta al poder, y salvó el envite de las autonómicas del 27-S de 2015. Pero la traca final del desafío independentista (por ahora), con el referéndum, la declaración unilateral de independencia, la aplicación del artículo 155 de la Constitución y el reto de las elecciones del 21-D están haciendo reverdecer las tensiones internas. Los movimientos actuales poco tienen que ver con el terremoto de hace unos años, pero sí muestran los difíciles equilibrios que tienen que guardar los dirigentes del partido. Y todo ello, además, en coordinación con el PSOE, cuyo secretario general, Pedro Sánchez, participará activamente en la campaña del 21-D, aunque está por definir cómo ni cuánto.

El último listón a saltar por el PSC ha sido el acuerdo con Units per Avançar, la formación heredera de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), el partido de Josep Antoni Duran i Lleida. Un pacto que se ha traducido en la entrada, como número tres de la lista de Barcelona, de Ramon Espadaler, 'conseller' de Interior con Artur Mas y antes de Medio Ambiente con Jordi Pujol. La dirección buscaba, con este guiño, atraer hacia sus siglas al "catalanismo moderado", un espacio huérfano por la disolución de Unió y el viaje independentista de la antigua Convergència, hoy PDeCAT. Pero era muy consciente de que esa apertura al centro —Unió ha representado siempre la democracia cristiana, la derecha catalana— necesitaba compensarla con la incorporación de figuras representativas de la izquierda. Ese fichaje se materializará este viernes: primero, en la comisión de listas, y por la tarde, en el consell nacional, máximo órgano de poder del PSC y encargado de ratificar las candidaturas completas de las cuatro provincias.

La dirección sabía que un acercamiento a la derecha de los ex de Duran debía compensarse con una incorporación de figuras de la izquierda

Aunque el equipo de Iceta se afanaba, el mismo miércoles, cuando se anunció la llegada de Espadaler, en frenar de antemano las críticas, subrayando el carácter "excepcional" de la coyuntura, que obliga a pasos "excepcionales", no ha podido evitar un cierto runrún interior —inferior al previsto—, y los ataques directos de sus rivales. El portazo más rotundo lo dio el alcalde del pequeño municipio, 1.100 habitantes, de Gimenells i el Pla de la Font (Lleida), Dante Pérez. Cerca de las 22 horas, escribió en Twitter que no podía compartir partido con "los nacionalistas de Unió" y anunció que se iba del PSC, no de la alcaldía. Este jueves por la tarde se conoció su destino: el PP le fichaba como número dos por Lleida para las elecciones del 21-D. Un puesto, no obstante, de difícil salida, puesto que los populares solo obtuvieron un escaño por esa circunscripción en 2015. Igual que los socialistas.

Foto: Ramon Espadaler, nuevo número tres del PSC por Barcelona y ex secretario general de Unió, en marzo de 2016. (EFE)

Susanistas y sanchistas, otra vez

El rapidísimo salto del PSC al PP sorprendió a sus compañeros, aunque también supuso un cierto alivio: en la dirección creían que Pérez se retrataba a sí mismo cambiando de marco en apenas unas horas. Y en Ferraz, mientras, no se privaban de recordar un dato que ha recorrido las crónicas de estos dos días, y que es cierto. Pérez actuó de telonero de la presidenta andaluza, Susana Díaz, en su último gran acto de precampaña de primarias, en Madrid.

Para los susanistas, el regidor de Gimenells era el ejemplo de dirigente socialista que con un discurso firme había ganado a los independentistas en un territorio difícil. Ese mismo alcalde ha acabado finalmente en el PP. Claro que para los partidarios de la baronesa no dejaba de ser una contradicción que el PSC, con el beneplácito de Sánchez, que ganó sus primarias alzando la bandera de la izquierda, tendiese puentes con la derecha de los ex de Unió. "Esto de Pedro siempre fue 100% táctico. No ha dicho una sola verdad", lamentaba una veterana, que subrayaba también el apoyo del secretario general al Ejecutivo en la crisis catalana. Los sanchistas, a su vez, destacaban cómo la que prometía no ser la derecha del PSOE, Díaz, había tenido entre sus respaldos públicos y notorios a un cargo fugado a la primera al PP.

Ballart, exalcalde de Terrassa, critica el pacto con Espadaler. Pero Parlon guarda silencio, y tampoco ha habido rechazo del ala izquierda de Pedret

Pérez marchaba apenas una semana después de la salida de otro alcalde, el de Terrassa (Barcelona), cuarta ciudad catalana. Jordi Ballart rompió el carné y dejó el Ayuntamiento por razones contrarias a las del primer edil de Gimenells: por el apoyo de su partido a la aplicación del 155 y por el encarcelamiento del 'exvicepresident' Oriol Junqueras y otros siete 'exconsellers' del GoverGn cesado por decisión de la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela. Además, alegaba falta de apoyo de su partido a sus iniciativas en el Ayuntamiento. Con Ballart renunciaron a su acta otros cinco concejales. El ya exalcalde había firmado con otros tres regidores del PSC —Núria Parlon (Santa Coloma de Gramenet), Josep Mayoral (Granollers) e Ignasi Giménez (Castellar del Vallès)— un comunicado de repulsa al 155. Pero ninguno de ellos siguió los pasos de Ballart. Ellos tres, de momento, se mantienen al frente de sus corporaciones locales, si bien Parlon abandonó su puesto en la ejecutiva federal de Pedro Sánchez, vacante que este sábado será cubierta por una mujer de la máxima confianza de Iceta, Núria Marín, alcaldesa de L'Hospitalet de Llobregat.

Ballart condenó este jueves públicamente el acuerdo del PSC con Units per Avançar, recordando que Unió votó en 2005 en contra del matrimonio gay en el Congreso. "Malas compañías", reflexionaba el ex primer edil, que nunca ha ocultado su homosexualidad.

Ramon Espadaler defiende la alianza con Miquel Iceta como una apuesta por el "no frontismo"

Ataques de los rivales

Desde el entorno de Parlon no se emitía ninguna opinión sobre el acuerdo con Unió. Silencio. Tampoco hubo comentarios en contra por parte de cuadros relevantes, como el diputado y primer secretario del PSC en Barcelona, Ferran Pedret, representante del ala izquierda del partido. Él será muy probablemente el número cinco de la lista de Iceta.

El fichaje de Espadaler levantó las críticas de los partidos rivales. El portavoz del PDeCAT en el Senado, Josep Lluís Cleries, acusaba al PSC de aliarse con el ala "superderecha" de la antigua CiU. Inés Arrimadas, la candidata de Ciudadanos, atacó a Iceta por haber fichado al 'exconseller' de Mas que "organizó y permitió" la consulta soberanista del 9-N de 2014. Y Xavier García Albiol, líder del PP catalán, cargó contra los socialistas por dar entrada en sus listas a "independentistas".

El PDeCAT critica que se alíe con la "superderecha" de la antigua UDC. Cs, que fiche al 'conseller' que "organizó" el 9-N. Para el PP, son "independentistas"

En Ferraz se aplaude el acuerdo con Units per Avançar y esa apertura hacia el "catalanismo moderado" no independentista. Aunque algunos dirigentes reconocen dudas de la rentabilidad electoral de ese pacto. "El balance es positivo, pero ajustado —señalaba a este diario una dirigente cercana a Sánchez—. Unió, por libre, se habría llevado más votos de los exconvergentes que estando con nosotros, y a lo mejor sumábamos más... Pero esta es una señal hacia el catalanismo moderado muy valiosa". El exministro Josep Borrell, que no irá en listas pero sí será un activo básico de la campaña del PSC, sí admitió que la entente con los herederos de Unió "tiene su riesgo", pero este gesto "demuestra la voluntad" de Iceta de ampliar "el espacio central que quiere representar el PSC".

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En las dos fuerzas hermanas se quita hierro a los ataques de los otros partidos, porque el PDeCAT fue socio hasta 2015 de Unió y ERC apoyó a CiU en la legislatura 2012-2015 y gobernó con la derecha de Carles Puigdemont hasta su cese al amparo de la aplicación del 155. Además, insisten en que más que nunca esta campaña va a quedar atravesada por el eje nacional y no por la divisoria izquierda-derecha.

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Iceta defendió el acuerdo con Units per Avançar en una conferencia este jueves en Barcelona [aquí su discurso en PDF], en la que estuvo arropado por dirigentes de su partido y también por Espadaler, Duran i Lleida y personalidades como el cantautor Joan Manuel Serrat, la exministra de Cultura Ángeles González-Sinde, el economista Antón Costas, el exvicepresidente del Tribunal Constitucional Eugeni Gay o los dirigentes sindicalistas Camil Ros (UGT) y Montse Ros (CCOO), informa EFE. El pacto responde, dijo, a un momento "excepcional" que han sabido entender las dos formaciones, pese a que proceden de dos culturas diferentes, la democracia cristiana y la socialdemocracia que, no obstante, "construyó Europa después de la II Guerra Mundial". "Es normal que este acuerdo haya levantado críticas de nuestros adversarios. Hay quien no es capaz de acordar con otros, a menos que compartan al cien por cien sus ideas. Hay quien no quiere acordar, sino imponer. No es nuestro caso, creemos en el acuerdo entre diferentes [...]. Cataluña necesita en estos momentos acuerdos y no enfrentamientos", sostuvo.

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"Tres o cuatro días" en campaña

En los últimos días, desde Ferraz se había trasladado el mensaje que quizá la presencia de Sánchez en la campaña del PSC iba a ser menor que en la de 2015, cuando multiplicó su presencia en Cataluña. Los colaboradores directos del líder alegaban que ya no era tan necesaria la presencia del líder porque Iceta es un candidato muy conocido ya y porque era preferible que la campaña se desarrollara, en la medida de lo posible, en clave catalana y con él como protagonista, sin que el PSOE la eclipse.

"Cuanto más presencia de Pedro, mejor. Nos va muy bien la implicación del PSOE", dicen en el PSC. En Ferraz reconocen que esta campaña es prioritaria

Sin embargo, este jueves las cúpulas de PSOE y PSC ajustaron su discurso. Responsables de primer nivel de las dos formaciones insistieron a este periódico en que no hay "ninguna decisión tomada" porque ambos partidos deben hablar de la planificación de esa quincena (del 5 al 19 de diciembre). "Cuanta más presencia de Pedro, mejor. Nos va muy bien la implicación del PSOE y de su secretario general. Pedro es un activo en Cataluña, tanto por su apuesta por la reforma constitucional como por su defensa de una España plurinacional", apuntaba un máximo colaborador de Iceta. Otra fuente advertía de que "lo lógico" es que esté "tres o cuatro días" durante la campaña (arranque, clausura y actos centrales) y que el resto la cope el candidato "con todos sus candidatos" y con Borrell.

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"No sabemos aún cuánto estará Pedro allí —completaba un alto cargo de la ejecutiva federal—. El PSC primero tiene que diseñar los actos de campaña, ver cuáles son sus objetivos prioritarios y trasladarnos en qué actos quiere contar con él. Pero para nosotros es muy importante esta campaña. Es la primera que esta dirección afronta en este mandato, y hemos hecho una apuesta fuerte". En Ferraz son muy conscientes de que, dado el grado de coordinación total de Iceta y Sánchez, los resultados del PSC serán vistos como un primer examen del liderazgo del secretario general. La cúpula quiere tender alformbra roja al primer secretario de cara al resto del partido. No por casualidad, Iceta intervendrá en el comité federal de este sábado en abierto, igual que Sánchez. Las de ambos serán las dos únicas voces que se escucharán en público en los órganos de dirección, reunidos esta vez en la localidad madrileña de Alcalá de Henares.

A la espera de la número cuatro

Este viernes quedarán definitivamente aprobadas las candidaturas del PSC a las elecciones autonómicas del 21-D. El primer filtro es la comisión de listas, que se reúne por la mañana, y la ratificación definitiva llegará por la tarde, con el consell nacional. 

La gran expectación está puesta en la número cuatro. Es la incógnita que queda por salvar, y que se espera que ocupe una mujer referente de la izquierda y no procedente de las filas del PSC. Anoche, algunos dirigentes cercanos a Miquel Iceta aseguraban que esa mujer desembarca desde Federalistes d'Esquerres, el mismo granero en el que el partido buscó al número dos de la cabeza de cartel para las últimas generales, Meritxell Batet. Entonces, el elegido fue el filósofo Manuel Cruz, hoy diputado en el Congreso. El PSC ha tenido en el punto de mira a ICV-EUiA, Societat Civil Catalana y La Tercera Vía

El primer tramo de la lista de Barcelona -la más importante, y la que consiguió 12 actas en 2015- quedaría así: Miquel Iceta, de uno; Eva Granados, la secretaria de Política Institucional del PSC y hasta ahora portavoz parlamentaria, de dos; el 'exconseller' de CiU Ramon Espadaler, de tres; la mujer fichaje de izquierdas, de cuatro; y Ferran Pedret, portavoz adjunto del grupo, de cinco. En Lleida, volverá a encabezar la candidatura el primer secretario de Lleida, Pirineo y Aran, Òscar Ordeig. Units per Avançar ocupará los terceros puestos de Barcelona, Lleida y Tarragona y la dos por Girona, que será la exdiputada nacional Montse Surroca

El 'procés' ha hecho implosionar en pocos años todo el sistema político catalán. Y uno de los pilares más sensibles, el PSC, sufrió una terrible sangría a partir de 2012, momento a partir del cual comenzó la diáspora de cuadros y militantes más soberanistas. El enfermo se estabilizó a partir de 2014, con la llegada de Miquel Iceta al poder, y salvó el envite de las autonómicas del 27-S de 2015. Pero la traca final del desafío independentista (por ahora), con el referéndum, la declaración unilateral de independencia, la aplicación del artículo 155 de la Constitución y el reto de las elecciones del 21-D están haciendo reverdecer las tensiones internas. Los movimientos actuales poco tienen que ver con el terremoto de hace unos años, pero sí muestran los difíciles equilibrios que tienen que guardar los dirigentes del partido. Y todo ello, además, en coordinación con el PSOE, cuyo secretario general, Pedro Sánchez, participará activamente en la campaña del 21-D, aunque está por definir cómo ni cuánto.

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