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Ada Colau y sus 'comuns', la bisagra entre bloques y la vista puesta en un 'tripartit'
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Ada Colau y sus 'comuns', la bisagra entre bloques y la vista puesta en un 'tripartit'

La reedición de un 'Govern tripartit' es el escenario que la ejecutiva de Catalunya en Comú viene valorando como ideal desde su surgimiento y para el que abrió negociones hasta el 1-O

Foto: La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el líder de Catalunya en Comú, Xavier Domenech, en un acto de partido. (EFE)
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el líder de Catalunya en Comú, Xavier Domenech, en un acto de partido. (EFE)

Las encuestas sitúan a Podemos y los 'comuns' liderados por Ada Colau como la bisagra en las elecciones catalanas del 21-D, pudiendo inclinar la balanza hacia uno u otro de los dos grandes bloques -independentista y constitucionalista-, si finalmente ninguno obtiene mayoría. La estrategia que lanzó Pablo Iglesias en el arranque de precampaña este lunes pasa por situarse como una tercera vía en el actual contexto de polarización, apostando por desenquistar el conflicto mediante un referéndum pactado. "La única solución posible" y que, a la espera de los resultados del 21D, no descartan que puedan acabar abranzándola como consenso de mínimos tanto ERC como el PSC, siempre haciendo hincapié en la necesidad de abrir un diálogo bilateral con el Gobierno central.

La reedición de un 'Govern tripartit' (a semejanza del que formaron entre 2003 y 2006 ERC, PSC e ICV) es el escenario que la ejecutiva de Catalunya en Comú viene valorando como ideal desde su surgimiento. En las semanas previas al 1-O incluso se intensificaron las negociaciones con los republicanos con este objetivo, a la vista de que no volverían a formar la coalición Junts pel Sí, pero los últimos episodios del procés dejaron todo en el aire. Fuentes cercanas a la dirección de Catalunya en Comú evitan valorar las encuestas que dan oxígeno a su papel como bisagra, pero al mismo tiempo reconocen que todo depende de "cómo se configuren las distintas candidaturas".

Foto: Ernest Urtasun (1i), Xavier Domènech (c) y Ada Colau (d), durante la asamblea fundacional del nuevo partido de los comunes, Catalunya en Comú. (EFE)

Este martes era Pablo Iglesias quien admitía en público esta hoja de ruta, mostrándose dispuesto a gobernar junto a republicanos y socialistas. Una alternativa de Gobierno de izquierdas, priorizando las cuestiones sociales y la resolución a la crisis territorial mendiente un diálogo de cara a acordar un referéndum pactado y legal, que además de las opciones de independencia sí o no añadiese otro encaje centrado en un mayor autogobierno y el reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado.

El pasado mes de agosto, Iglesias y el candidato de los 'comuns' a la Generalitat, Xavier Domènech, mantuvieron una cena secreta con la plana mayor de ERC, representanda por el presidente del partido, Oriol Junqueras, y la secretaria general Marta Rovira, en la que se puso sobre la mesa la posiblidad de un pacto postelectoral que dejase fuera del Govern al PDeCAT. El maestro de ceremonias fue el empresario de la comunicación Jaume Roures, quien habilitó un Centro Internacional de Prensa para dar cobertura al referéndum ilegalizado por el TC del 1-O. El propio Domènech ya había utilizado su intervención durante la moción de censura contra Mariano Rajoy para hacer públicos los términos de su oferta: un pacto poselectoral sin el PDeCAT para "decidir sobre todo", abriendo el marco del proceso independentista a las cuestiones sociales y no solo territoriales.

Las negocaiciones entre los 'comuns' y los republicanos se mantuvieron desde el polémico encuentro que desveló este diario al máximo nivel. Ada Colau dio luz verde a su núcleo duro para conducir las negociaciones, que se trataron de extender a todo el bloque independentista en lo que a la moción de censura en el Congreso se refiere. Adrià Alemany, pareja de la alcaldesa y figura clave tanto en la construcción de Barcelona en Comú como de Catalunya en Comú, fue el encargado de ponerse al frente del nuevo equipo con el mandato de explorar posibles acuerdos con los republicanos, acompañado del primer teniente de alcaldía, Gerardo Pisarello, y el gerente del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Martí.

Foto: Carles Puigdemont, en su hasta ahora escaño del Parlament de Cataluña. (Reuters)

Desde Catalunya en Comú restaron importancia al papel de Alemany en este “diálogo” con ERC, aduciendo que simplemente cumple con su cargo en la ejecutiva del nuevo sujeto político de los 'comuns' como coordinador de relaciones políticas con el resto de formaciones. Con todo, la presencia del Moviment D’Esquerres (MES), formación de tendencia socialdemócrata e independentista que acudió en coalición a las elecciones municipales con los republicanos, da cuenta de presencia de sectores intermedios favorables a un pacto postelectoral.

Si ERC y PDeCAT, e incluso las CUP, se presentan en coalición instigados por la "represión" de la Fiscalía, se cerrarían todas las puertas a esta estrategia con los republicanos. Sin embargo, los 'comuns' mantendrían su papel como bisagra ante un posible empate catastrófico. A la espera de que todas las candidaturas definan la forma en la que van a concurrir a las elecciones catalanas, con el 7 de noviembre como fecha para limite para registrar las coaliciones, la estrategia de los 'comuns' es agrandar el denominado "tercer espacio" y, para ello, presentarán a su candidato con mayor proyección. El hecho de que sea el portavoz en el Congreso, Xavier Domènech, quien encabece la lista, demuestra el calado de su apuesta, pues se barajaron otros candidatos con menos peso en caso de tener pocas expectativas, tanto por el cariz de las elecciones, como por las proyecciones de las encuestas.

La coordinadora del PDeCAT, Marta Pascal, ya aseguró respecto a la cena secreta entre Junqueras, Iglesias y Domènech, que aquello "olía a tripartito". El paso hacia adelante de Santi Vila, postulándose como candidato y defendiendo que los exconvergentes acudan a las urnas en solitario muestra la división y disparidad de opciones que manejan las fuerzas independentistas.

Foto: Oriol Junqueras y Pablo Iglesias llegando por separado a la casa de Jaume Roures en Barcelona. (El Confidencial)

Desde la dirección estatal de Podemos admiten que las elecciones catalanas, máxime por la expcecionalidad que rodea a esta cita, "no son fáciles". En su recuerdo todavía pesa el "fracaso" del 27-S, pero esperan que en esta ocasión, ya con la participación de los 'comuns' y el apoyo en campaña de la alcaldesa de Barcelona y todo su equipo, puedan superar tanto al PSC como al PDeCAT si los exconvergentes no concurren en coalición con ERC.

La mayor movilización en estos comicios también podría jugar a su favor, pues si la participación es similar a la de las generales, en las que los 'comuns' fueron primera fuerza en las dos citas consecutivas, podría ensancharse la tercera vía que defienden. El último El aumento en las encuestas del porcentaje de población que defiende el referéndum pactado como salida a la crisis catalana, junto al agotamiento de la hoja de ruta independentista y la necesidad de propuestas para superar el conflicto, son otros de los factores que podrían impulsar su candidatura.

Las encuestas sitúan a Podemos y los 'comuns' liderados por Ada Colau como la bisagra en las elecciones catalanas del 21-D, pudiendo inclinar la balanza hacia uno u otro de los dos grandes bloques -independentista y constitucionalista-, si finalmente ninguno obtiene mayoría. La estrategia que lanzó Pablo Iglesias en el arranque de precampaña este lunes pasa por situarse como una tercera vía en el actual contexto de polarización, apostando por desenquistar el conflicto mediante un referéndum pactado. "La única solución posible" y que, a la espera de los resultados del 21D, no descartan que puedan acabar abranzándola como consenso de mínimos tanto ERC como el PSC, siempre haciendo hincapié en la necesidad de abrir un diálogo bilateral con el Gobierno central.

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